Estas son tus salidas cuando no puedes pagar el préstamo que pediste

Persona escondida detrás de la cortina
  • Si no devuelves un préstamo, te aplicarán comisiones de impago e intereses de demora y podrías acabar en los tribunales y ver tus datos incluidos en un fichero de morosos.
  • Las entidades financieras prefieren cobrar, aunque sea con retraso, que verse obligadas a iniciar reclamaciones judiciales, por lo que es mejor comunicar la situación antes de que venza una cuota.
  • Si hablas con el banco, puedes negociar la refinanciación de la deuda, establecer un plazo de pago más largo o beneficiarte de un periodo de carencia.
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La inmensa mayoría de los préstamos que conceden las entidades financieras se acaba devolviendo, tanto el capital principal como los intereses correspondientes. Es más, la práctica totalidad de los solicitantes suele tener la intención de reintegrar al banco el dinero facilitado.

Sin embargo, puede darse la situación por las circunstancias que sean —que un prestatario, aunque actúe de buena fe, no tenga otra opción que incumplir lo pactado. ¿Qué se puede hacer cuando no puedes pagar un préstamo?

Opciones ante la imposibilidad de pagar las cuotas de un préstamo

En esa tesitura, lo habitual es recurrir a familiares o a amigos para que nos echen una mano. También cabe la posibilidad de vender algún bien, pedir un adelanto en la empresa —si es que se cuenta con un puesto de trabajo—, buscar otras fuentes de ingresos o acudir a una refinanciación. Por ejemplo, al pedir un crédito rápido online.

Pero, ¿qué ocurre si no es posible pulsar esas teclas o ya se han gastado esos cartuchos? En otras palabras, ¿qué pasa si, a pesar de haber utilizado todos tus recursos y posibilidades, te resulta inviable abonar una cuota al banco?

Qué pasa si dejas de devolver un préstamo

Si simplemente dejas de pagar porque, llegado el caso, no cuentas con liquidez, puedes entrar en un auténtico laberinto. Con la primera cuota que a la que dejas de hacer frente, el banco te va a aplicar una tasa de demora, cuyo porcentaje suele ser muy superior al de las ordinarias (aquí puedes descubrir qué son los intereses bancarios, cómo funcionan y cuántos tipos existen).

Asimismo, podrá cobrarte una comisión elevada por reclamación de cuotas impagadas. Tanto la una como la otra se irán acumulando junto con la deuda original, de tal forma que, con cada día que pase, le deberás más dinero a la parte prestamista.

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Desde el primer incumplimiento, la entidad seguirá reclamando el abono del capital pendiente de manera constante e insistente durante un cierto plazo de tiempo, seguramente por diversas vías (por carta, por teléfono, por correo electrónico...). A partir del tercer impago, el banco puede iniciar una reclamación judicial, aunque normalmente deja pasar hasta 6 meses. Durante ese lapso, por supuesto, la deuda va creciendo. Concluido ese plazo, las consecuencias dependerán del tipo de préstamo contratado y de los bienes que poseas.

Impagos en una hipoteca

La primera opción es que tengas entre manos un préstamo hipotecario sobre tu vivienda u otro inmueble. En ese caso, la entidad solicitará a un juez la ejecución de la hipoteca. Tendrás aproximadamente un año para poder saldar la deuda, que ya será considerablemente mayor que al principio. Si no lo haces, se subastará tu casa y tendrás que abandonarla, perdiendo cualquier derecho como propietario.

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"Si no se consigue subastar la vivienda por el importe total debido al banco —más gastos—, aún después de perder su casa, seguirás teniendo una deuda con el banco y éste podrá exigir el pago a tus avalistas o embargar tus otros bienes", explican desde desdefinanzasparatodos.es, página creada y sostenida por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Incumplimientos en un préstamo personal

Si se trata de un préstamo personal —que presenta ciertas diferencias respecto a un crédito—tampoco te librarías. Al contratar este producto dedicado al consumo, pones como garantía la totalidad de tus bienes presentes y futuros. Ante una situación de impago prolongado, la entidad podría conseguir que un juez embargue todo ello —incluyendo tu vivienda, tu coche, tus cuentas bancarias, parte de tu nómina o pensión, etc.— hasta llegar a la cantidad pendiente para saldar la deuda.

¿Y si te han avalado?

"Si has aportado la garantía adicional de uno o más avalistas, estas personas tienen que responder también de forma solidaria de todas tus deudas pendientes. Es decir, si no pagas y careces de bienes para embargar, el banco puede exigir a tus avalistas que paguen tu deuda o también embargar sus activos", señalan desde el citado portal.

Ficheros de morosos

Por descontado, como supondrás, si no devuelves un préstamo, tus datos irán a parar a un fichero de morosos. Esos registros son consultados por el conjunto de las entidades de crédito, lo cual dificultará o imposibilitará que logres financiación en el futuro.

¿Qué hago si no puedo pagar un préstamo?

Aunque los pasos descritos producen un cierto pavor, no hay que dejarse llevar por la alarma. Lo más importante es admitir el asunto y actuar antes del primer vencimiento de cuota. Al final, obviamente, te tocará pagar. Incluso puede que más de lo acordado al principio. Pero existen soluciones si no puedes devolver un préstamo.

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"Dejar de pagar un préstamo, sea hipotecario o personal, puede acarrear graves problemas. En la gestión de cualquier presupuesto, el pago puntual de las deudas debe tener prioridad sobre los demás gastos. Nunca tomes la decisión de dejar de pagar un préstamo como solución a un problema económico, porque lejos de ser una solución, será el comienzo de problemas mucho peores", avisan tanto desde la CNMV como desde el supervisor.

Hablar con el banco

Si, por un giro brusco de tus finanzas e ingresos, te ves en la encerrona de no poder pagar un préstamo, lo mejor es acercarse al banco para comunicar abiertamente el asunto antes del vencimiento del pago. Siempre es recomendable anticiparse al entuerto que esperar a que te reclamen los impagos. No tengas vergüenza de acudir a tu oficina para exponer el problema y pedir ayuda.

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"Cualquiera puede encontrarse en dificultades económicas en un momento determinado y las entidades de crédito prefieren cobrar, aunque sea con retraso, que tener un cliente moroso y verse obligadas a iniciar reclamaciones judiciales. Encontrar una solución beneficia a ambas partes", recomiendan desde finanzasparatodos.es.

Qué alternativas existen si no puedes pagar un préstamo

Si acudes a tu banco y pones las cartas sobre la mesa, lo más probable es que te propongan refinanciar la deuda, establecer un plazo más largo para que la cuota pase a ser menor o, incluso, concederte un periodo de carencia, durante el cual sólo tendrías que pagar intereses. "Son ejemplos de posibles soluciones que te podrían ayudar a pasar malas rachas, pero ten en cuenta que, normalmente, significan que, a la larga, la deuda resultará más cara. Con todo, siempre será mejor que simplemente dejar de pagar", concluyen desde la web mencionada.

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