El ataque de Rusia a Ucrania sacude a los mercados y dispara el precio de la energía: la historia dice que el rebote es una cuestión de tiempo

Caída de los mercados y la bolsa

REUTERS/Andrew Kelly

Cuando se acercan las guerras la tendencia de los mercados es a debilitarse.

Ese ha sido el patrón histórico común. Y, salvando las distancias, parece que es lo que está sucediendo con el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Tener dudas cuando se invierte dinero en la bolsa sobre qué puede ocurrir cuando se producen conflictos internacionales y qué hay que hacer con las inversiones es más que habitual. Sin embargo, echando un ojo a la historia se suelen encontrar las respuestas adecuadas.

Con la escalada del conflicto bélico actual en el este de Europa hay quien ha salido espantado por la subida del precio del petróleo hasta los 100 dólares y por la caída de las acciones cotizadas o los fondos de inversión.

“Vender, vender y vender”, suele ser lo que aparece en las mentes de los inversores menos avezados cuando se desencadena una guerra que tiñe a todas las clases de activos del color rojo que representa las pérdidas del capital individual.

La diferencia entre el corto plazo y el largo plazo es clave para tener la tranquilidad necesaria antes de tomar decisiones de inversión que te hagan perder mucho dinero.

“Las consecuencias a corto plazo para los mercados son relativamente simples, puesto que los precios de la energía seguirán subiendo y las acciones seguirán cayendo”, apunta Claus Vistesen, economista jefe para la eurozona de la firma de análisis Pantheon Macroeconomics, en una información que recoge The New York Times.

Los efectos inmediatos del mercado siempre son calcados: desplomes de las bolsas y subida de la energía

Cuando se desarrollan conflictos bélicos y las tensiones empiezan a tener más y más presencia, las reacciones suelen ser bastante parecidas: desplome de las bolsas de un 1% de media el día que se desarrolla el conflicto –en algunos casos, como el ataque a las torres gemelas en el año 2001, con una caída del 4,9% del S&P 500– y subida de los mercados energéticos.

Esto es algo que se ha constatado en el ejemplo actual. El precio del oro negro ya es elevado: se encuentra por encima de los 100 dólares el barril, desde los 65 dólares de hace un año, mientras que algunos expertos ya están apuntando a que pueda revalorizarse hasta los 130 dólares, como consecuencia de los tambores de guerra en Ucrania.

Los precios del petróleo ya suponen un auténtico quebradero de cabeza para los consumidores. Representan una de las principales causas por las que la inflación en España se ha disparado por encima del 6% y afecta a derivados como la gasolina, cuyo precio está en máximos históricos.

En el largo plazo todo tiende a recuperarse

No obstante, la situación tiende a voltearse con el paso del tiempo. Caroline Bain, economista jefe de materias primas de la firma de análisis Capital Economics, escribió un informe al respecto sobre qué es lo que puede ocurrir a partir de ahora dentro del mercado de la energía.

“Mucho dependería de si las sanciones de Occidente sobre las empresas rusas perduran en el tiempo o si Rusia decide retener el suministro de energía a los países de su entorno, especialmente los europeos”, asevera.

En el peor de los casos, dice, “los precios del petróleo y el gas podrían fácilmente duplicarse temporalmente y el impacto en el caso del gas podría durar todavía más”.

Dicho esto, Capital Economics y muchos otros expertos consideran improbable un resultado tan grave.

Incluso si los precios de la energía continúan aumentando, en gran parte debido a la especulación en los mercados, es probable que disminuyan rápidamente según la oferta y la demanda.

Citigroup, por ejemplo, proyecta una caída en los precios del petróleo para finales de este año a menos de 65 dólares por barril, con suministros adicionales probablemente provenientes de Irak, Venezuela, Estados Unidos, Canadá y Brasil.

Además, un acuerdo diplomático entre Estados Unidos e Irán podría añadir más de 1 millón de barriles diarios.

Y, en las bolsas, el sentir es un poco similar.

Un informe reciente de Bank of America desvela cómo se ha comportado el S&P 500, índice de referencia de Wall Street, cuando se han producido tensiones geopolíticas. El texto hace referencia a que las caídas cuando se generan estas incertidumbres totalizan en un 4,6% y que esa corrección tiene una duración media de unos 19,7 días.

Comprar en caídas en la bolsa cuando hay un conflicto bélico suele ser una buena alternativa de inversión.
Comprar en caídas en la bolsa cuando hay un conflicto bélico suele ser una buena alternativa de inversión.

Bank of America

Sin embargo, son descensos abruptos que se terminan por recuperar y que, en muchos casos, quedan localizados en las bolsas regionales.

La recuperación en las bolsas suele producirse 43,2 días después, por lo que la inversión a largo plazo sigue imponiéndose cuando se producen estas situaciones. El peor de los escenarios en términos históricos fue con el ataque a Pearl Harbor de la II Guerra Mundial, cuando la bolsa tardó 307 días en recuperarse tras sumar un desplome combinado del 19,8%.

Pero, con todo, la historia sigue apuntando a que los descensos por conflictos bélicos se terminan por recuperar. 

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