Gas natural licuado: la solución de Europa para reducir la dependencia de Rusia y en la que España juega un papel clave

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Joe Biden, presidente de Estados Unidos.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Joe Biden, presidente de Estados Unidos.

Reuters

Más del 40% del gas que se consume en Europa procede de Rusia, que recibe cada día 800 millones de euros de los países de la Unión Europea (UE) por sus exportaciones de gas y petróleo. La dependencia rusa que tienen países como Alemania (más del 50% del gas que les llega tiene este origen) hace que Europa (esta vez, parece, que unida) descarte tomar la medida de dejar de comprárselo al país presidido por Putin. La solución alternativa puede estar en el gas natural licuado (GNL).

Por ello, este viernes, 25 de marzo de 2022, se ha rubricado un acuerdo, en el marco del Consejo Europeo que se está celebrando en Bruselas, para que Estados Unidos aumente sus envíos de gas natural licuado a Europa

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha señalado, tras reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden, que recibirán 15 bcm adicionales de GNL en 2022. Por añadidura, se garantiza un compromiso de suministros adicionales de gas natural licuado durante los 2 próximos años. 

¿Qué es el gas natural licuado?

El GNL, tal y como lo describen en el Grupo HAM, “es gas natural en fase líquida a una temperatura de -160º C, por lo que se considera un líquido criogénico. Se almacena y transporta en recipientes altamente aislados para mantener su estado líquido. La ventaja del estado líquido es su menor volumen, pues por cada litro de GNL se obtienen aproximadamente 570 litros de gas natural gaseoso a temperatura ambiente”.

Está formado, continúan, en un 95% por metano (CH4) y contiene proporciones menores de etano, propano, butano, nitrógeno y dióxido de carbono. Es un combustible inodoro e incoloro que no es tóxico ni corrosivo.

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Además, aseguran que “es el combustible fósil más puro y limpio que se conoce actualmente, lo que se traduce en un menor impacto ambiental gracias a su alta relación hidrógeno-carbono en su composición”.

Y por qué, ahora, esta gran apuesta de Europa por el gas natural licuado. Por su facilidad para el transporte y porque no precisa del uso de gaseoductos: es ya en el país de destino cuando se le devuelve a su estado gaseoso. 

Reducir la dependencia del gas ruso

El acuerdo entre Europa y Estados Unidos para aumentar las ventas de gas natural licuado forma parte del proyecto REPowerEU, que fue presentado por la Comisión Europea el pasado 8 de marzo de 2022.

El objetivo del mismo es que Europa reduzca a cero las compras de combustibles fósiles rusos antes de 2030, empezando por el gas. De hecho, el reto es haber apocado en 2 tercios la dependencia gasística en 2023.

“Debemos independizarnos del petróleo, el carbón y el gas rusos. No podemos confiar en un proveedor que nos amenaza explícitamente. Necesitamos actuar ahora para mitigar el impacto del aumento de los precios de la energía, diversificar nuestro suministro de gas para el próximo invierno y acelerar la transición a la energía limpia”, afirmó von der Leyen.

Para ello, la Comisión Europea presentará en abril una propuesta legislativa que exija que el almacenamiento subterráneo de gas en toda la UE se llene hasta al menos el 90 % de su capacidad antes del 1 de octubre de cada año. 

La propuesta implicará el seguimiento, la aplicación de los niveles de llenado y la construcción de acuerdos de solidaridad entre los Estados miembros. 

El papel clave de España para almacenar gas natural licuado

España puede jugar un papel basilar en esta apuesta obligada de Europa por el gas natural licuado

Y esto se debe a que, como informaron desde EuroEFE, “algo más de un tercio (el 35 %) de la capacidad de almacenamiento de gas natural licuado en la UE más el Reino Unido está en España, según datos de Gas Infrastructure Europe (GIP), la asociación de operadores europeos de infraestructuras de gas, que está compuesta por 67 compañías pertenecientes a 26 países, incluido Reino Unido”.

El problema, sin embargo, está en la escasez de vías de suministro. Como ya se ha comentado anteriormente, el gas natural licuado vuelve a su estado gaseoso en el país de destino. En este caso, esa meta sería España, debido a su gran capacidad de almacenamiento. 

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Pero, posteriormente, para ir de España a otros países, ya sí se necesita un gaseoducto. Y ahí es donde surgen los principales inconvenientes: no hay conexión más allá de los Pirineos.

Por ello, desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia se ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de reactivar el proyecto MidCat, un gasoducto que nacería en Argelia y recorrería España, que quedó parado en 2018 por las dudas de su rentabilidad a largo plazo antes de conectar con Francia.

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