Por qué hay 10.000 cerebros en formol en un sótano de Dinamarca

Cerebros en formol

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  • En un gélido sótano gris de la Universidad del Sur de Dinamarca hay una sala con casi 10.000 cerebros conservados en formol.
  • La controvertida colección es la más grande del mundo: los órganos datan del periodo entre 1945 y 1982.
  • En total hay 9.479 cerebros de pacientes psiquiátricos diagnosticados de demencia, esquizofrenia, manía y depresión, y esta es su historia.

Parece el principio de una novela de Stephen King o una película de M. Night Shyamalan, pero en ocasiones la realidad supera a la ficción. En lo profundo de un gélido y gris sótano del norte de Europa, miles de cubos de plástico numerados albergan la colección de cerebros en formol más grande del mundo.

¿De dónde procede tamaña cantidad de órganos? ¿Quiénes eran sus dueños? Detrás de esta marabunta de cerebros hay 2 nombres: el médico danés Erik Strömgren y el investigador islandés Lárus Einarson.

Como revelan desde Euronews, estos cubos son como muñecas rusas: dentro de los blancos hay otros amarillos que evitan que su contenido se filtre. En el interior de cada envase, un cerebro intacto, conservado en solución de formaldehído y extraído entre los años 1945 y 1982.

Los cerebros pertenecían a pacientes maniacos, esquizofrénicos, con depresión o demencia... que no dieron su consentimiento

Los citados científicos fundaron en 1945 el Instituto de Patología Cerebral en 1945 en Risskov, al oeste de Dinamarca. Su esperanza era preservar los cerebros para la posteridad, y ser un gran muestrario que pudiese ser investigado en el futuro, con la ayuda de los avances científicos más sofisticados. 

El trabajo en la colección se detuvo por motivos financieros en 1982 y finalmente se trasladó a otra ciudad, Odense, en 2017.

Durante todos estos años, coleccionaron en formol miles de cerebros de personas con problemas psiquiátricos. En total, 9.479 cerebros de pacientes diagnosticados de demencia, esquizofrenia, manía y depresión.

El protocolo era el siguiente: los cerebros se extraían durante las autopsias y se mandaban por paquetería postal desde los centros psiquiátricos de todo el territorio danés. Permanecían en sus cajas, se cortaban en trozos y se conservaban en formol.

Pero que los órganos acabasen en esos baldes es un episodio muy oscuro de la historia de Dinamarca, ya que tal y como pone de manifiesto un reportaje para la BBC, ni los propios pacientes ni tampoco sus parientes cercanos habían dado su consentimiento previo y expreso para la donación de los cerebros. Se trata de uno los debates éticos más grandes de la historia del país.

La colección se emplea con múltiples finalidades: cada órgano tiene un "diario cerebral" o libro de registros con información detallada, permitiendo tomar muestras de cada grupo demográfico e incluso analizando los efectos de los tratamientos psiquiátricos modernos, ya que la mayoría de los cerebros de la colección no recibían tratamientos como los de hoy en día.

Por ejemplo, puede compararse el efecto de determinados fármacos o terapias en miles de cerebros de pacientes de una determinada afección.

 

"Sabemos quiénes fueron los pacientes, dónde nacieron y cuándo murieron. También contamos con los diagnósticos que les hicieron y los informes de los exámenes neuropatológicos postmortem", señala a la BBC Martin Wirenfeldt Nielsen, patólogo y actual director de la colección de cerebros en la Universidad del Sur de Dinamarca, Odense.

En aquel momento, los pacientes psiquiátricos carecían de la mayoría de derechos que tenía la población normal, lo que posibilitó esta recolección a gran escala, muy controvertida y criticada por expertos en la materia. 

Además,  lo que sucedía de paredes para dentro de las instituciones era muy opaco. Por otro lado, en el pasado las autopsias se hacían de forma casi automática, mientras que hoy se concibe que el individuo es inviolable. 

Hace pocas décadas, en los 90, el Consejo Danés de Ética dictaminó a principios de los 90 que los cerebros podían utilizarse para la investigación, aunque se extrajeran sin el consentimiento de los pacientes o sus familiares, pero a principios de marzo de 2023, el nuevo gobierno danés llegó a la conclusión de que las personas internadas debían recibir una disculpa. 

Se calcula que un total de 27.500 personas fueron registradas en diversas instituciones sanitarias entre 1933 y 1980 en Dinamarca

Una investigación del año pasado puso de manifiesto que un elevado porcentaje habían sufrido abusos, agresiones y violencia en forma de toda clase de procedimientos, como esterilizaciones forzosas y lobotomías. Alrededor de medio millar de mujeres esterilizadas o víctimas de abortos obligados en el psiquiátrico de la isla de Sprogø entre los años 20 y 60 recibirán disculpas.

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