Entré en la habitación oculta donde duermen la tripulación en los vuelos de larga distancia: me sorprendió su pequeño tamaño y sus cómodas camas

En los vuelos de larga distancia de Air New Zealand desde Estados Unidos, el trabajo de un azafato no se detiene hasta que el avión ha terminado de despegar, el servicio de cena ha terminado y los pasajeros están descansando. E incluso entonces, sus descansos sólo duran un par de horas.

Tenía curiosidad por saber dónde descansan. Así que en un reciente vuelo de 12 horas de Nueva Zelanda a Los Ángeles, subí a un Boeing 777-300ER de Air New Zealand con antelación para ver la zona de la tripulación que suele estar prohibida a los pasajeros.

Sarita Rami, la responsable del servicio de mi vuelo, me recibió a la entrada del avión. Juntas nos dirigimos a la zona de descanso de la tripulación.

Pasamos por delante de la clase 'business', la clase económica superior y la última fila de asientos económicos, hasta llegar a la cocina trasera.

Aquí, en la parte trasera del avión, Rami se acercó a una puerta camuflada en la pared. Tras pulsar una secuencia de botones, un pestillo se abrió revelando una empinada escalera.

Cada uno de los escalones estaba cubierto por un peldaño antideslizante que conducía a un dormitorio para los auxiliares de vuelo. Me agarré al pasamanos y subí los escalones.

Al entrar en el área de descanso, me sorprendió su pequeño tamaño. Aunque la sala era lo suficientemente grande como para que cupieran 8 camas, me dio esa sensación por sus techos bajos y pasillos estrechos.

Con mis 1,65 metros, era demasiado alta para estar de pie de forma cómoda. En su lugar, me agaché y me arrastré por la habitación poco iluminada.

Aunque hay 8 camas, Rami señaló que normalmente 6 están ocupadas a la vez. Esto se debe a que el típico vuelo de larga distancia cuenta con 12 auxiliares de vuelo que hacen descansos por turnos una vez terminado el servicio de comidas.

Cuando le toca descansar, el auxiliar de vuelo abre la puerta con llave, sube las escaleras y elige uno de los 8 rincones tipo litera para su descanso de 2 horas y media.

Rami también explicó que la habitación no puede utilizarse durante el despegue y el aterrizaje. Mientras que el resto de la cabina del avión está presurizada durante esos momentos, no hay ventilación en el espacio del dormitorio hasta que el avión alcanza una altura de 7.600 metros.

Como jefa de vuelo, Rami explicó que su cama viene con un teléfono para comunicarse con los pilotos y el resto de la tripulación.

Cada rincón para dormir tiene una pesada cortina diseñada para amortiguar el sonido, bloquear la luz y crear una sensación de privacidad.

Cada cama tiene un cinturón de seguridad para posibles turbulencias, con mantas y almohadas atadas debajo.

He visto un espejo y 2 compartimentos de almacenamiento dentro de cada rincón...

... así como un panel para controlar la iluminación del espacio para dormir.

Rami me permitió meterme en su cama, que me pareció sorprendentemente acogedora. No era tan resistente como el colchón de mi casa, pero el grueso colchón era lo suficientemente cómodo para una siesta.

Una vez fuera de la cama, me dirigí a la parte delantera de la habitación, donde había otro espejo y un almacén para que los auxiliares de vuelo guardaran sus objetos personales.

También en la parte delantera había un panel de control para la temperatura de la habitación y un enchufe.

En el fondo de la cabina, vi un armario. Rami me dijo que es para guardar los uniformes.

Aparte de las luces y los espejos, la zona de descanso de la cabina parecía desnuda. No había ventanas y no vi ningún televisor para el entretenimiento. Rami me dijo que eso se debe a que el principal objetivo de la azafata en la sala es relajarse y descansar.

Rami me explicó que suele quedarse dormida durante su descanso. Otros auxiliares de vuelo a bordo me dijeron que les cuesta dormir en los aviones, así que aprovechan las pausas para descansar.

Efectivamente, al pasear por el avión antes de irme a dormir, me di cuenta de que había menos auxiliares de vuelo en la cabina que durante el servicio de cena.

Después de verles preparar la cabina, servir la cena y realizar innumerables tareas entre bastidores, me alegró saber que estos esforzados auxiliares de vuelo tenían un lugar cómodo para tomarse un merecido descanso.