La importante razón por la que algunos animales tienen rayas, según un estudio español

Cebras, animales
  • Un equipo español liderado por la EBD-CSIC ha descubierto el papel de las bandas laterales de algunos animales que se mueven en manada para evitar a depredadores.
  • Según la investigación, estas franjas les ayudan a coordinarse y a formar grupos ordenados con los que moverse al unísono, además de despistar a las amenazas mediante el contraste de colores.
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Una de las grandes preguntas planteadas por los estudiosos de la fauna es cómo las manadas, bandadas y bancos de animales consiguen moverse colectiva y coordinadamente para evitar a los depredadores. Históricamente, la mayoría de las teorías interpretan que estos grupos de animales tenderían a seguir señales visuales desconocidas, hasta ahora.

Un grupo de investigación español liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD) del Centro Superior de Investigaciones Científicas investigación (CSIC) ha publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B un artículo en el que da solución a este clásico enigma. Según pregona el estudio, los animales tenderían a mostrar rayas en sus cuerpos o extremidades para coordinar a sus vecinos y decidir el sentido del movimiento en grupo, a veces incluso la dirección.

Bajo esta sencilla premisa, los patrones corporales consiguen promover el movimiento grupal coordinado, sí, pero también confundir a los depredadores, que a distancia percibirían un conjunto borroso de bandas claras y oscuras sin poder separar a individuos concretos para focalizar su ataque.

"Lo que queríamos dilucidar es la existencia de un lenguaje universal que explicaría por qué determinadas especies de mamíferos, aves y peces, fundamentalmente, se mueven al unísono ante la amenaza de un depredador. Sólo se explica por la existencia de un código visual como estas rayas", asegura Juan José Negro, autor principal de la investigación y científico del CSIC en la EBD. Para dar con la prueba, su equipo utilizó diferentes datos estadísticos para estudiar los patrones de movimiento.

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En concreto, Negro condujo distintos grupos de vertebrados —dos tipos de aves, mamíferos rumiantes y una comunidad de peces de arrecife de coral— para entender cómo se relacionaban entre ellos y qué hacían ante la presencia de uno de sus depredadores naturales. "Todas especies forman grupos sociales que a menudo son el objetivo de los depredadores [halcones y aves rapaces, leones y tiburones, despectivamente] y huyen todos juntos cuando son atacados", afirma el investigador del CSIC.

A la luz del estudio, las bandas corporales y líneas laterales aparecían con mayor frecuencia en las especies más sociales, mientras que desaparecían en las más solitarias o en las menos vulnerables a la depredación. Tras comprobar los resultados con los grupos, Negro y su equipo llegaron a la conclusión de que tales patrones corporales proporcionan un mecanismo de comunicación para formar grupos compactos, informando a otros animales vecinos de la dirección que deben tomar sin provocar choques en cadena, y seguramente también confundiendo a los depredadores con la alternancia de bandas contrastantes en movimiento. 

"El hecho de que las bandas sean típicamente acromáticas, en una escala del blanco al negro, se ajusta a la teoría de detección de señales. De este modo, especies con sistemas de visión muy diferentes, incluyendo las que no ven en colores, pueden aprovechar e incorporar este mecanismo de comunicación", resalta Negro. "Es esencial que sean acromáticas, blancas o negras, porque contrastan mucho y se ven en cualquier condición de luz; eso explicaría que lo que importa es el contraste, para ver dichas señales en cualquier circunstancia", resume el investigador. 

Claro que esta explicación no resume el porqué de todas las rayas existentes en el mundo animal. Otros animales, como las mofetas o las avispas, por ejemplo, tienen estas mismas líneas en los costados no para huir de los depredadores ni alinearse en grupos, sino para todo lo contrario. Según Negro, "pretenden ser muy visibles para los predadores, lo que se conoce como aposematismo para ser asociadas con el peligro y evitar ataques", puntualiza el biólogo.

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