Alcohol en el espacio: descubren propanol en la Vía Láctea, una partícula necesaria para los geles hidroalcohólicos

Fotograma de 'BoJack Horseman'.
Fotograma de 'BoJack Horseman'.

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En la Vía Láctea, la galaxia que acoge en su seno a la humanidad, existe alguna que otra nube de gas y polvo cósmico, en las cuales se siguen creando estrellas –o al menos permiten su nacimiento–. La formación de estas aún sigue siendo un misterio a nivel químico.

Sin embargo, Sagitario B2, una de las nubes más extensas de la galaxia, podría tener en su seno la clave para desentreñar este secreto cósmico. Un equipo ha encontrado en su interior moléculas muy interesantes, como algunas relacionadas con el alcohol, según publican en un estudio.

Hace 15 años, el mismo equipo de astrónomos comenzó su estudio de la composición química en Sagitario B2, con el telescopio del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM) y ya se topó con ciertas moléculas, como el etanol.

"Nuestro grupo comenzó a investigar la composición química de Sagitario B2 hace más de 15 años con el telescopio IRAM de 30 metros", explica en un comunicado Arnaud Belloche, del Instituto Max Planck de Radioastronomía (Alemania) y autor principal. "Estas observaciones fueron exitosas y condujeron en particular a la primera detección interestelar de varias moléculas orgánicas". 

En este caso, la molécula protagonista ha sido el propanol, un alcohol que puede estar presente en 2 formas diferentes conocidas como isómeros, que son el normal y el isopropanol, un ingrediente clave para geles hidroalcólicos.

Consiguen la primera fotografía del agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, Sagitario A, gracias al Telescopio de Horizonte de Sucesos

"La detección de ambos isómeros de propanol es excepcionalmente poderosa para determinar el mecanismo de formación de cada uno", celebra Rob Garrod, de la Universidad de Virginia (Estados Unidos). "Debido a que se parecen tanto, se comportan físicamente de manera muy similar, lo que significa que las 2 moléculas deberían estar presentes en los mismos lugares en los mismos momentos". 

Así, los investigadores han encontrado la molécula perfecta para crear desinfectante de manos en el planeta Tierra, aunque desconocen aún cuál puede ser su implicación en la composición química y la formación de nuevos cuerpos celestes.

"La única pregunta abierta son las cantidades exactas que están presentes; esto hace que su relación interestelar sea mucho más precisa que en el caso de otros pares de moléculas", añade. "También significa que la red química se puede ajustar con mucho más cuidado para determinar los mecanismos por los que se forman".

Sin ALMA, esto no habría sido posible

A pesar de que el equipo comenzó su investigación con otro telescopio –ya han identificado más de 200 partículas en Sagitario B2–, estos nuevos resultados llegan de la mano del Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA).

Este telescopio está operado por el Observatorio Europeo Austral, en colaboración con otros socios, y está compuesto por 66 antenas de alta precisión. Gracias a su tecnología, es capaz de estudiar la luz en algunos de los puntos más fríos de todo el universo.

De momento, incluso este telescopio tan avanzado tiene algunas barreras para lograr descifrar la composición química de estas nubes, aunque con el paso del tiempo esto terminará cambiando.

"En un futuro cercano, la expansión de la instrumentación de ALMA a frecuencias más bajas probablemente nos ayudará a reducir aún más la confusión espectral y permitirá la identificación de moléculas orgánicas adicionales en esta espectacular fuente", adelanta Karl Menten, director del Instituto Max Planck de Radioastronomía. 

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