Los parados de Schrödinger: este gráfico muestra la paradoja del paro que baja pero también sube

Una camarera limpia una terraza en Ronda

REUTERS/Jon Nazca

  • El mercado laboral en España encarna hoy un fenómeno muy parecido a la paradoja del gato de Schrödinger: baja el número de desempleados, pero al mismo tiempo sube. 
  • Los cambios de la reforma laboral suponen un antes y un después en la interpretación de los datos de paro: ya no es posible comparar con años anteriores.

Mientras no se abría la caja, el físico Erwin Schrödinger defendía que el gato estaba vivo y muerto a la vez. De la misma forma, hasta que no se desglosan los datos de parados y demandantes de empleo, es posible afirmar que el paro sube y baja a la vez.

El mercado laboral en España encarna hoy un fenómeno muy parecido a la paradoja del gato de Schrödinger: baja el número de desempleados, pero al mismo tiempo sube

España lleva 2 o 3 meses encadenando caídas históricas en el número de desempleados. Ocurrió en septiembre, octubre y noviembre, a pesar de la crisis, y de tratarse de meses tradicionalmente malos para el empleo. 

De un lado, el Gobierno defiende "la resistencia del mercado de trabajo frente al clima de incertidumbre". Del otro, la oposición se le echa encima acusándole de maquillar los datos. Ante este panorama, es normal no tener muy claro qué está pasando. El paro cae...¿No?

El resumen es que el paro ya no es lo que era, literalmente.

Como suele ocurrir, hay algo de cierto y algo de trampa en ambas afirmaciones. En noviembre, el número de desempleados cayó en 33.512 personas, dejando un total de 2,8 millones de parados.

El dato sorprende por ser el más bajo en un mes de noviembre desde 2007, y la segunda mayor caída en este mes en la última década (solo superada por un 2021 alterado por la recuperación pospandemia y la vuelta a la normalidad). 

Además, que el paro baje más que nunca en plena tormenta inflacionaria y con la amenaza de una recesión económica en el horizonte es, cuanto menos, llamativo. 

La serie se ha roto

El problema es que los cambios introducidos por la reforma laboral han alterado las métricas, y los datos de paro de ahora no miden lo mismo que en años anteriores, por lo que no es acertado seguir con la comparativa histórica.

"Después de la reforma laboral ha habido un trasvase de temporales a fijos-discontinuos. Estamos viendo un salto estructural en la serie, y lo que ahora figura como parado no se puede comparar con lo de años anteriores", explica Javier Ferri, doctor en Economía e investigador de Fedea.

La reforma laboral ha cortado de raíz con los contratos temporales. Antes, en periodos altamente estacionales como el verano, llovían los contratos temporales. Pero cuando terminaba el verano, esos contratos se evaporaban y los empleados se iban al paro. 

Aun así, conviene matizar que la condición laboral de un fijo-discontinuo en periodo de inactividad es más estable que la de un parado. 

"El drama de este tipo de contratación es que, en lugar de utilizarse, siempre se ha hecho frente a campañas estacionales con trabajadores de usar y tirar. La existencia de fijos-discontinuos es un síntoma evidente de la calidad del mercado laboral, que afronta sus características estacionales no desde la precariedad, sino desde la estabilidad", defendía ayer el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey.

Los parados de Schrödinger

Ahora que las empresas no pueden firmar temporales, tiran de fijos-discontinuos, y aquí es donde llega la novedad: cuando un empleado con contrato fijo-discontinuo entra en periodo de inactividad, cobra el paro, pero no cuenta como parado.

"Como consecuencia del cambio normativo, las empresas se han visto obligadas a reconducir sus necesidades de contratación temporal, orientándolas hacia esta fórmula de contratación. Al término de este tipo de contratos, no se consideran parados, sino demandantes de empleo", explica Fernando Castelló Sirvent, economista, profesor e investigador en ESIC Business & Marketing School.

Como consecuencia, el paro cae... Pero también sube. "Los cientos de miles de contratos fijos discontinuos han generado una ruptura en el comportamiento tradicional del paro registrado", avisa Randstad.

Mientras el paro caía en octubre en 27.027 personas, el número de demandantes de empleo ocupados subió en 123.463. "La realidad es que hay casi 100.000 personas más en búsqueda de empleo si agregamos estas dos cifras: las de aquellos que son parados registrados (27.000 menos) y la de los demandantes de empleo con un contrato firmado (123.000 más)", calcula el informe de Randstad.

En noviembre, el número de demandantes de empleo ocupados alcanzó los 1,3 millones de personas, desde los 1,2 millones de octubre, lo que significa que el número de demandantes creció en 110.000 personas en un mes. Esto es una dinámica que no ocurría en los mismos meses de 2021, cuando tanto el número de parados como el de demandantes de empleo cayeron en estos 2 meses.

La conclusión es que hay menos parados, pero más personas buscando empleo, y sobre todo que, tras la reforma laboral, no es posible comparar el paro de 2021 y años anteriores con los datos a partir de 2022. Aunque los fijos-discontinuos siempre fueron fijos-discontinuos, la popularización de estos contratos sí que han alterado la forma en que se interpretan las métricas de empleo.

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