Aumentan los casos de agresiones al personal de aviones y restaurantes: la gente está “a punto de estallar” debido a la pandemia, según una psicóloga de Harvard

cliente discusión mascarilla
  • La violencia de los pasajeros en los aviones está aumentando y los trabajadores del sector minorista sufren el acoso de los clientes.
  • El miedo y la ansiedad activan la parte de lucha o huida de nuestro cerebro, según una psicóloga de Harvard.
  • Ahora, después de un año y medio de estar al límite, muchas personas están “a punto de estallar”.
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La violencia en los aviones está aumentando. Los trabajadores de los comercios y de establecimientos de comida rápida dicen que cada vez les agreden más. Los propietarios de pequeños negocios aseguran que tienen miles clientes frustrados cuya paciencia se está evaporando. 

"Todo este comportamiento es el resultado de un año y medio de miedo y ansiedad", afirma Luana Marques, profesora asociada de psiquiatría en la Harvard Medical School.

“Hemos estado patinando sobre una capa de hielo muy fino en el último año, y cuando el peso pasa a ser demasiado, el hielo acaba por romperse. Creo que eso es lo que estamos viendo”, asegura.

“Todo el mundo está siempre enfadado”

En 2020, los dependientes de los supermercados eran “héroes” y “personal esencial” mientras trabajaban para suministrar comida o bienes de primera necesidad en plena ola de angustia pandémica. Sin embargo, tanto los dependientes como todas las personas que trabajan de cara al público. Además han tenido que actuar como vigilantes de las normas sanitarias. 

Se tuvieron que hacer cargo entre otras cosas, de que la gente llevara mascarilla cuando entraba en sus locales o restaurantes. 

Los empleados de Starbucks y McDonald's sufren violencia en el trabajo. Y están empezando a contarlo.

Una encuesta realizada a 4.187 trabajadores de McDonald's el verano pasado por el Service Employees International Union, uno de los sindicatos más grande de Estados Unidos del sector servicios, reveló que el 44% de los encuestados había sido agredido física o verbalmente tras recordar a los clientes las normas con relación al uso de la mascarilla. 

Ese acoso, combinado con los bajos salarios, está provocando que muchos trabajadores abandonen sus puestos de trabajo, lo que está provocando a su vez, una escasez de mano de obra en Estados Unidos a medida que la sociedad vuelve a la normalidad.

Pasajero en un aeropuerto

La situación no es mucho mejor en los aviones. Después de que las agresiones por el cumplimiento de las mascarillas se dispararan el verano pasado, la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) comenzó a hacer un seguimiento de los informes de pasajeros indisciplinados, según cuenta el canal NPR. Desde enero de 2021, la FAA ha recibido 2.500 informes de comportamiento indisciplinado, que han supuesto miles de dólares en multas para los pasajeros. 

El portavoz de la FAA, Ian Gregor, ha dicho a NPR que el número de informes es ahora “significativamente mayor” que en el pasado, lo que coincide con lo que los asistentes de vuelo están viendo en los propios aviones: Allana Akhtar, de Business Insider, habló recientemente con varios auxiliares de vuelo que describieron haber sido testigos de una violencia de pasajeros “sin precedentes” a medida que los viajes regresan y los aviones comienzan a llenarse de nuevo. 

“Parece que todo el mundo está enfadado con todo el mundo las 24 horas del día”, comenta a Business Insider Colleen Burns, representante del sindicato Association of Flight Attendants. “Una pequeña cosa los pone al límite, ya sea porque les molesta tener que llevar la mascarilla o porque les molesta que otra persona no la lleve”. 

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Algunos pequeños negocios también están notando un cambio en el comportamiento de los clientes. Paul Collurafici, propietario de Tattoo Factory, un estudio de piercing y tatuajes en Chicago (EEUU), asegura a Business Insider que muchos de sus clientes se sienten frustrados y de mal humor cuando se enteran de las restricciones que su negocio ha tenido que poner en marcha debido a la pandemia. 

"Tenemos una gran cantidad de gente que no quiere esperar, no quiere seguir las reglas", dice. "Todo el mundo está siempre enfadado”. 

Luchar o huir

Marques, la psicóloga de Harvard, afirma que la pandemia ha causado, comprensiblemente, miedo y ansiedad en mucha gente, lo que lleva a la activación de la amígdala, la parte de lucha o huida de nuestro cerebro. 

“La paciencia es la capacidad de refrenar un poco tus emociones. Y ahí necesitas tu cerebro pensante. Tienes que ser capaz de evaluar la situación, tienes que ser capaz de ir más despacio y no dejar que tu cerebro emocional se ponga en marcha”, dice. “Pero si entras en una tienda y ya estás al límite, es más probable que te impacientes porque no eres capaz de conseguir  esa ‘pausa’ en tu cerebro emocional”. 

Marques explica que, aunque la vida se va abriendo poco a poco y es de esperar que los días más aterradores de la pandemia hayan quedado atrás, la gente sigue “con el cortisol muy alto”. Esto significa que están más al límite y llegan más rápido a lo que ella llama “punto de ebullición”, o lo que lo mismo, “estar a punto de estallar”. 

La psicóloga asegura que una forma de ayudar a las personas a controlar sus emociones y dejar de recurrir a la agresión es intentar hacer que cambien su perspectiva. 

“Cuando nos sentimos con ansiedad o nerviosos, nuestras lentes están distorsionadas. Tendemos a magnificar o hacer de todo una catástrofe", dice. “Hay que ampliar las lentes y tratar de recapacitar; eso también tiende a enfriar un poco el cerebro”. 

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