Los gigantes del 'delivery' baten récords de pedidos pero se desangran en bolsa: el duro camino hacia la rentabilidad de Glovo, Uber Eats, Deliveroo o Doordash

Un repartidor de Glovo junto a uno de Uber Eats.
Un repartidor de Glovo junto a uno de Uber Eats.
  • Los inversores castigan con dureza a los gigantes del 'delivery' en bolsa a pesar de encadenar cifras récord de pedidos e ingresos.
  • La competencia, cada vez más asfixiante, unida a una incertidumbre cada vez mayor en torno a la regulación laboral, parecen estar acabando con la paciencia sobre un sector que durante años ha 'quemado' mucho dinero.
  • Delivery Hero, que tomó el control de Glovo a finales de 2021, cayó más de un 30% en bolsa este jueves y se deja casi un 65% en el último año, retrocediendo a niveles prepandémicos.  
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Los gigantes del mundo del delivery exhiben cifras récord en pedidos totales e incluso a nivel de ingresos, pero llevan meses desangrándose en bolsa. Las presentaciones de resultados de Uber y Delivery Hero no han hecho sino subrayar esa tendencia, con un castigo especialmente preocupante por parte de los inversores en el caso de la empresa alemana que tomó el control de Glovo a finales del año pasado.

La pandemia disparó a los grandes colosos del envío de comida a domicilio a cifras hasta entonces inimaginables de pedidos, aumentando a una velocidad de vértigo en número de usuarios. La progresiva (e intermitente) vuelta a la normalidad ha ido tiñendo de incertidumbre un sector que sigue teniendo un reto crucial que superar: la rentabilidad.

Los inversores parecen empezar a perder la paciencia ante unas empresas que llevan años 'quemando' dinero en un sector que cuenta con la tormenta perfecta: competencia asfixiante, márgenes muy escasos y cada vez más incertidumbre a nivel de regulación por la legislación sobre los riders, que impacta directamente en sus partidas de gastos.

Delivery Hero, Just Eat, Uber Eats, Deliveroo y Doordash son los grandes colosos que todavía siguen en pie y que, de hecho, van encadenando en cada trimestre nuevos techos a nivel de pedidos. Algunas, incluso ya hablan de rentabilidad en el medio plazo.

Pero el castigo en bolsa es evidente en todos los casos, cada uno con sus particularidades, con una tendencia negativa muy marcada en los últimos 6 meses como se puede comprobar en este gráfico.

Evolución de las empresas del delivery en bolsa

Business Insider España

La norteamericana Uber Eats ha cerrado el 2021 con unos ingresos de 2.420 millones de euros (alrededor de 2.111 millones de euros) en el último trimestre. El mismo período, pero del año anterior, los ingresos fueron de 1.356 millones. 

De hecho, este 2021 la compañía, dependiente de su matriz Uber, ha sido rentable por primera vez desde que se fundó en 2014.

Por su parte, Delivery Hero, también ha tenido un buen 2021, aunque no tanto como los analistas preveían. 

Aunque se ha dejado 790 millones de euros en pérdidas durante el año pasado, este último trimestre registró unos ingresos de 1.918 millones de euros. Esta cifra es un 66% superior al mismo período del año anterior, impulsada principalmente por el aumento de los pedidos que han sumado un total de 775 millones.

Sin embargo, el gigante alemán, actual propietario de la española Glovo, ha tenido una entrada de año negra. En los últimos 6 meses ha sufrido un descalabro del 63% en el precio de sus acciones. 

En tan solo un día, tras publicar sus resultados en la mañana del 10 de febrero, la compañía sufría un desplome del 30%, a pesar de que ha proyectado la rentabilidad en su segmento de reparto de comida a domicilio para finales del 2022.

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La holandesa Just Eat ya dejó claro en la presentación de resultados hace unas semanas que no ve la rentabilidad en el corto plazo. En 2021 realizó 1.000 millones de pedidos en todo el mundo, lo que supone un 33% más que durante el 2020. 

Sin embargo, también ha sufrido un fuerte desplome en bolsa. En los últimos 6 meses ha caído un 44% del precio de sus acciones que están a niveles de 2018. 

Los británicos Deliveroo han cerrado el 2021 con 300 millones de pedidos en todo el mundo, casi el doble del 2020. En el primer semestre del 2021 cerró con pérdidas de 27 millones de libras (cerca de 32 millones de euros). 

Deliveroo también está sufriendo en bolsa como el resto de sus competidores. En los últimos 6 meses el precio de sus acciones ha vivido un descalabro del 57%. 

Todo esto se da en un contexto marcado por la alta competitividad del sector que tiene unos márgenes de beneficio ajustadísimos. Aquella empresa que no esté en primera o segunda posición en cuota de mercado, lo tiene muy difícil para luchar con sus competidores. 

Además, a esto se añade un nuevo problema para las empresas: la regulación laboral. 

Durante años, las plataformas de reparto se han nutrido de repartidores autónomos para realizar las tareas de entrega de comida. Una fórmula con la cual se ahorran una importante suma de dinero al externalizar gran parte de los costes que de esta manera recaen sobre los trabajadores. 

España marcó un hito en el mundo tras la entrada en vigor de la famosa ley rider que presupone la laboralidad entre estas plataformas y los trabajadores. 

La ley vino precedida de la sentencia del Tribunal Supremo, que dictaminó que los riders de Glovo eran falsos autónomos, tras muchos años de litigios. 

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Ahora, Europa ha seguido el camino marcado por esta ley española, y la Comisión Europea hace apenas 2 meses presentaba una propuesta de directiva en la que ha estado trabajando durante todo el 2021 para regular la llamada economía de plataforma. 

El documento europeo, muy influido por la legislación española, también presupone la laboralidad.  Esta regulación además afectaría no solo a empresas de reparto, sino a compañías de transporte como Uber, Bolt o FreeNow

Muchas de estas empresas han intentado frenar esta nueva norma, alegando que resta flexibilidad a su modelo laboral, por lo que no interesaría ni a trabajadores ni a compañías.

Sin embargo, el delivery ha sido un sector marcado por la precariedad, algo contra lo que quiere luchar la Comisión Europea. Todavía tienen que pasar al menos 2 años para que la propuesta de Directiva se convierta en ley. 

Por esta razón, queda un largo camino por recorrer. Las compañías tienen que encontrar la manera de alcanzar esa rentabilidad que piden los inversores, a la vez que adaptan sus modelos laborales a la nueva regulación que, sin duda, tendrá un importante impacto en su cuenta de resultados. 

Un estudio realizado en España por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) estimaque la contratación de los repartidores por parte de las plataformas supondría un aumento del 30% en los costes operativos de estas. 

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