Qué hay en juego en las principales ciudades de España este 28M: la contaminación, la movilidad y la vivienda marcan las elecciones

Yolanda Díaz, líder de Sumar (izquierda) y Ada Colau, actual alcaldesa de Barcelona (derecha).
Yolanda Díaz, líder de Sumar (izquierda) y Ada Colau, actual alcaldesa de Barcelona (derecha).

Flickr Ada Colau

  • Las elecciones del 28M se han planteado en el plano nacional, pero en el nivel local hay mucho en juego.
  • La vista está puesta en algunas de las ciudades más grandes de España, como Madrid o Valencia, de cara a las elecciones generales de dentro de unos meses.
  • Cuestiones como la movilidad, la contaminación, la tensión de los alquileres turísticos y la dependencia del turismo son los asuntos que se votarán en estos comicios autonómicos y municipales.

Hoy se abren las urnas en toda España y hay mucho en juego.

Y no solo porque estos comicios se hayan planteado en términos nacionales, en una especia de preámbulo en el que el PSOE y PP se miden fuerzas de cara a las elecciones generales de diciembre –que también–, sino porque el nivel local juega un papel fundamental en el día a día de los ciudadanos. 

A veces resulta complicado distinguir quién tiene la responsabilidad de qué. Hay muchas problemáticas que son transversales a tipo de territorios, como pueden ser el paro, la inflación y cada vez más, la vivienda. Pero no son iguales las necesidades que se plantean en un pequeño pueblo de la España rural que en las grandes ciudades. 

Las principales urbes de España juegan un papel fundamental para dibujar el mapa de colores que saldrá del recuento de votos esta noche –y de los pactos posteriores– y que podría atisbar qué pasará en diciembre cuando Pedro Sánchez se juegue la presidencia frente a Alberto Núñez Feijóo.

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Aunque algunos ciudadanos cambien su papeleta en los diferentes niveles de elección, la mayoría suele votar por el mismo partido. Por ello, el partido vencedor en las principales plazas puede prever quién ganará las generales, donde se reparten 37 escaños en Madrid, 32 en Barcelona, 15 en Valencia, 12 en Sevilla y 11 en Málaga. 

Pero antes de adelantarnos a diciembre, hay que tener en cuenta qué se está votando este domingo 28 de mayo y qué hay en juego en las principales ciudades de España.

La vivienda y la contaminación: las principales preocupaciones de los Ayuntamientos de Madrid y Barcelona

Las 2 ciudades más grandes de España comparten varios de los principales problemas que más las acusan: el precio de la vivienda y la contaminación. 

Aunque la vivienda haya marcado el debate en muchas de las arenas electorales de estos comicios, Madrid y Barcelona baten el récord del precio de la vivienda tanto en la compra como en el alquiler. 

En la capital, el precio del m2 en abril costaba de media 16,4€, un 10,3% más que el año anterior para el mismo periodo, según datos de Idealista. Eso supone que una vivienda de 75 m2 cueste 1.230€, mientras que en Barcelona, el m2 se sitúa en los 15,8€ de media, un 13,4% más que el mismo periodo del año anterior.

El coste de la vida en estas ciudades no solo se refleja en términos monetarios, sino en cuestiones relacionadas con la salud, especialmente con la contaminación del aire. 

Ambas urbes se han convertido en los epicentros de la contaminación en España, pero mientras que la capital madrileña ha conseguido por primera vez cumplir con los estándares europeos, el área de Barcelona sufrido una regresión en los últimos años saliéndose de su usual cumplimiento de los límites de la Comisión Europea. 

En menor medida, la seguridad ha pasado de soslayo en los debates sobre el Ayuntamiento de Madrid, aunque Rita Maestre haya aludido a "poner orden en Madrid" en muchas de sus intervenciones durante esta campaña, refiriéndose a "barrios limpios, seguros y cuidados". 

Sin embargo, en Barcelona la preocupación por la seguridad se ha disparado: el 72% de los barcelonenses cree que sus calles son más inseguras, según una encuesta del RACC, mientras los datos reflejan una reducción de las infracciones en un 16% desde 2019.

La tensión por los pisos turísticos de Barcelona, Málaga y Sevilla

Las grandes capitales también lo son por su atractivo turístico. 

Desde que se popularizó el alquiler vacacional, la tensión sobre este tipo de pisos no ha hecho más que aumentar en estos últimos años. Muchos vecinos de las zonas más turísticas sufren y conviven día a día con gente que va y viene y que suele saltarse las normas de convivencia como el ruido por la noche. 

Esta problemática la padecen con mayor intensidad las ciudades de Barcelona, Málaga y Sevilla, pero también en Madrid. Y es que si la vivienda está a punto de convertirse en un drama habitacional, los alquileres vacacionales han influido gravemente en la oferta de pisos y especialmente en su precio. 

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Los vecinos del centro de Málaga se quejan de estar rodeados de pisos turísticos con los consecuentes problemas de convivencia que ocasionan, lo que está expulsando a residentes permanentes hacia zonas menos transitadas por turistas. "Las comunidades de vecinos no pueden ser un hotel", decía el presidente de la Asociación de Vecinos del centro antiguo de Málaga a Televisión Española el pasado abril.

En Sevilla, una de cada 4 viviendas se destina ya al alquiler turístico en zonas que están perdiendo su identidad de barrio y que están muy cerca de sufrir el "fenómeno Venecia", donde sólo se ven turistas. En Barcelona, se lleva tiempo planteando el problema, pero las medidas no han llegado para los vecinos barceloneses en una ciudad que recibió el año pasado 9,7 millones de turistas. 

En Madrid, el incremento de los pisos turístico, además de haber contribuido al aumento precio del alquiler en la zona centro, pero el fenómeno ya se ha extendido a la periferia directa de barrios como Tetuán, Usera, Ciudad Lineal o Carabanchel.

Aunque la regulación de estos tipos de alquileres se quedó fuera de la ley de vivienda del Gobierno central, los expertos del sector turístico han avisado de que la norma podría darle más alas al alquiler vacacional, impulsándolo por encima del alquiler residencial.

Una movilidad sin atascos y más verde: uno de los principales frentes de las grandes ciudades españolas

La movilidad, en un contexto de emergencia climática y reducción de la contaminación, es una de las gestiones más importantes de los ayuntamientos. La eliminación del coche del centro de las ciudades plantea un reto que la bicicleta y el patinete eléctrico han venido a solucionar. 

Los atascos son el día a día de aquellos que cogen el coche para desplazarse a trabajar en las grandes ciudades. Las horas puntas afectan también a los servicios públicos de transporte, pero poner una solución a este problema pasa por cambiar todo el modelo. 

En ciudades como Madrid o Valencia, los partidos están planteando soterramiento de carreteras o la construcción de nuevas vías, como el scalextric de Puente de Vallecas que propone Más Madrid o el bulevar verde que conecte Valencia y Burjassot, que sustituya ese tramo de CV35, que propone Compromís. 

Sustituir el modelo por uno más verde, menos contaminante y más eficaz no es tan sencillo como se plantea. En cuanto a la micromovilidad de las ciudades, no todo está siendo color de rosa. Por ejemplo, en Valencia y Barcelona el patinete eléctrico lleva años retirado de las calles debido a que las llenó de obstáculos y peligros para la regular circulación, algo que los vecinos y ayuntamientos denunciaron. 

Mientras que la bicicleta eléctrica se plantea como el modelo preferente para la movilidad individual por la ciudad, y se hayan hecho esfuerzos como BiciMAD en Madrid o Bicing en Barcelona, con estaciones públicas, aún queda todo el trabajo por convertir las ciudades en un lugar seguro para la bici. 

Los carriles especiales para este medio de transporte se ha convertido en promesas de muchos de los candidatos a las diferentes alcaldías de las grandes ciudades. 

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Economías dependientes del turismo

Sevilla y Málaga son ciudades altamente dependientes del turismo. 

La pandemia dejó claro que es necesario un modelo económico que refuerce las estructuras económicas locales, lejos de la volatilidad estacional y de factores externos difíciles de prever.

El turismo y la hostelería son los motores de Sevilla, así como de Málaga, y aunque algunas empresas tienen sus sedes en las ciudades andaluzas, existen otros elementos que pueden convertirlas en epicentros económicos. 

Ejemplo de ello ha sido la transformación de Málaga como hub tecnológico, aportando talento y buen clima. La ciudad pretende consolidarse dentro del ecosistema tech gracias a la apuesta de grandes compañías como Google o Vodafone, que tiene allí su centro de innovación tecnológica.

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