General Magic, la empresa que adelantó el futuro de los smartphones a principios de los años noventa

Marc Porat enseña los bocetos de principios de los años noventa en los que se puede ver un dispositivo casi idéntico al actual iPhone.
Marc Porat enseña los bocetos de principios de los años noventa en los que se puede ver un dispositivo casi idéntico al actual iPhone.

“Es un objeto muy personal. Debe ser bonito. Debe dar la satisfacción personal que produce una joya fina. Tendrá un valor evidente incluso cuando no se utilice. Deberá ofrecer la comodidad táctil de una concha, el encanto de un cristal”.

Esto es lo que escribió en 1989 Marc Porat, el entonces CEO de General Magic, la desaparecida compañía de Silicon Valley que inventó el futuro al adelantar lo que años después acabaría siendo el smartphone.  El comentario de Porat pertenece a una escena del documental General Magic (2017)que se ha presentado esta semana en el Festival de Cine de Tribeca (Nueva York, EEUU).  

El creador de esta increíble startup enseña en la misma secuencia los bocetos creados en esa época, a principios de los años noventa. Al lado sitúa su teléfono móvil. El dibujo y el iPhone contemporáneo son prácticamente idénticos. "Lo teníamos", explica Porat. Entonces, ¿por qué nunca habías escuchado hablar de General Magic hasta ahora?

Descrita como "la compañía desaparecida más importante de Silicon Valley" por Forbes, General Magicfascinó al ecosistema tecnológico de California a principios de los noventa con su proyecto de crear un pequeño dispositivo portátil inalámbrico. Simplemente, dicen, estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. 

Por aquella época Apple acababa de revolucionar la manera en que se usaban los ordenadores en los 80, y en los 90 en el mundo existía un teléfono por cada 100 personas. Ninguno podía hacer mucho más aparte de llamar. Así que la idea era crear un dispositivo que permitiese a las personas enviarse mensajes, hacer llamadas y realizar gestiones personales a través de Internet de forma remota y desde un dispositivo del tamaño de una mano.

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Pero parte del equipo del Macintosh no estuvo de acuerdo en emplear su talento y su trabajo para que el éxito se lo llevase una compañía que no era suya. Por eso Bill Atkinson, Andy Hertzfeld y Marc Porat decidieron ir por su cuenta. Las rencillas internas dentro de Apple también pesaban, así como la sensación de que Apple no se dirigía hacia donde ellos querían. Todo les llevó a pensar que preferían prescindir de la supermarca.

Lo hicieron en 1990, y pronto se les unieron otros miembros del equipo del Mac 7 en la nueva empresa bautizada como General Magic. Bill Atkinson explicaba así su idea a Wired en 1994 (sobre este tema ahonda más The Atlantic):

"Imagina que alguien te pide hoy que dejes de usar el teléfono: nunca más recibirás o harás una llamada. Ya es duro, porque probablemente es más importante que cualquier otra herramienta que nunca hayas usado, más importante incluso que tu ordenador. Pero así es como se medirá nuestro éxito: ¿Qué pasará si en diez años te pido que dejes de usar tu comunicador personal? La idea es que digas: ‘Es el centro de cómo vivo. Es como mis gafas, mi reloj o mi cartera’. No usarlo parecerá tan 'desempoderador' como hoy nos lo parece no usar el teléfono".

La idea fue tan convincente que General Magic debutó en bolsa antes incluso de haber presentado un dispositivo terminado. Parecía que iba a ser una de las compañías más exitosas de la década, gracias a su carismático CEO y a su equipo. Algunas de las electrónicas más grandes del mundo se convirtieron en accionistas de la empresa, como Sony, Motorola, Matsushita, Philips y AT&T Corporation, creando bastante más expectativa en la pequeña startup.

Incluso el entonces CEO de Apple John Sculley, junto a George Fisher (CEO de Motorola), Norio Ogha (presidente de Sony) y Victor Pelsen (presidente de operaciones globales de AT&T) entraron en el consejo de administración de General Magic.

Su lista de empleados incluía, según cuenta The Verge, a la que sería la jefa tecnológica de la Casa Blanca Megan Smith, al futuro cocreador de Android Andy Rubin, al fundador de eBay Pierre Omidyar, y al codiseñador del iPod y el iPhone Tony Fadell, entre otros. Esta última resulta la más curiosa de todas las historias, ya que Fadell comenzó como uno de los empleados más jóvenes de General Magic y acabó haciendo su sueño realidad a través del iPhone. 

Una caída estrepitosa

Salió mal. Para empezar, no existían las infraestructuras de redes necesarias para enviar y recibir grandes cantidades de datos de forma inalámbrica, y otras compañías como Apple, Sony y Motorola pronto sacaron al mercado sus propios dispositivos inalámbricos (la Apple Newton, Magic Link y Envoy, respectivamente) que restaron algo de interés por General Magic.

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La empresa llegó a desarrollar un asistente virtual que atendía a la voz humana, Portico, y Onstar, su versión para vehículos (ante la prohibición en EEUU de hablar por teléfono mientras se conducía) que se desarrolló con la ayuda de Microsoft para General Motors y sigue funcionando hoy, pero gran parte del equipo dejó la compañía a principios de los 2000 para unirse a otras empresas, el mercado de la tecnología empezó a caer y, finalmente, la empresa anunció su cierre en septiembre de 2002.

General Magic refleja cómo algunos miembros del equipo parecen no haberse recuperado emocionalmente del fracaso, casi 30 años después. Pueden hacer gala de que sentaron las bases del iPhone, de que crearon los primeros "comunicadores personales inalámbricos y de mano", pero ¿es consuelo suficiente?

El documental General Magic (Spellbound productions, 2017) no puede encontrarse aún en cines o plataformas porque está buscando distribución.

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