El Gobierno prepara un impuesto sobre residuos con el que prevé recaudar 861 millones de euros en 2021

Una excavadora mueve la basura en la cima de una colina en el Centro de Reciclaje y Basureros de Simi Valley, California, el 8 de mayo de 2008.
Una excavadora mueve la basura en la cima de una colina en el Centro de Reciclaje y Basureros de Simi Valley, California, el 8 de mayo de 2008.
  • El Gobierno ultima un nuevo impuesto sobre los residuos con el que prevé recaudar 861 millones de euros en 2021.
  • La Ley de residuos y suelos contaminados contempla que se grave el depósito en vertedero y la incineración con un máximo de 40 euros por tonelada y con esta medida el Gobierno pretende evitar las sanciones de Bruselas por incumplir la legislación europea.
  • El Ministerio de Transición Ecológica trabaja con Hacienda para compatibilizar este nuevo impuesto con la fiscalidad ambiental de las comunidades autónomas.
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El Gobierno ultima el diseño de un nuevo impuesto sobre los residuos con el que prevé recaudar 861 millones de euros en 2021. En la Ley de residuos y suelos contaminados contempla que se grave el depósito en vertedero y la incineración con un máximo de 40 euros por tonelada. La cifra se reducirá al 50% si estos residuos se recogen de forma separada, según informó El Economista.

Con esta medida el Gobierno pretende evitar las sanciones de Bruselas por incumplir la legislación europea. El nuevo impuesto se incluirá en la futura Ley de residuos y suelos contaminados que está, ahora, en pleno proceso de tramitación y se remitirá en las próximas semanas al Congreso de los Diputados.

El Ministerio de Transición Ecológica trabaja con Hacienda para compatibilizar este nuevo impuesto con la fiscalidad ambiental de las comunidades autónomas, que realmente son las que tienen competencia sobre esta materia. 

El Ministerio capitaneado por Teresa Ribera trabaja con los Gobiernos regionales en un tributo sobre el vertido y la incineración que sea homogéneo para todo el país, con el objetivo de que la recaudación se invierta en reducir el volumen de residuos y mejorar su tratamiento y gestión. 

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Hasta veinte países europeos y diez comunidades autónomas cuentan ya con un tipo de figura fiscal de este tipo aunque funcionan de manera distinta según el territorio. Cataluña presenta la presión fiscal más elevada con hasta 47 euros por tonelada.

El nuevo impuesto contempla gravar los residuos no peligrosos a 40 euros la tonelada y la incineración con 20 euros. En caso de que los biorresiduos municipales se recogieran de forma separada, la cuota tributaria sería de 30 euros y 15 euros la incineración. En caso de que la separación sea del 30%, el vertido se quedaría en 20 euros y la incineración en 10 euros. 

En el caso de los residuos peligrosos, el depósito en el vertedero costaría 15 euros y la incineración 10 euros. Los residuos inertes tendrían una tasa de 3 euros.

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