El gran temor de Google es que la IA se desboque: tras la explosión de ChatGPT, ya es demasiado tarde

Hasan Chowdhury,
OpenAI

Reuters

  • Los directivos de Google advierten contra el lanzamiento irresponsable de herramientas de IA, una advertencia que se produce después de que su rival OpenAI lanzara en noviembre el chatbot ChatGPT.
  • A Google le interesa presentarse como el responsable guardián de la IA.
Análisis Faldón

Cada vez está más claro que el lanzamiento por parte de OpenAI del bot de IA generativa ChatGPT ha puesto a Google en alerta máxima.

El lunes, algunos de los más altos ejecutivos de Google, entre ellos el consejero delegado, Sundar Pichai, el vicepresidente sénior, James Manyika, y el director ejecutivo de la unidad de investigación de IA DeepMind, Demis Hassabis, han publicado en el blog de la empresa un documento explicativo sobre su enfoque de investigación en IA titulado Por qué nos centramos en la IA (y con qué fin).

"Entendemos que la IA, como tecnología aún emergente, plantea complejidades y riesgos diversos y en evolución", reza el escrito. "Nuestro desarrollo y uso de la IA debe abordar estos riesgos. Por eso, como empresa, consideramos un imperativo perseguir la IA de forma responsable".

Que el post llegue después de meses de titulares sobre el chatbot inteligente ChatGPT y los estragos que está causando no es una coincidencia.

Como ha demostrado ChatGPT, la IA generativa que cuenta con una interfaz fácil de usar puede ser práctica y productiva. También puede convertirse en un arma: ya se ha utilizado para hacer trampas en los deberes, redactar correos electrónicos de phishing impecables y escribir programas malignos personalizados. 

OpenAI ha introducido filtros de contenido en ChatGPT para evitar que se utilice con fines malintencionados, pero quienes quieren darle un uso contrario a la ley han descubierto que es relativamente fácil saltarse estas barreras.

Dado que es probable que la inteligencia artificial apuntale gran parte del futuro negocio de Google, el gigante de las búsquedas y los anuncios es especialmente sensible a la competencia y a cualquier despliegue "arriesgado" de IA que pueda atraer un mayor escrutinio público y político. 

Desde el punto de vista de Google, es de sentido común, tanto empresarial como moral, advertir sobre el uso imprudente de la IA y erigirse en un responsable guardián.

Por desgracia, probablemente sea ya demasiado tarde.

X Development, el laboratorio secreto de ideas de Google, baja a la Tierra

Herramientas competidoras como ChatGPT son un quebradero de cabeza para Google

Google utiliza la inteligencia artificial como ayuda para todo, desde cuestiones lingüísticas relacionadas con las búsquedas hasta la selección de contenidos en YouTube. Estos casos de uso, según su publicación, se basan en la declarada misión de la empresa de "organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil".

Pero la IA, que describe como "una tecnología en fase inicial", también tiene capacidades y usos en evolución con el potencial de "aplicación errónea, uso indebido y consecuencias no deseadas o imprevistas". 

Una lista no exhaustiva de posibles problemas: imprecisiones, amplificación de prejuicios sociales, riesgos de ciberseguridad y la IA como motor de desigualdad.

Según una investigación de Richard Windsor, de Radio Free Mobile, se trata de un "golpe apenas velado a OpenAI y ChatGPT".

Este vendría a ser un resumen de la cuestión: "Google tiene razón, porque si ChatGPT causa problemas repetidamente, podría socavar la confianza del público en la IA, lo que obviamente también afectaría negativamente a Google", explica Windsor. 

Dicho de otro modo: si ChatGPT y sus sucesores causan estragos generalizados, arruinarán la adopción de la IA para todos, incluido Google.

Un documento que circula entre los 'Googlers' explica la "fuerza oculta" que ha provocado que la empresa se vuelva lenta y burocrática

El profesor Michael Wooldridge, director de investigación fundacional sobre IA en el Instituto Turing, cuenta a Business Insider que, aunque Google está "posiblemente respondiendo a la enorme publicidad que ha recibido ChatGPT", los malos resultados del pasado también le dan motivos para pecar de precavido. 

Subraya por ejemplo el uso que hizo Meta, antes Facebook, del modelo lingüístico de IA Galactica para escribir artículos científicos que produjeron "tonterías bastante creíbles". El modelo creaba la posibilidad de que alguien pudiera "inundar de basura las revistas y congresos científicos". Meta retiró la herramienta.

"Parece totalmente posible que [Google] esté tratando de señalar que ellos son los operadores responsables en IA y que no están dispuestos a liberar sistemas hasta que sepan que son seguros y fiables", ahonda Wooldridge.

Habrá más momentos ChatGPT

Hay una avalancha de dinero vertiéndose en startups de IA generativa que prometen aplicaciones en el mundo real.

El mismo día en que Google publicó el texto en que instaba a la cautela, Microsoft anunció la disponibilidad del servicio OpenAI de Azure en un gesto que, ha aclarado, pone de manifiesto su "compromiso continuo con la democratización de la IA". 

En la práctica, el anuncio significa que las empresas que utilizan Azure ahora pueden acceder ahora fácilmente a herramientas como ChatGPT, así como al generador de imágenes de IA DALL E-2. 

"ChatGPT llegará pronto al servicio Azure OpenAI, que ya está disponible de forma general. Con ello ayudamos a los clientes a aplicar los modelos de IA más avanzados del mundo a sus propios imperativos empresariales", ha aclarado el presidente y consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella

También se ha hablado de la posibilidad de que Microsoft empiece a desplegar ChatGPT en toda su gama de productos Office.

Google planea lanzar su propia versión del AirTag: un localizador Bluetooth para encontrar cosas mediante móviles Android

Todo esto está animando a Google. En una entrevista con Time, Hassabis, de DeepMind, ha insinuado que este año lanzaría una beta privada de un bot similar a ChatGPT llamado Sparrow, y que lo haría con vistas a incorporar funciones de las que carece ChatGPT.

En opinión de Windsor, Google parece considerar a OpenAI, una empresa cofundada por gente como el controvertido Elon Musk, como "un puñado de cowboys dispuestos a lanzar cualquier cosa para consumo general". Musk no participa en el proyecto desde 2018.

Pero, siguiendo con las metáforas del lejano oeste, al pedir moderación en el desarrollo de IA, Google está intentando cerrar la puerta del establo después de que el caballo se haya desbocado. El gran público ya puede acceder a poderosas herramientas de IA, y la verdad es que no hay marcha atrás.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.