De las marcas blancas a la carne de pollo: quiénes han sacado más provecho de la nueva forma de hacer la compra en la era del coronavirus

La irrupción del coronavirus sigue introduciendo cambios en la mayoría de las parcelas de la vida. De hecho, en la actualidad, hay menor participación en actividades de ocio, menos inversiones, menos desplazamientos o menor gasto en vacaciones.

Así lo confirma una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que detalla que el 53% de los ciudadanos ya no acude a eventos culturales, que el 33% sufrió una cancelación, que el 76% viaja menos al extranjero y que el 61% se vio afectado por un retraso en su cita sanitaria. Todo ello desde la llegada del COVID-19, que se ha cebado especialmente con el turismo, las aerolíneas y los hoteles.

La alimentación durante el confinamiento

No son los únicos ámbitos ni hábitos de consumo que se encuentran afectados. Así, en el sector de la alimentación hay varios claros ganadores en los tiempos del coronavirus: las marcas blancas, el pequeño comercio y el pollo. 

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El factor principal de decisión es, cómo no, el precio de los productos: la incertidumbre económica y laboral impulsa al comprador a fijarse más hoy en qué y cuánto desembolsa. Pero también la cercanía del establecimiento o lo concurrido que éste pueda estar pesa en el parecer del adquiriente.

Solución: comprar más barato

El llamado price conscious traído por el coronavirus supone que el 53% de los consumidores asegura haber optado por artículos más económicos durante el confinamiento. Mientras que el 34% afirma continuar con las mismas costumbres y el 13% declara haber hecho un mayor dispendio en el carro de la compra. Así consta en un sondeo llevado a cabo por Adecco Group a 800 personas.

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A pesar de lo cual, hasta el 66% reconoce haber aumentado la cantidad de artículos adquiridos, manteniendo incluso el 28% de ellos esa tendencia una vez quedó superado el periodo de cuarentena.

Más de un tercio de los ciudadanos compra marcas blancas

De forma más concreta, el 35% de la muestra asevera haber apostado por las conocidas como marcas blancas. Por su parte, el 29% destaca que logró recortar gastos gracias a las ofertas y los descuentos que activaron supermercados, hipermercados y ultramarinos.

Más pollo, menos vacuno y menos pescado

Otro de los productos que, por ahora, sale victorioso -como suele ocurrir en cualquier época de apretarse el cinturón- es el pollo. De este modo, el 11% dice haber sustituido la carne de vacuno y el pescado por ese producto, así como por la alimentación seca.

Repunte del pequeño comercio

También los establecimientos de cercanía salen algo beneficiados en los nuevos hábitos de consumo impulsados por el coronavirus: antes de la aparición de éste, el 19% acudía a pequeños comercios; ahora el porcentaje se sitúa en el 21%.

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¿Se consolidarán los nuevos perfiles de comprador?

“No hay duda, el haber vivido un confinamiento ha hecho que las personas adopten nuevos comportamientos de vida y, por tanto, de compra. No obstante, aún no puede saberse a ciencia cierta si estos comportamientos perdurarán en el tiempo, hay bastante incertidumbre a medio y largo plazo”, señala Mila Montaña, directora de Adecco Alimentación. 

“Lo que sí es cierto es que se prevé, al menos inicialmente, un consumo racional y enfocado al ahorro por parte de los consumidores, así como una apuesta por el producto de proximidad, es decir, una especie de regreso a lo local, al producto más cercano”, concluye.