Así puede cambiarte la vida un 'gap year': proyecta tu futuro laboral y aprende idiomas estudiando en otro país

Un grupo de estudiantes de gap year
Un grupo de estudiantes de gap year

Terminar la universidad y sentirse perdido es lo más normal del mundo. Se supone que has hecho todo lo que debías y ahora se abre un camino incierto con un mercado laboral en crisis y una competencia brutal. No sabes hacia dónde ir y destacar entre cientos de currículums no es tarea fácil. 

Ante esta crisis existencial y buscando una experiencia que aporte valor a nivel laboral, cada vez más personas se lanzan a hacer lo que se conoce como gap year. Se trata de un año "sabático" para vivir en el extranjero y aprender idiomas a la vez que estudias o trabajas y creces como persona. Su práctica se ha triplicado sus cifras tras la pandemia y no solo se limita a estudiantes o recién graduados.

Los despidos derivados de la crisis económica o el aumento del trabajo en remoto han hecho que mucha más gente apueste por esta práctica con el objetivo de crecer profesionalmente después. La aventura no tiene ni siquiera que durar 12 meses para contribuir en ese plano laboral.

Para 1 de cada 4 responsables de contratación, la experiencia internacional es un factor importante, según el informe QS Employer Insights. Ese mismo estudio revela que entre las habilidades más destacadas están la resolución de problemas, la resiliencia o la comunicación; son habilidades (o skills) que se desarrollan en un gap year.

"No todo es de color de rosa, pero el balance es demasiado positivo"

Magda Rebassa llevaba años pensando en vivir en el extranjero, pero por una razón u otra nunca se decidía. Después de llevar 10 años trabajando y estudiando en Barcelona, esta mallorquina se vio en el punto en que hablar inglés era imprescindible para seguir trabajando en su área profesional (Project Manager en un astillero). "Supongo que ese fue el detonante", explica a Business Insider.

"Cuando decidí que era el momento de irme tenía ya 29 años y destinos como Inglaterra o Irlanda no me apetecían. Una de mis mejores amigas se había ido a Australia justo un año antes y me metió la idea entre ceja y ceja", recuerda.

Magda posa en una de sus estancias en Australia
Magda posa en una de sus estancias en Australia

Así que cogió la maleta y se fue. "Mis expectativas para ese año eran sobre todo mejorar mi nivel de inglés a la par que trabajaba, aunque no fuera en mi área profesional. Creo que es algo que de verdad me ha servido mucho, a todos los niveles: conocer gente nueva, otras culturas, salir de mi zona de confort y viajar".

Cuando se le pregunta a Magda sobre lo aprendido en aquel tiempo, confiesa que es difícil de resumir. "Muchas cosas", ríe, pero destaca el crecimiento personal y esa experiencia como uno de los periodos de mayor aprendizaje de su vida.

De 9 meses a 4 años

"El tiempo en Australia me ha servido para abrir mi mente y para darme cuenta de que no soy solo aquello que he estudiado, sino que me puedo adaptar y aprender en cualquier sector que me atraiga", añade. 

De hecho, lo que iban a ser 9 meses son ya 4 años viviendo a caballo entre la isla más grande del mundo y su natal Mallorca. Ha dado una vuelta a su profesión y actualmente también trabaja gestionando equipos y en procesos operacionales en la agencia YouTooProject.

Para aquellas personas que se plantean esta opción, tiene un mensaje claro: "Que no lo piensen tanto y que lo hagan. Probablemente será una de las mejores decisiones de su vida. Aunque no sea siempre todo color de rosa, es más fácil de lo que parece, y el balance final, es demasiado positivo".

El problema del inglés en España

Como Magda, la mayoría de la gente que se lanza a hacer un gap year tiene como factor común el aprender un idioma, especialmente inglés. Un problema grave en la población española. 

Los datos de Eurostat reflejan que en 2007 el 46,6% de los españoles de 25 a 64 años no dominaba ninguna lengua extranjera. En 2016, último ejercicio disponible, el porcentaje apenas había bajado un 0,8%.

mejores canales de Youtube para aprender inglés desde cualquier lugar

El estudio de 2021 English Proficiency Index de la academia de idiomas EF, va en la misma dirección. Sitúa a España en el puesto 33 de 112 países con una puntuación similar a países europeos como Italia, Moldavia o Bielorrusia y otros como Bolivia, Corea del Sur, Ghana o Líbano.

Esto es algo que Marta Caparrós, CEO de YouTooProject ve a diario. "Tenemos un problema gravísimo. Los jóvenes llegan a la universidad con un inglés pésimo y cuando te metes en el campo profesional y no hablas inglés estás limitadísimo. Ahora mismo, si quieres trabajar en una empresa multinacional o en una startup necesitas inglés. No hay más", apunta.

Beneficios de un gap year

El 67% de los graduados con estudios en el extranjero encuentra trabajo dentro en los 6 primeros meses, según un estudio del Instituto de Educación Internacional y la Universidad de California. Pero ese es solo uno de los beneficios de vivir esta experiencia.

"Como CEO, cuando ves que una persona que ha estado un año en el extranjero, te cambia la perspectiva sobre ella. Es una persona valiente, lanzada, que ha vivido con otras culturas, que tiene la mente más abierta. Ha salido de su casa, se ha encontrado en situaciones que no son sencillas y que ha sabido solucionar y además habla inglés", expone Caparrós.

"Cuando te vas con 30 o 35 años ya te conoces un poco. Pero cuando veo a gente de 20 años pienso 'ojalá lo hubiera hecho yo a esa edad'. Llegan perdidísimos y luego ves la evolución y cómo
se desarrollan como persona", recalca.

Presupuesto y tiempos

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuanta a la hora de tomar esta decisión es el presupuesto que requiere. Como explica Caparrós, siendo español no es lo mismo irse a Irlanda que a Canadá.

La CEO cifra entre 3.000 y 4.000 euros el presupuesto medio, aunque depende del país y del tiempo de la estancia. También lo condicionará si se va solo a estudiar o también se va a trabajar. 

Normalmente, los visados tardan entre uno y 4 meses, según el gobierno. Actualmente, la agencia ya trabaja de cara a los viajes de 2023 y recomiendan tener un margen de varios meses para ajustar un presupuesto, realizar trámites burocráticos, buscar vuelos y vivienda, entre otras cosas. 

Un grupo de estudiantes de gap year en Australia.
Un grupo de estudiantes de gap year en Australia.

Perfiles

Según explican en YouTooProject por un lado se encuentran los jóvenes de entre 20 y 30 años. Son el público objetivo, quieren aprender un idioma para crecer profesionalmente y vivir una experiencia diferente

Por otro lado, un perfil más mayor, de 30 a 40 años de gente que no pudo hacer esta inmersión en su momento y que "necesitan un break", además de mejorar el inglés. Su objetivo suele ser superar un examen oficial. Cada vez más perfiles toman esta decisión y solo en los primeros 6 meses de 2022 han dado apoyo a más de 1.500 viajeros. 

Emigrar por las condiciones laborales

Además, hay quienes tienen muy claro que van a pasar un tiempo determinado fuera y quienes van con la idea de probar suerte y quedarse. Tanto es así, que esta empresa prepara un departamento específico para ayudar a asentarse a largo plazo a este perfil.

"Mucha de la gente que se está yendo este año no van a volver. Porque la situación que hay ahora en España a nivel económico y las posibilidades que tienen los jóvenes no se pueden ni asemejar a las que hay en otros países", apunta Caparrós.

Hombre trabajando en la playa

Tanto Australia como Canadá o Nueva Zelanda son países que necesitan gente para trabajar también en empleos cualificados, puntualiza la coordinadora de estos destinos. "Están desesperados, son países que necesitan gente. El problema que tienen es que para trabajar necesitas un visado y a la vez tienen una restricciones brutales para darlos visados", sostiene. 

Pero nada es regalado. "Hay mucha gente que me contacta porque quiere ir a Australia y encontrar el trabajo de su vida y bueno, no es tan fácil. Yo estuve 5 años para conseguir la residencia; no puedes ir con esa mentalidad exigente porque hay mucha gente que lo consigue y otra que no". 

Marta Caparrós señala que en muchos países tras la pandemia hay una gran necesidad de mano de obra. En Australia, por ejemplo, la tasa de paro está en un 3,5%, la más baja en 50 años.

Encontrar trabajo en la primera semana

En Australia, por ejemplo, el salario mínimo ha subido a 25 dólares la hora y ahora se está llegando a pagar hasta 30 o 40 dólares por hora. Además, normalmente con el visado de estudiante se puede trabajar 20 horas semanales, ahora son 40.

"Ahora mismo, si quieres la primera semana estás trabajando, si no te importa el trabajo y vas con una mente abierta. Es una súper oportunidad y sin duda ahora el momento", asegura. Para impulsar esta demanda, su empresa está empezando a programar a los clientes entrevistas de trabajo para realizar a su llegada.

Otro de los servicios que ofrece esta agencia, la principal ventaja es que te proporcionan a una persona que vive en el destino y te recoge en el aeropuerto, te acompaña a hacer trámites y te presenta a más gente que está viviendo la experiencia. Es como un colega en el destino que te integra en un grupo y organiza eventos como barbacoas o actividades deportivas. 

"Yo cuando llegué a otro país me sentí muy sola y así ya sabes que vas a conocer a un montón de gente", apunta. Además indican que el servicio en sí es gratuito, ya que "por cada inscripción a una escuela de idiomas nos llevamos comisión como agencia de viaje".

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.