He ido a una galería física de NFT donde el arte digital se mostraba a través de pantallas de televisión: me pareció completamente inútil

Katie Canales / Business Insider
- He ido a una galería de arte física en la que se exhibían NFT en pantallas de televisión.
- Vi ilustraciones de dibujos animados, paisajes urbanos de ensueño y fotos de coches. La galería me pareció tan solo una distracción en el ya de por sí ruidoso mercado de los NFT.
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Consensus 2022 en Austin, Texas, EEUU, fue una gigantesca reunión de criptodiscípulos, políticos y ejecutivos de alto nivel.
Ofreció una buena cantidad de imágenes interesantes a los asistentes, como un McLaren cubierto de dogecoin, una barra de HODL desplegable y una galería de arte de NFT trasladada a la vida real.
En esta exposición vi fotos de coches, retratos de dibujos animados, imágenes manipuladas de amplios paisajes urbanos y escenas de aspecto distópico, por describir solo unas cuantas.
Pero al recorrer la sala repleta de pantallas de televisión me di cuenta de que tratar los NFT como obras de arte tradicionales solo aumenta el ruido y la confusión que ya existe en un espacio de 41.000 millones de dólares.
Resultó confuso y poco estimulante

No entra dentro de lo normal ver activos digitales en algún tipo de exposición física. Al fin y al cabo, están diseñados para ser guardados online a través de métodos de almacenamiento como las carteras digitales.
Los NFT ofrecen a las personas una propiedad única sobre cualquier tipo de objeto. Esta está asegurada gracias a la tecnología blockchain, que se paga con criptodivisas.
Hasta ahora, el concepto se ha aplicado en gran medida al mercado del arte, que ha dado lugar a la colección Bored Ape Yacht Club, de 1.000 millones de dólares, y a otras obras escandalosamente caras.

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Pero incluso algunos defensores de las criptomonedas han calificado a las NFT de distracciones de su verdadero objetivo: un sistema financiero descentralizado.
El fundador de Binance, Changpeng Zhao, por ejemplo, dijo a Fortune en abril que quienes participan de "la locura de las NFT" han "perdido la cabeza".
Más allá de las expectativas más o menos altas que despierta el fenómeno, hay quien ve en los NFT una herramienta aprovechable por parte del mundo del arte para impulsar a los creadores, que ahora pueden llegar a sus clientes de forma más directa y cobrar más fácilmente.

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Por eso esperaba que hubiera un código QR junto a cada pantalla para poder escanearlo con mi teléfono y ver el título y el nombre del artista.
Pero no había ninguna etiqueta a la vista, aunque algunas fotos y noticias del evento muestran códigos QR con enlaces para pujar por las obras de arte. Estas pueden haberse añadido más tarde.
Cada pantalla mostraba un NFT durante unos segundos antes de cambiar a otra; se podía estar delante de una durante un minuto entero y ver varias fotos, ilustraciones y piezas visuales.
Pero aunque hubiera encontrado esos códigos QR, creo que hubiese sentido la misma vacilación que tengo cuando miro los NFT online. Es el resultado de las dudas que me genera poner mi dinero en algo cuyo valor puede cambiar drásticamente de la noche a la mañana sin ton ni son.
La galería da la impresión de añadir ruido al ruido

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Se supone que la exposición pretendía simplemente mostrar a la gente cómo los NFT podían exhibirse igual que el arte tradicional.
El sentido de esto, en teoría, es que los artistas puedan en algún momento alquilar un espacio en un local y exponer sus obras para que los espectadores puedan finalmente comprarlas por Internet.
El mercado de los NFT se ha disparado en los últimos años, con grandes mercados de NFT como OpenSea alcanzando una valoración de 13.000 millones de dólares y celebridades como la estrella de la NFL Tom Brady y la actriz Lindsay Logan subiéndose al carro.
Pero con su auge llegaron también las investigaciones políticas y las preocupaciones en torno al blanqueo de dinero, el fraude, el robo y una burbuja impulsada por la promesa de dinero rápido y fácil y condenada, por tanto, a estallar en algún momento.
Como escribióFast Company en diciembre de 2021, hay una razón por la que los museos tradicionales no se han fijado mucho en los NFT: no quieren estar cerca de ellas cuando todo explote.