Estos son los tipos de tratamientos por los que la industria farmacéutica está apostando para curar el cáncer

Una investigadora realiza un experimento en un laboratorio
  • El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, responsable de casi uno de cada seis fallecimientos. 
  • Los científicos llevan años intentando mejorar los sistemas de diagnóstico y encontrar una cura. 
  • La industria farmacéutica ha pisado el acelerador y está explorando vías novedosas para tratar la enfermedad que incluyen la terapia genética o las vacunas. 

El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, responsable de casi una de cada seis defunciones, según la Organización Mundial de la Salud. Con estas cifras en mente, la investigación científica se centra en elaborar métodos de detección y diagnóstico más precisos y tempranos y en desarrollar tratamientos eficaces.  

En los últimos años, la industria farmacéutica ha pisado el acelerador y ha destinado más recursos a la investigación del cáncer. Según un estudio de la revista JAMA, desarrollar un nuevo medicamento contra el cáncer cuesta de media 7,3 años de ensayos y 560 millones de euros. Y esa cifra no tiene en cuenta los ensayos clínicos que fracasan y que elevan la cifra a 1.900 millones de euros, según un estudio de Deloitte. 

A pesar del coste, la oncología ocupa gran parte de la práctica clínica, por lo que el desarrollo de fármacos efectivos es una urgencia real. La industria está explorando vías novedosas para tratar la enfermedad con medicamentos que permiten visualizar en que van a consistir los tratamientos en el futuro. 

El estudio de McKinsey, The next wave of innovation in oncology, enumera estos tratamientos y asegura que las nuevas modalidades de tratamientos van a consistir en el uso de anticuerpos, terapias celulares y genética, y las vacunas;  que suelen acabar combinándose. 

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La inmunoterapia, clave en la nueva investigación 

El sistema inmunológico es la herramienta más eficaz para reconocer y luchar contra la enfermedad y por eso la inmuno oncología - que estudia los mecanismos de las células tumorales para evadir al sistema inmunológico - ha sido uno de los principales impulsores del crecimiento de la industria. 

La inmunoterapia, también denominada terapia biológica, es un tipo de tratamiento para el cáncer que estimula las defensas naturales del cuerpo para combatir el cáncer. 

Es uno de los mecanismos del fármaco desarrollado en España por el equipo del Grupo de Modelización de Terapias Anti-Tumorales en Ratón del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). Omomyc es un medicamento que penetra en el núcleo de la célula tumoral para inhibir el oncogen Myc, algo que consigue reclutando a las células del sistema inmunitario.

Una de las compañías líder en este campo es Bristol-Myers Squibb, que asegura que este tipo de terapias "han alimentado la esperanza por primera vez de que la sobrevida a largo plazo y calidad de vida sean posible para pacientes con muchas formas de cáncer avanzado". 

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Una vacuna universal contra el cáncer, ¿una utopía? 

Las terapias celulares y la inmunoterapia suelen combinarse y los científicos están investigando la manera de convertirlas en una vacuna que pueda curar el cáncer, e incluso impedir su aparición.

La farmacéutica Bayer ha realizado recientemente una inversión en Khloris, una compañía que busca usar vacunas de células madre para prevenir y tratar el cáncer. La idea de Khloris es inyectar células madre, que aún no están especializadas, para reconocer el cáncer y activar las células del sistema inmunitario. El tratamiento ha mostrado resultados positivos en ratones y la farmacéutica asegura que quieren comenzar los ensayos con humanos en 2020. 

"Realmente promete convertirse en una vacuna universal contra el cáncer", dice Juergen Eckhardt de Bayer a Business Insider.

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La genética y el potencial de CRISPR

En agosto de 2017, la FDA aprobó la primera terapia celular para el cáncer, un tratamiento llamado Kymriah que se centraba en atacar los genes.

La genética e identificar los genes implicados en el proceso tumoral han sido un núcleo muy importante de la investigación del cáncer; y los inversores se vuelcan con las startups de terapia genética. 

Uno de los mayores fracasos de la industria es no haber conseguido elaborar un fármaco que actúe contra KRAS, un gen que cuando sufre mutaciones da luz verde a la reproducción descontrolada de las células tumorales. 

Las mutaciones en KRAS están presentes en el cáncer de pulmón, pancreático y colorrectal, entre otros. Los fracasos continuados habían hecho pensar que no se podía atacar el cáncer desde esa vía pero dos farmacéuticas, Amgen y Mirarti Therapeutics, han reavivado las esperanzas. 

La farmacéutica Amgen ha probado un nuevo fármaco que ataca una mutación concreta del gen KRAS y ya lo ha probado en humanos. Se espera que anuncie sus resultados en una convención del verano pero Wall Street ya ha asegurado que, de ser positivos, supondrá ventas de por lo menos 1.000 o 2.000 millones de dólares al año. 

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Precisamente por la relación del cáncer con la genética, el informe de McKinsey señala a CRISPR, una herramienta de edición genética de alta precisión, como una vía con "potencial de proporcionar una cura permanente". 

Y añade que las aplicaciones clínicas más avanzadas de CRISPR se centran en su uso como facilitador de terapias celulares, algo para lo que Novartis firmó una colaboración con Intellia Therapeutics; o para sitios selectos  como el hígado, la sangre y el ojo, para lo que Bayer y CRISPR Therapeutics también han unido fuerzas. 

Personalización

La mayoría de estas metodologías innovadoras aspira a personalizar el tratamiento para cada paciente.  El informe de McKinsey asegura que mejorar el diagnóstico permite clasificar a los pacientes y controlar su respuesta a los tratamientos para afinarlo a las circunstancias.

"Más allá de encontrar el medicamento correcto a la dosis correcta para el paciente correcto en el momento correcto, el siguiente paso en la personalización es adaptar las terapias", asegura el estudio, algo hacia lo que se dirigen los nuevos tratamientos.

En 2017, inversores entre los que se encontraba Google Ventures, invirtieron 93 millones dólares en una compañía que quería que desarrollar vacunas personalizadas a cada paciente. 

Por su parte, el tratamiento la FDA aprobó en agosto de ese año también buscaba la personalización recogiendo las células de una persona y reprogramándolas para que fueran tras las células tumorales en el cuerpo.

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