La geopolítica del hidrógeno y la oportunidad para España de convertirse en una potencia

Hidrógeno
  • En la senda marcada por la Unión Europea hacia una economía descarbonizada en 2050, los Estados miembros apuestan por las tecnologías de hidrógeno.
  • Hay diferentes tipos de hidrógeno pero el más favorable para la descarbonización es el verde y España tiene un gran potencial como país productor por los excedentes generados por las energías renovables.  
  • España cumple los tres requisitos necesarios para el desarrollo del hidrógeno: tener una posición geográficamente ventajosa, disponer de fuentes de energía renovables y tener una industria fuerte establecida que tenga el know how para gestionar la emergente industria del hidrógeno.
  • Noruega, Marruecos, Estados Unidos y Australia son los que se encuentran mejor posicionados para convertirse en los ganadores de un futuro basado en tecnologías de hidrógeno.
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El compromiso energético de la Unión Europea, el Green New Deal, pasa por alcanzar una economía descarbonizada en 2050, un plan que cuenta con una dotación de un billón de euros. Y en esta senda, los Estados miembros han optado por que el hidrógeno se convierta más que un aliado en tal empeño, una palanca de cambio. Lejos de ser una tecnología plenamente operativa, por el momento, su desarrollo alberga el potencial para poner patas arriba el escenario energético mundial.

Poco tiempo le restan a las plantas de carbón, al menos en el Viejo Continente, y no parece que vayan a correr distinta suerte las plantas nucleares. “Es necesario desarrollar los kWh necesarios y sustituir el carbón y el petróleo por el gas, que contamina la cuarta parte y es el puente hacia una economía baja en carbono”, introduce el profesor de Estrategia de Iese Business School, Mike Rosenberg, en una entrevista con Business Insider España. “El hidrógeno tiene sus complejidades y tardará 20 años en desarrollarse. Son los 20 años en los que el gas natural jugará un papel importante”.

Hay diferentes tipos de hidrógeno pero más favorable para la descarbonización es el verde, que se obtiene a partir de la electricidad. El hidrógeno es sencillo de transportar y almacenar, por ello, conlleva menores complejidades en términos geopolíticos.

“Se piensa que en una primera fase se adaptará a la industria electrointesiva”, explica Gonzalo Escribano, director del programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, en una entrevista con Business Insider España. De hecho, la implantación del hidrógeno como combustible es una realidad en algunas plantas industriales que consumen mucha energía en Estados Unidos y Reino Unido. El siguiente en adoptar esta tecnología probablemente sea el transporte pesado por carretera  y al marítimo en lugar del vehículo particular, apunta Escribano. 

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En cualquier caso, el hidrógeno es una fuente de energía compleja ya que no se puede encontrar como tal en la naturaleza, como ocurre con los yacimientos petrolíferos o de gas. Si bien actualmente el grueso el hidrógeno que se produce procede del gas natural, explica Rosenberg, el hidrógeno verde se obtiene a partir de los excedentes de energía renovable. 

En esta carrera por el hidrógeno hay muchos implicados y por ello, el escenario energético y geopolítico resultante podría ser muy diferente al actual. “Si hablamos de hidrógeno verde necesitas que sean países que cumplan tres requisitos: tener una posición geográficamente ventajosa, disponer de fuentes de energía renovables y tener una industria fuerte establecida que tenga el know how para gestionar la emergente industria del hidrógeno”, explica el profesor del Real Instituto Elcano.

Escribano considera que España podría ser uno de los ganadores del desarrollo del hidrógeno. “España cuenta con muchos recursos renovables que le permitirían entrar en el hidrógeno verde”. A lo que se refiere es al excedente de las energías renovables, que es justamente a partir del cual el país podría entrar a producir hidrógeno.

Partiendo del mismo principio, el Norte de África también se articula como un enclave interesante para producir hidrógeno dado su elevado potencial para generar energía solar que, de la misma forma, podría derivar el hidrógeno. Escribano considera que el territorio peninsular podría convertirse en "un punto de tránsito de hidrógeno verde desde el Norte de África, igual que vienen los tubos de gas", dice el profesor del Real Instituto El Cano. 

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La fuerte industria gasista española, que actualmente transporta gas natural licuado desde Argelia, se configura como un aliado del desarrollo del hidrógeno en España, señala Escribano. Pero el hidrógeno es un gas muy ligero, matiza Robenberg, y requiere de una infraestructura muy sólida para su transporte porque se disipa con la más mínima fisura. “Necesita una infraestructura más potente de transporte. Otra limitación del hidrógeno es que si lo concentras para explotarlo es muy explosivo”, señala el profesor de Iese.

Los límites para el país son los mismos que hasta ahora: esa interconexión con Francia que tantos dolores de cabeza da y que, hasta el momento, ha actuado de tapón entre la península y el resto de Europa. “Tenemos muchas ventajas comparativas de posición geográfica y de infraestructuras. Pero tenemos límites similares a los que se plantean para el desarrollo de renovables, como cruzar los Pirineos”.

Es la misma tesis que sostiene el informe Geopolítica e implicaciones comerciales del hidrógeno renovable, elaborado por el Belfer Center de Harvard, que señala a España, conjuntamente con Turquía y Tailandia por su alto potencial para el desarrollo de tecnologías de hidrógeno dadas las infraestructuras de las que dispone. 

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El documento sitúa a Noruega, Marruecos, Estados Unidos y Australia como los mejores posicionados para convertirse en los ganadores de un futuro basado en tecnologías de hidrógeno. Una posición que le viene dada por su elevada capacidad de producción energética a partir de energía hidráulica, su riqueza en combustibles fósiles como el gas que combina con un elevado potencial en infraestructuras. El informe destaca el caso de Marruecos como posible proveedor de este combustible verde a la Unión Europea. 

Pero lejos de este análisis teórico, Japón avanza en su ambiciosa estrategia por el hidrógeno verde. El país nipón se ha marcado como objetivo el de comercializar el transporte de hidrógeno en 2025 tras culminar con éxito la construcción piloto de un terminal para hidrógeno en forma de gas licuado de 2.500 metros cúbicos. No es sino un reflejo de la apuesta tecnológica del país por el hidrógeno.  

Para 2030, la estrategia japonesa de hidrógeno tiene como objetivo aumentar la capacidad de la cadena de suministro de hidrógeno comercial a 300.000 toneladas por año Se prevé que los vehículos en Japón alcancen los 800.000 desde los 2.500 de hoy, tal y como refleja el informe.

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