Ganadores de la lotería que se arruinaron: estas 7 personas se quedaron sin nada al año de recibir del premio

"Como me toque la lotería, no me volveréis a ver", repite año tras año ese familiar que apuesta siempre su terminación a un número que, supuestamente, va a tocar. Lamentablemente, la probabilidad juega siempre en contra.

"Estadísticamente, la probabilidad de que te toque el gordo de Navidad es del 0,00001 (0,001%), puesto que hay 100.000 bolas iguales que tienen las mismas probabilidades de salir", explica Elisabet Ruiz, profesora de Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Más aún: si en tu entorno han brillado por su ausencia las grandes cantidades de dinero, es probable que te arruines y, además, acabes sufriendo un solipsismo propio de un escritor bohemio francés del siglo XIX.

Lejos del sarcasmo, según menciona la UOC en relación a datos del Fondo Nacional para la Educación Financiera (NEFE), el 70% de quienes han ganado este sorteo se gasta todo el premio en solo 5 años. Todo ello tiene una explicación.

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"Recibir una enorme fortuna de golpe puede descolocar a una persona de tal forma que puede resultar difícil que rehaga su vida cotidiana: el sujeto pasa a ser expulsado de su mundo para convertirse en un nuevo rico", incide Francesc Núñez, profesor de Estudios de Artes y Humanidades de la UOC.

"En casos extremos eso puede culminar en una depresión o un suicidio", agrega.

Aquí verás algunos casos curiosos en los que el dinero se esfumó al igual que llegó. No solo ganadores que lo despilfarraron, sino también maridos que se fugaron o fallecimientos inesperados.

Luke Pittard, el millonario que decidió volver a trabajar al McDonald's

Dicho todo lo anterior, quizá la historia de Luke Pittard, un británico que ganó 1,6 millones de euros en la lotería del país, sea la más extraña. No se sabe bien si perdió todo lo que se embolsó, pero regresó a trabajar al McDonald's donde estaba empleados.

Ahora bien, igual regresó porque había gastado por todo lo alto su fortuna. Por ejemplo, en casas, bodas y unas vacaciones nada malas en las Islas Canarias (España). O, simplemente, echaba de menos servir hamburguesas.

El marido que se dio a la fuga

Mala suerte (o mal marido) es lo que le tocó a Donna Campbell, Miss Trinidad y Tobago de 1979. Casada con Armin Ramdass, este último ganó un premio de 600.000 dólares junto a 16 compañeros del trabajo.

Ramdass, entonces, prohibió el acceso a la televisión o noticias en su hogar, con el objetivo de que Campbell no pudiera ver que él era casi millonario. Al enterarse por acudir a un locutorio, Ramdass ya no estaba. El marido se había dado a la fuga con los bolsillos llenos.

Un premio que rompió un matrimonio

A veces la mala suerte no llega de la mano de perder una gran fortuna, sino de quedarse sin la felicidad que hasta ese momento tenías. Algo así les ocurrió a Adrian y Gillian Bradford, un matrimonio británico que ganó más de 187 millones de euros.

En poco más de un año se divorciaron. "El dinero hace supuestamente feliz a la gente, pero también las convierte en personas exigentes y codiciosas", confesó a Daily Mail Gillian. "He dado a mi familia dinero, casas y coches, pero siguen queriendo más".

Un décimo perdido

Mala suerte y mala cabeza se juntaron en el caso de Martyn Tott, de 33 años, quien había ganado 4,1 millones de euros. Perdió el décimo y denunció a las autoridades británicas. Estas reconocieron la reclamación.

Sin embargo, el plazo expiró, ya que después de 30 días no hay obligación de que le paguen la cuantía del premio. Dinero que Tott solo llegó a olisquear, sin verlo nunca: el mayor premio jamás reclamado de la historia.

Fallecer tras ganar la lotería

A sus 84 años, José Luis Rodrigo, un comerciante de Huesca (España), recibió un gran premio de 800.000 euros. Aunque los hados no decidieron sonreírle. Habiendo ganado el premio el 22 de diciembre, el 25 de diciembre fallecía de forma repentina.

Murió a los 3 días de haber logrado ganar a la probabilidad. La mala suerte determinó que no podría disfrutar su improbable premio.

Tan solo 2 meses y medio para perderlo todo

Jay Sommers ganó 28,9 millones de dólares con tan solo 20 años. Pero Sommers decidió que había llegado la hora de comprar, no solo uno, sino 5 coches nuevos.

En 2 meses y medio, había gastado todo el dinero, debido a una estafa de un amigo cercano. El destino decidió que Sommers habría a su anterior trabajo como repartidor de pizza. Quizá uno de los finales más felices, teniendo en cuenta otras tragedias.

Compañeros de trabajo muy egoístas

"Si te he visto, no me acuerdo". Algo así ha sucedido en numerosas ocasiones en las que se compra un décimo compartido. Lo mejor es siempre dejar constancia de tal adquisición conjunta para que no ocurra lo que le pasó a Stephen Kyle.

El mismo ganó en 2004 175.000 dólares. Como se lo escondió a sus compañeros, 7 de estos decidieron denunciarlo. Así, Kyle tuvo que devolverles el dinero por orden judicial. La avaricia rompió el saco, nunca mejor dicho.