He probado el yoga por primera vez en mi vida: tengo claro que es una experiencia fantástica para desconectar y tener un mayor control de tu cuerpo y tu mente

No soy una persona particularmente deportista o que dedique mucho tiempo a cuidar de mi cuerpo de una manera proactiva. Ya que estoy siendo sincero, seamos claros: tampoco es que cuide de mi mente más allá de desconectar con una película, serie, libro o algún videojuego que otro para recargar las pilas de cara a otra jornada de trabajo.

Tampoco es para fustigarme por la falta de ejercicio de un tipo o de otro, siempre he tenido la sensación de que con lo que hago me es suficiente, pero de un tiempo a estar parte sí que he notado cierta necesidad de lograr una desconexión mayor.

El confinamiento, el tener dos hijos pequeños y la carga de trabajo han sido tres de los ingredientes que me han hecho replantearme alguno de mis hábitos y tras dejar de lado el ejercicio más físico por pura pereza, opté por el yoga.

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La decisión tampoco fue propia, pero me vino como anillo al dedo: una nueva oportunidad de tener entre manos los espectaculares WH-1000XM4, los cascos de cancelación de ruido de Sony, con los que tuve una primera toma de contacto de la mano de Xuan Lan que me guio a mí y a otros colegas de profesión en esta particular disciplina. 

Eso sí, una sesión no me iba a permitir sacar unas conclusiones más claras sobre qué beneficios podría aportarme el yoga a largo plazo, así que he tratado de incorporarlo a mi rutina diaria y, aunque hay días en que no he podido sacar ese tiempo por falta de horas en el día, sí que he conseguido implementarlo en rutina y tengo claro que ahora mismo lo echaría en falta si no hiciese.

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Lo que también ha ayudado mucho ha sido la cancelación de ruido de los cascos de Sony, ya que aunque habitualmente la rutina la realizo por la mañana cuando estoy solo en casa y no tengo ningún tipo de distracción, logra aislarte todavía más del mundo exterior y permite una conexión más profunda con tu interior. 

Una manera diferente de empezar el día... y con más energía

Cualquier rutina que incorporas en tu jornada puede cambiar por completo la manera de comenzar el día, pero con los ejercicios de yoga como los estiramientos o la respiración, consigue que abras tu cuerpo y notes como se activa poco a poco todos los resortes de tu metabolismo. 

Los días en los que me he levantado y le he dedicado una pizca de tiempo antes de pasar a la ducha o incluso al café, he tenido la sensación de levantarme de otra manera y con más energía.

Ayuda a despejar la mente y olvidar las preocupaciones

Aunque pueda parecer complicado, el momento de meditación trata de aislarte del mundo exterior y dejar la mente vacía. Quedarte únicamente con la conexión con tu propio cuerpo y dejarte llevar por las sensaciones. 

La clave es no pensar en nada, pero como ya explicaba Xuan Lan durante la primera sesión, es difícil, ya que cuando te dicen que no pienses en un elefante amarillo, es automáticamente lo que pasa a ocupar tu mente.

De todas formas, durante la primera sesión, la guía de la experta y la cancelación de ruido de los cascos consiguieron que me aislase casi por completo y a lo largo de estas dos semanas he logrado dejar atrás mis preocupaciones durante toda la sesión. 

Sirve para destensar el cuerpo... y la mente

Lo más interesante de toda esta disciplina es que la mayoría de los ejercicios están pensados para destensar los músculos, lo que ayuda a que la mente también pueda relajarse. 

Durante la sesión inicial, todo estuvo enfocado a relajar las zonas más afectadas por las largas horas de trabajo sentado en la silla y tengo claro que tras estos estiramientos, todo se ve de otra manera totalmente distinta. 

Además, al dejar el cuerpo totalmente relajado y estirado, también es más sencillo entrar en esa zona de meditación más profunda porque la mente es capaz de conectar con la relajación del cuerpo. 

Es una disciplina que se adapta a la perfección a tus horarios

Esto, sin duda, es lo que más me ha encajado del yoga: la facilidad de adaptación que tiene esta disciplina a tu horario. 

Puede que no tengas 40 minutos en el mismo espacio de tiempo, pero sí que puedes tener 10 minutos por la mañana para realizar los estiramientos, otros 10 a media tarde para una meditación tranquila, unos 10 extra para poder practicar técnicas de respiración. 

Además, no importa cómo te gestiones tu horario o cómo estructures las actividades o si un día no haces una u otra: todo cuenta y se nota en el día a día. 

Te permite tener un mayor control de ti mismo

La verdad es que no tenía muy claro que me iba a encontrar en esta pequeña aventura con el yoga, pero puedo decir que he salido bastante contento con la experiencia y sigo manteniéndola —cuando puedo y sin ningún tipo de presión— en mi rutina diaria. 

Lo que veo de manera clara es que a pesar de que sí que logro desconectar o relajarme con mucha facilidad, el yoga me ha permitido tener un mayor control de mi mismo, tanto de mi cuerpo —sobre todo a nivel de dolores de espalda o molestias generales— como sobre todo de mi mente, ya que logro dejar atrás de una manera más sencilla todas mis preocupaciones diarias. 

La experiencia me ha dejado francamente encantado y gracias a que logro desconectar por completo, sobre todo con unos buenos cascos que me han dejado aislarme por completo, puedo empezar o terminar el día de una manera mucho más optimista y enérgica.