He estado en el primer concierto de España en la 'nueva normalidad': claxon, mascarilla y comida entre las actuaciones
- Business Insider España ha tenido la oportunidad de asistir al primer concierto celebrado en España dentro de la nueva normalidad.
- El festival BMW Drive In Fest, organizado por BMW en colaboración con Warner Music, se ha llevado a cabo en el Autocine Race, ubicado en la ciudad de Madrid (España).
- Se trataba de un concierto benéfico con actuaciones de Rulo y la Contrabanda, Marlon y Ed is Dead en el que el importe íntegro de la recaudación iba a parar al Banco de Alimentos.
- Decenas de personas se congregaron en la explanada del autocine respetando todas las normas de distanciamiento social: prohibición de permanecer fuera del vehículo, mascarillas obligatorias para ir al aseo y un máximo de hasta cuatro ocupantes por vehículo.
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La nueva normalidad es ya una realidad para 3 de cada 4 españoles. Pese a que Madrid no entra en esta nueva fase hasta mañana, domingo día 21 de junio, lo cierto es que el hecho de estar todavía en fase 2 no ha impedido que el pasado miércoles se haya celebrado el primer concierto de España en la era post-coronavirus respetando las máximas medidas de seguridad.
El fabricante de coches BMW, de la mano de Warner Music, ha dado vida a una iniciativa solidaria en la que el importe íntegro de la recaudación de las entradas (el acceso tenía un coste de 5 euros por persona) iba destinado al Banco de Alimentos para ayudar a los más necesitados por la situación generada tras la pandemia del coronavirus.
BMW Drive In Fest reunió artistas de la talla de Rulo y la Contrabanda, Marlon y Ed is Dead, en una iniciativa en la que las restricciones de distanciamiento social obligaban a que la única manera de acudir al concierto fuera en coche, con la prohibición expresa de abandonar el vehículo salvo para ir al aseo –en cuyo caso, era obligatorio el uso de mascarilla.
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Se trata así del primer concierto celebrado en España tras la crisis del COVID-19, que sigue en la línea de otras actuaciones en directo con asistentes venidos en sus coches como por ejemplo el que se celebró en Alemania a comienzos de mayo en el municipio de Schüttorf, cerca de la frontera con Países Bajos.
Las entradas para el BMW Drive In Fest se agotaron apenas una hora después de ponerse a la venta, logrando así reunir a más de 400 asistentes repartidos en 230 vehículos aparcados en las instalaciones del Autocine Madrid Race, conocido por sus proyecciones de películas al aire libre.
Business Insider España ha tenido la oportunidad de asistir al primer concierto de España tras la crisis del coronavirus, y aunque la experiencia dista de lo que uno esté acostumbrado a vivir en un festival de música, lo cierto es que este festival es una muestra más de todas las formas que tienen a su disposición los negocios para reinventarse en esta nueva era.
Las entradas no estaban numeradas: los sitios se asignaban por orden de llegada
El orden de llegada determinaba el lugar que cada coche ocupaba en la explanada del autocine. Los organizadores asignaban plazas a los vehículos a medida que se incorporaban al festival, cuyas puertas abrían a las 20:00h para dar comienzo a las actuaciones pasadas las 20:30h.
Unas normas de seguridad estrictas para cumplir con todas las medidas sanitarias
A la entrada, los organizadores hacían entrega de unas detalladas instrucciones que hacían especial hincapié en las normas de seguridad en materia de salud, higiene y distanciamiento social.
Algunas de las normas incluían:
- No se podía superar el número de ocupantes adquirido en el tipo de entrada. Había dos tipos de entrada: hasta un máximo de dos ocupantes y hasta un máximo de cuatro ocupantes por vehículo.
- Estaba prohibido salir del vehículo salvo para ir al aseo, en cuyo caso se tenía que hacer de uno en uno, respetando la distancia de seguridad y haciendo uso de la mascarilla.
- Además, también se encontraban las normas estándar del autocine: prohibición de circular por el recinto a más de 20 km/h, apagar las luces si es posible y ceder el paso a los peatones en todo momento.
¿Alguien dijo hambre? Comida a domicilio, o mejor dicho, comida "al coche"
En el reverso de las instrucciones de seguridad se encontraba el menú de comida que se podía encargar para que el personal del autocine realizara la entrega del pedido hasta el propio vehículo.
Un menú de hamburguesa con patatas costaba entre 12,90 (Rita Burger) y 14 euros (Greta Burger), incluyendo la bebida. También se podía adquirir hot dogs, fingers, palomitas, golosinas y bebidas, con un pedido mínimo de 5 euros.
El pedido se realizaba a través de la página web del autocine, autocinesmadrid.es, indicando el número de fila y posición (izquierda o derecha) en la que se encontraba el vehículo.
Espacio suficiente para que 230 coches puedan disfrutar del festival con seguridad
La cita congregó 230 vehículos con más de 400 personas repartidas en ellos. Pese a la gran afluencia, en ningún momento era necesario bajar del vehículo para acceder, aparcar o disfrutar de las actuaciones, de manera que en todos los casos se respetaban las normas del distanciamiento social.
Para escuchar la música había que sintonizar la radio: 93.7 FM
Tal y como ocurre con las películas que se proyectan en el autocine, para disfrutar del concierto era necesario sintonizar la emisora de radio 93.7 FM dentro del vehículo. De esta forma, el sonido del concierto se emitía directamente a través de los altavoces del coche.
Pasadas las 20:30h, era el momento de empezar a disfrutar del concierto
Más allá de las peculiaridades propias de la situación actual, el concierto se podía disfrutar con máxima comodidad dentro del vehículo.
El hecho de poder regular el volumen para –por ejemplo– hablar con tu acompañante, o poder subir las ventanillas para poner el aire acondicionado y así no sufrir con el calor de la última hora de la tarde, eran añadidos que en un concierto anterior a la nueva normalidad uno nunca se hubiera planteado.
Lógicamente, los saltos al ritmo de la música tenían que contenerse dentro del coche.
Dentro del vehículo no era obligatorio el uso de mascarilla
En base a las normas de la fase 2 de la desescalada, según las cuales no es obligatorio el uso de mascarilla entre personas convivientes dentro de un mismo vehículo, no era necesario llevar mascarilla durante el concierto. Salvo que, tal y como indicaban las normas, se abandonara el coche para ir al aseo.
Aplausos a ritmo de claxon
Dado que aplaudir desde el coche tras cada actuación no era una opción demasiado práctica, el público optó por hacer sonar el claxon cada vez que terminaba una canción o el artista solicitaba algún tipo de interacción.
Qué buen momento para tener un descapotable
Las normas hablaban de que estaba prohibido abandonar el vehículo salvo para ir al servicio, pero... ¿quién dijo que no se pudiera descapotar el coche para disfrutar del concierto con algo más de libertad?
E incluso sin descapotable, había quien aprovechaba la letra pequeña de las normas
Técnicamente, las personas que asomaban el cuerpo fuera de su vehículo no estaban incumpliendo las normas de la organización. Las ventanillas de algunos coches se convirtieron en improvisados asientos de festival de música en la nueva normalidad.
Era otra forma más de disfrutar de la música con mejores vistas, aunque el escenario disponía de dos pantallas enormes que facilitaban el visionado de las actuaciones.
La organización se tomaba muy en serio las normas de seguridad
Fuera bromas, lo cierto es que en todo momento se notaba la seriedad con la que la organización se tomaba las normas de seguridad indicadas en las instrucciones.
Empleados del festival se aseguraban de que se cumplieran los puntos básicos: permanecer dentro del vehículo y salir únicamente para ir al aseo, en cuyo caso había que ir con la mascarilla puesta.
También se ofrecía bebidas en los descansos
Empleados del festival recorrían la explanada ofreciendo cerveza –para el acompañante o los acompañantes del conductor, claro está– para aquellos que no quisieran esperar a que llegara su pedido.
El concierto transcurría con total normalidad...
... ¡hasta que llegó la comida!
Era momento de bajar un poco la música: la comida encargada vía página web del Autocine había llegado pasados unos 20 minutos del pedido.
Dos menús de hamburguesa con patatas y Coca-Cola Zero, 28 euros. Si la nueva normalidad va a ser esto, habrá que cenar en casa antes de ir a un concierto.
La hamburguesa estaba rica
Pese al elevado precio, hay que reconocer que la comida no era de mala calidad. Cara, pero la carne estaba realmente deliciosa.
Y a seguir disfrutando de las actuaciones
El resto del concierto transcurrió con total normalidad (dentro de la nueva normalidad). El tiempo dirá si los conciertos desde el coche se acaban convirtiendo en una nueva forma de disfrutar de la música en directo con seguridad, o si desaparecen tal y como vinieron en el momento en que se levanten las restricciones de aforo en lugares públicos.
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