He probado a fondo el Samsung Galaxy Z Fold 6 y aunque es un plegable excelente, recuerda demasiado a su anterior generación
- He probado el Samsung Galaxy Z Fold 6 durante unas semanas y tengo muy claro que es un plegable excelente, aunque es deja un déjà vu constante de la anterior generación.
- ¿Sus grandes puntos fuertes? Un diseño renovado que le sienta genial, potencia bruta y una enorme versatilidad gracias a su gigantesco panel interior.
Si hay una compañía que viene a la mente cuando se piensa en plegables es Samsung.
No solo por ser la primera en iniciar prácticamente un segmento al que se han ido sumando más y más marcas, sino también porque sus dispositivos ya están muy depurados. Al final son ya 6 generaciones y es normal que vengan con los deberes hechos en muchos apartados.
El Galaxy Z Fold 5 que tuvo la oportunidad de probar mi compañero Manuel Contreras el año pasado ya era un dispositivo soberbio.
Samsung no ha dejado de trabajar en perfilar y mejorar generación tras generación y teniendo en cuenta que uno de sus objetivos para 2024 era lograr vender más dispositivos a mayor precio, era evidente que iban a poner toda la carne en asador con el Samsung Galaxy Z Fold 6.
¿Da la talla? He podido pasar más de 2 semanas con este equipo y aunque es cierto que en muchos puntos es un déjà vu constante de la anterior generación, sí que creo que ofrece muchos puntos interesantes como para pensarse la compra.
Su gran hándicap es un precio 100 euros por encima de la anterior generación, que ya pone al equipo por encima de los 2.000 euros, 2.009 euros para ser exactos y que, si ya cuentas con un plegable de la firma, el salto puede estar menos justificado a menos que sea de varias generaciones.
De todas formas, si te tienta o quieres conocer a fondo el equipo, te invito a que me acompañes a lo largo de este análisis del Samsung Galaxy Z Fold 6 para que veas qué me ha parecido.
Un rediseño que lo acerca a la línea Galaxy S24 y que le sienta de escándalo.
Es una de las cosas que más llama la atención, puesto que hay diferencias respecto a la anterior generación que directamente se ven a simple vista.
Ahora tiene un diseño más parecido a la de la línea Galaxy S24, es decir, bordes planos elaborados en aluminio y esquinas más cuadradas.
A mí personalmente me encanta el cambio. No solo porque logra unificar el estilo de gama premium de la firma coreana, sino que se siente más cómodo en mano gracias a un peso de 239 gramos, unos 13 gramos inferior.
Además, Samsung también ha conseguido reducir el grosor del equipo cerrado 1 mm, para situarse en los 12,1 cuando está cerrado, lo que consigue que sea más fácil de guardar y llevar en cualquier parte y además más placentero de usar en este modo.
En cuanto a la parte trasera, donde descansa el módulo de cámaras principal en modo línea, apuesta por un aspecto muy limpio, sobrio y premium que además no deja huella alguna.
Por lo demás, la botonera se aloja en la parte derecha inferior, al igual que el cable de carga, de modo que cuando lo tienes abierto queda en la zona derecha, mientras que la ranura SIM está ubicada en la parte derecha superior, por lo que cuando lo abres se queda en la zona izquierda.
Por último, en cuando a conectividad, no le falta absolutamente nada: Wi-Fi 6e, Bluetooth 5.3, NFC, 5G y USB-C 3.2. Es cierto que no viene con Bluetooth 5.4 o Wi-Fi 7, pero también es cierto que son aspectos que con lo que hay en la actualidad no se nota tanto su ausencia.
Una pantalla interna excepcional y una externa funcional que me ha parecido demasiado estrecha y muy alargada.
Primero, toca empezar por lo que no me ha convencido: su panel exterior.
No digo que no sea una pantalla fabulosa, puesto que los números hablan por sí mismos: resolución de 968 x 2.376 píxeles, panel Dynamic AMOLED 2X de 6,3 pulgadas y 120 Hz de refresco para asegurar la máxima fluidez.
Lo que no convence tanto es que es un panel demasiado estrecho y muy alto, lo que dificulta en muchos casos escribir y manejarse con soltura. Al final el uso que le he dado ha sido meramente testimonial, como para ayudarme con selfies con la cámara principal o consultar alguna que otra cosa, ya que el eje de la experiencia se sostiene gracias a su pantalla interna.
Una pantalla interior que es extraordinaria que no se deja nada por el camino: panel Dynamic AMOLED 2X de 7,6 pulgadas con una resolución de 1.856 x 2.160 píxeles, 120 Hz, soporte HDR10+ y un brillo de 2.600 nits. ¿El resultado? Una experiencia excepcional.
Ahora bien, a pesar de que Samsung es líder en fabricación de estas pantallas plegables, no ha logrado eliminar por completo la arruga de la pantalla, que es bastante visible. Es un punto negativo a tener en cuenta, puesto que otras marcas como Honor y Oppo han conseguido prácticamente hacerla desaparecer.
Y lo cierto es que es llamativo, puesto que tienen la solución en casa: el Z Flip 6 tiene la misma arruga, pero esta se nota únicamente cuando pasas el dedo por encima o en situaciones en donde realmente quieres poner a prueba al equipo para encontrarle debilidades.
Eso sí, a pesar de esto, la pantalla, como ya te he comentado, es sobresaliente y deja una experiencia premium de primer nivel.
Un portento en rendimiento, aunque algo calentito cuando le exiges demasiado y un software genial con la IA como protagonista.
En su interior guarda un procesador Snapdragon 8 gen 3 con 12 GB de RAM, lo último de Qualcomm, por lo que es más que evidente lo que te vas a encontrar: potencia bruta para cualquier cosa que necesites.
Es un dispositivo que es capaz de jugar con la multitarea, juegos exigentes, apertura de apps y cualquier cosa que tengas en mente con una solvencia absoluta. ¿Su única pega? Se calienta más de lo que debería en situaciones de mucho estrés. Tampoco es que sea preocupante, pero sí que lo hacen más de lo normal.
En cuanto al software, apuesta por Android 14 con One UI 6.1.1 y lo cierto es que a nivel de usabilidad es fabuloso: multitud de funciones para usar la pantalla abierta y exprimirla al máximo casi como si fuese un ordenador, muchas opciones para personalizar el equipo a tu antojo y una facilidad de uso extremo.
Ahora bien, su gran punto fuerte son las nuevas funciones de IA. Algunas ya estaban presentes en la familia Galaxy S24 y otras han desembarcado hace muy poco, haciendo que prácticamente la IA de Samsung sea casi un verdadero asistente con el que puedes hacer casi de todo, algo que se nota en el día a día.
Edición de fotografía con opciones para crear nuevas versiones como si fuesen animación 3D o cómic, rodear para buscar, reproducir a cámara lenta, cualquier vídeo con solo mantener pulsado, transcripción automática de notas de voz, resúmenes de artículos, traducción... Las posibilidades son infinitas.
Una batería algo justa que da para un día de uso.
La autonomía es uno de los deberes pendientes de Samsung, como es costumbre, y lo peor es que no hay cambios respecto a la anterior generación.
Es decir, mantiene los 4.400 mAh del Galaxy Z Fold 5 y repite carga rápida de 25 W (sin cargador en caja), 15 W inalámbrico y 4.5 W de carga reversible.
¿Qué consigues con esto? Pues más o menos un día de uso a pleno rendimiento.
Para que te hagas una idea, arranco la jornada a las 6 de la mañana y tras un uso intensivo de redes sociales, algún que otro juego para matar momentos muertos, cámara y uso del navegador en el coche termino el día con más o menos un 28%.
Un apartado fotográfico muy bueno, pero que repite conjunto del año pasado.
Como siempre, lo primero es hablar de la configuración de cámara del Galaxy Z Fold 6:
- Cámara principal gran angular de 50 megapíxeles, f/1.8, 23mm
- Cámara teleobjetivo de 10 megapíxeles con zoom óptico de 3x, f/2.4
- Cámara ultra gran angular de 12 megapíxeles, 123˚, 12mm, f/2.2
- Cámara frontal exterior de 10 megapíxeles, f/2.2, 24mm
- Cámara frontal bajo la pantalla interna de 4 megapíxeles, f/1.8, 26mm
Si te suena, es normal: es la misma composición de cámaras que tenía el año pasado, por lo que se queda un regusto algo agridulce.
Es una cámara muy buena y francamente versátil, pero lo cierto es que sí que esperaba algún extra nuevo o alguna mejora, sobre todo en la cámara oculta del panel interior, que se queda algo coja en comparación con el resto.
Tanto el gran angular como la cámara principal hacen un trabajo fantástico.
El 3x ya tiende a saturar algunos tonos, muy habitual en Samsung, pero ya el 30x no convence.
El modo noche logra mejorar bastante los detalles. Mira por ejemplo lo bien que se perfila caja hoja de los setos.
La cámara principal hace unos retratos fantásticos, tanto con el modo bokeh como con el modo normal.
Y por la noche, aunque se nota que tiene margen de mejora, el modo noche luce bastante mejor.
Aquí tienes una pequeña galería para que veas de qué es capaz la cámara del Galaxy Z Fold 6
El Samsung Galaxy Z Fold 6 es un plegable excelente que destaca por diseño, potencia bruta y enorme versatilidad, pero es un déjà vu constante de la anterior generación.
El Samsung Galaxy Z Fold 6 es un equipo sobresaliente y un plegable de primer nivel.
Tiene una pantalla interna que es una absoluta delicia y un rendimiento excepcional que consiguen apagar alguno de sus pequeños defectos como una arruga bastante visible, un panel exterior algo incómodo y una temperatura en situaciones de mucho estrés algo elevada.
Su gran problema es que es un déjà vu constante de la generación anterior, como atestigua un módulo de cámaras y una batería idéntica, y que sube el precio 100 euros, sobrepasando así la barrera psicológica de los 2.000 euros.
Esto hace que recomendar la compra sea algo más complicado si ya tienes una generación anterior del Z Fold, evidentemente. Eso sí, su renovado diseño y sus funciones de IA en software son motivo más que suficiente para dar el salto a un plegable exquisito si nunca has tenido uno y quieres darte el capricho o saltar varias generaciones si tienes ya un Fold que se queda viejo.
Conoce cómo trabajamos en BusinessInsider.
Etiquetas: Trending, Storytelling, Samsung, Review