El CSIC encuentra compuestos químicos plastificantes en sardinas, anchoas y merluzas del Mar Mediterráneo

Anchoas frescas

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  • Un reciente estudio llevado a cabo por el CSIC ha detectado plastificantes en sardinas, anchoas y merluzas del Mar Mediterráneo. 
  • Los aditivos químicos se encuentran en todos estos pecados de consumo habitual, aunque en niveles que no implican riesgo para la salud humana.
  • La contaminación por plastificantes podría estar detrás de la merma de sus poblaciones, también afectadas por la sobrepesca y el cambio climático. 
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"Plástico eres y en plástico te convertirás", parece estar abocado a ser el nuevo proverbio de este siglo XXI. Los océanos son los grandes perjudicados del abuso y mala gestión del residuo: aunque se desconoce la cantidad exacta se estima que el mar alberga entre 5 y 50 billones de fragmentos, sin incluir el fondo marino, donde va a parar el 70%.

Desde Greenpeacerecuerdan que 8 millones de toneladas de basura al año llegan a los mares y océanos (equivalente al peso de 800 Torre Eiffel o el peso de 14.285 aviones Airbus A380, un plástico que podría cubrir 34 veces la isla de Manhattan). Es más, cada segundo más de 200 kilos de basura plástica acaban en nuestras aguas. 

Los aditivos químicos plásticos también acaban en el interior de numerosas especies marinas, tal y como acaba de confirmar un reciente estudio del CSIC publicado en la revista Environmental Pollution.

La investigación confirma la presencia de plastificantes en pescados de consumo habitual como sardinas, anchoas y merluza y, pese a que los niveles no implican riesgos para la salud humana, este tipo de contaminación podría estar entre las causas del declive de las poblaciones, junto con la pesquería y el cambio climático.

El trabajo ha sido liderado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) en colaboración con el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y se ha centrado en los ésteres organofosforados, una familia de compuestos químicos ampliamente utilizados en la industria, para plásticos, muebles o textiles. 

Varios estudios han averiguado que estas sustancias plastificantes desencadenan efectos tóxicos sobre el sistema nervioso y endocrino, afecta negativamente a la fertilidad y pueden causar cáncer.

55 muestras de peces mediterráneos con plastificantes

Las anchoas son uno de los pescados más consumidos a lo largo del Mediterráneo.
Las anchoas son uno de los pescados más consumidos a lo largo del Mediterráneo.

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La investigación analizó 55 muestras de sardinas, anchoas y merluzas recolectadas en la zona del Mediterráneo occidental, concretamente en el Cabo de Creus, el Delta del Ebro, el Golfo de Valencia y el Golfo de Alicante. 

A excepción de 2 individuos, todos los restantes mostraron niveles de plastificantes de hasta 73 nanogramos por gramo de músculo. Las zonas estudiadas presentaron niveles parecidos de contaminación.

Entre las especies sí que se percibieron diferencias: la sardina fue el pez con la cantidad más alta de aditivos químicos plásticos, seguida de la anchoa y la merluza. La razón está en las distintas capacidades de adquisición, bioacumulación y metabolismo de cada una de las especies. 

"Los niveles inferiores hallados en la merluza, que es un depredador parcial de sardinas y anchoas, sugieren que estos contaminantes no se biomagnifican a lo largo de la cadena alimentaria, ya que los niveles de contaminación no aumentan de presa a depredador", apunta la investigadora del IDAEA-CSIC Ethel Eljarrat y autora principal del estudio.

El consumo de estos peces expuestos a contaminantes plásticos no supone por si solo un riesgo para la salud humana, pero cabe destacar que la exposición se multiplica por otras vías, como la ingestión de otros alimentos, la inhalación de aire o la ingesta de polvo. 

La suma sí que podría resultar peligrosa, por lo que es importante reducir la contaminación de los ecosistemas acuáticos y prevenir que estos plastificantes lleguen a los peces. 

Además, el problema no se circunscribe ni mucho menos a la salud humana, sino que afecta a los ecosistemas y a las propias poblaciones, mermadas debido al aumento de la presión pesquera, temperaturas más cálidas del agua por el calentamiento global y la presencia de sustancias contaminantes como esta. .

Por desgracia no es el único, ni tampoco será el último, estudio que detecta plástico en el organismo de numerosos seres vivos: en 2019 encontraron a los cangrejos del río Támesis atiborrados de plástico, mientras que numerosos cetáceos mueren por ingerir kilos y kilos de redes de pesca y basura plástica.

Las investigaciones revelan que los animales más afectados por la contaminación de plástico son las tortugas (la ONU Medio Ambienteestima que el 52% de las tortugas del mundo ha comido estos desechos), las aves marinas como pelícanos, gaviotas o albatros, las ballenas y delfines y los lobos marinos. 

El plástico en todos estos seres vivos daña su crecimiento, reduce sus poblaciones, termina en sus órganos y en muchas ocasiones, les causa la muerte. 

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