Este genio de 13 años estudia ingeniería aeroespacial, quiere trabajar para Musk y ayudar a otros adolescentes a cumplir sus sueños

Caleb Anderson.
Caleb Anderson.
  • A los 3 años, los padres de Caleb Anderson ya sabían que su hijo era superdotado. Este es ahora el estudiante de ingeniería aeroespacial más joven de Georgia Tech, una institución de élite para este sector.
  • Los planes de Anderson es irse a trabajar para Elon Musk en SpaceX cuanto antes, crear su empresa y ayudar a otros adolescentes a cumplir sus sueños.
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Caleb Anderson quiere acabar la licenciatura en ingeniería aeroespacial cuanto antes. En concreto ha decidido especializarse en cálculo integral. Sus prisas tienen un gran motivo: quiere irse a trabajar para Elon Musk en SpaceX, aprender de los mejores y entonces sentirse listo para emprender su propia empresa.

Tras leer el párrafo de arriba, ¿cuántos años le echas a Anderson? ¿20? ¿25? Ni una edad ni la otra. Este nuevo estudiante de Georgia Tech tiene solo 13 años, es la persona más joven que recorre el campus de esta universidad de ingenieros de élite, y, por si no se había notado ya, es todo un superdotado.

Cuando tenía 9 meses, Caleb Anderson ya sabía hablar por lengua de señas. Al cumplir un año ya leía. A los 24 meses resolvía fracciones. A los 3 años superó las pruebas de acceso a Mensa, la asociación internacional de superdotados.

Teniendo en cuenta su trayectoria, es normal que a los 13 años se esté sacando la carrera en ingeniería aeroespacial.

Lejos de dejar que la soberbia le invada, Anderson se mantiene humilde. "Esta nueva situación es todo un reto", explica para CBS News. "En comparación con el resto de compañeros, creo que estoy en la media. Pero todos estamos unidos gracias a un elemento en común: el trabajo que tendremos que hacer durante la carrera nos aterra".

Anderson tiene un problema que no comparte con el resto de compañeros por motivos lógicos: su temprana edad atrae miradas vaya donde vaya. "Sí, eso me ha pasado, pero entonces tengo esos momentos chulos en donde me recuerdo que he conseguido ingresar en la universidad. Y entonces me siento increíble".

Lo curioso es que este joven superdotado no había planeado inicialmente estudiar en Georgia Tech, una institución considerada de elite cuyos cursos y programas de ingeniería no bajan del top 20 de universidades en Estados Unidos.

Caleb Anderson en sus primeros días en Georgia Tech.
Caleb Anderson en sus primeros días en Georgia Tech.

Anderson había empezado a estudiar en la Universidad Técnica Chattahoochee, en Marietta, Georgia. Allí dentro habría conseguido licenciarse en apenas 2 años. Pero sus padres, Claire y Kobi, prefirieron que su hijo se apuntara a una universidad a la altura de este genio adolescente.

Su ingreso a Georgia Tech fue pan comido. La institución estaba encantada con tener a un joven tan prometedor en su campus. Hasta tuvo una charla personal con el presidente, y la universidad decidió filmar los primeros días de Anderson como estudiante para crear un vídeo promocional de 2 minutos de duración.

"Mi plan era tarde o temprano estudiar aquí", explica Anderson en el vídeo. "Pensaba que tendría 18 o 19 años por eso. Pero he llegado más pronto de lo que anticipaba".

Los padres de Anderson le acompañaron en su primer día en Georgia Tech, conscientes de que su hijo podría asustarse al entrar en un mundo más adulto. "Le encantan los desafíos", explica el padre para USA Today. "Sabe cómo levantarse del suelo cuando la realidad le golpea de sopetón. Y no cesa de esforzarse".

En este sentido, los padres de este joven genio han tenido sus propios retos. Y es que al tener solo 13 años, Calen Anderson no pudo recibir ninguna beca gracias a sus buenas notas.

Por suerte, Anderson ya se hizo famoso el año pasado en Estados Unidos gracias a sus primeros pinitos en Marietta y por lograr ingresar en Georgia Tech. Según explica Good Morning America, sus habilidades llamaron la atención a la Fundación Steve y Marjorie Harvey (2 famosos del país), que ayudó a pagar por su educación.

Como agradecimiento por toda la ayuda que ha recibido, Anderson tiene otro objetivo más allá de trabajar en SpaceX y crear su propio negocio: quiere ser una influencia positiva para otros adolescentes afroamericanos. "Quiero ayudar a otros que necesiten un empujoncito y otros recursos", explica.

Mientras tanto, el joven está encarando los retos actuales. Aún tiene que aceptar su nueva realidad ("uau, quizás realmente tengo una mente avanzada después de todo", explicó en el blog de Georgia Tech) y todavía desconoce a qué club de estudiantes se apuntara. Aunque le está haciendo ojitos al Ramblin' Rocket Club, la organización centrada en estudiar el mundo de los cohetes.

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