La heroína mexicana está inundando Estados Unidos, y el cártel de Sinaloa controla su flujo

Un soldado corta un bulbo de amapola para extraerle la savia, que se utiliza para elaborar opio, durante una operación militar para destruir un campo en el municipio de Coyuca de Catalán en Guerrero (México) el 18 de abril de 2017.
Un soldado corta un bulbo de amapola para extraerle la savia, que se utiliza para elaborar opio, durante una operación militar para destruir un campo en el municipio de Coyuca de Catalán en Guerrero (México) el 18 de abril de 2017.
Los cárteles mexicanos se han centrado en la producción de heroína debido al incremento en el consumo de heroína y de opiáceos en los Estados Unidos. El cártel de Sinaloa parece haberse puesto a la cabeza de este cambio, a pesar de la extradición de su antiguo cabecilla, «El Chapo» Guzmán, y de los conflictos de sucesión internos

La disponibilidad de heroína en los Estados Unidos y las muertes por sobredosis de drogas se han disparado en los últimos años.

Once de las 21 divisiones de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) que existen calificaron a la heroína como la mayor amenaza en el año 2016. Y aunque la DEA ha indicado que la heroína presente en los Estados Unidos proviene de México, Sudamérica, del Sudoeste Asiático y del Sudeste Asiático, las muestras e investigaciones llevadas a cabo por la agencia indican que el vecino del sur de Estados Unidos es la principal fuente de origen.

"México y, en menor medida, Colombia, dominan el mercado estadounidense de la heroína debido a su proximidad, a sus redes de transporte y distribución y a su capacidad para satisfacer la demanda de heroína que existe en Estados Unidos", señala la DEA en su Informe Nacional sobre Drogas de 2017.

El hecho de que los cárteles mexicanos hayan comenzado a producir heroína (así como otras drogas sintéticas, como el fentanilo) se debe, en parte, a una legislación más permisiva con el consumo de marihuana en los Estados Unidos, y el cártel de Sinaloa parece ser el principal actor en tan lucrativo mercado. 

El anterior líder del cártel, Joaquín «El Chapo» Guzmán, volvió a ser detenido en México en enero de 2016, y fue extraditado a los Estados Unidos en este 2017. Mientras estuvo encarcelado, y a punto de ser extraditado, el cártel se sumió en luchas internas por el control. Además, tuvo que hacer frente a una competencia cada vez más feroz por parte del cártel de Jalisco Nueva Generación, su único rival en términos de poder.

Uno de los compañeros de Guzmán, Ismael «El Mayo» Zambada, parece haber logrado estabilizar el cártel, al aplacar los conflictos internos y promover una suerte de tregua con el cártel de Jalisco Nueva Generación, según Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la DEA. Un informe del gobierno mexicano de este año recogía que Zambada ha mantenido la "cohesión" del cártel y ha evitado una guerra entre sus facciones. Ahora, el cártel "es más poderoso que nunca", declararon algunos de sus miembros al diario Río Doce, de Sinaloa.

Los cárteles, muy acostumbrados a los cambios en el consumo

"El negocio no se ha resentido con la extradición de Guzmán", declaró a Río Doce un miembro del cártel, que se identificó como de nivel intermedio. "Seguimos enviando chiva [heroína], perico [cocaína] y cristal [metanfetamina]; lo único que ha disminuido es la mota [marihuana], pero por lo demás todo sigue como antes", explicó.

El miembro, protegido por veinte hombres armados en un rancho de Badiraguato, la comunidad donde nació Guzmán, señaló a Río Doce que el valor de la marihuana había caído considerablemente (de unos 74 dólares por kilo hace siete años a poco más de 26 ahora) debido a la legalización de la marihuana en Estados Unidos. La caída de precios provocó que muchos cultivadores de marihuana se pasasen al opio.

El cártel de Sinaloa domina gran parte de la costa del Pacífico de México, que incluye las principales zonas de cultivo de opio (en Guerrero y Sinaloa) y que forma parte del Triángulo de Oro del país. El cártel Jalisco Nueva Generación también tiene actividad en esa misma zona.

Para los cárteles mexicanos, "la gran fuente de ingresos ahora mismo, dada la epidemia de opiáceos, es la heroína, debido a que para las personas que han desarrollado una adicción a los opiáceos de consumo legal es mucho más barato comprar heroína", explicó Vigil a Business Insider. "Los cárteles están muy acostumbrados a los cambios en el abuso de drogas en los Estados Unidos. Siempre lo han estado", sentenció Vigil. "Y como consecuencia, ha habido un cambio hacia el cultivo de amapola".

Los cárteles mexicanos suelen utilizar laboratorios improvisados en las inmediaciones de las zonas de cultivo: "Yo los llamo 'laboratorios cocina', porque no utilizan más que ollas y sartenes de las que se encuentran en cualquier cocina", explica Vigil. "Los químicos del cártel que trabajan en estos laboratorios no tienen formación, pero están asesorados por otros químicos y saben cómo convertir opio en morfina y heroína", añade Vigil.

Un cocinero de heroína del estado norteño de Sinaloa explicó a Río Doce que la producción se ha incrementado exponencialmente: "Antes cocinaba unos 40 kilos al año", declaraba. "Ahora, cocino unos 30 kilos al mes", tanto en forma de "alquitrán negro" como de polvo blanco, un indicativo de que los productores mexicanos están adoptando métodos importados de Colombia.

Autoridades mexicanas inspeccionan materiales hallados en un presunto laboratorio de droga en el estado de Sinaloa. 
Autoridades mexicanas inspeccionan materiales hallados en un presunto laboratorio de droga en el estado de Sinaloa. 

El cocinero declaró a Río Doce que la extradición de Guzmán no había afectado su trabajo, y un grupo de granjeros que cultivan marihuana y opio explicaron al periódico que no habían percibido ninguna caída en la demanda tras su traslado al norte.

Los datos sobre la producción de opio en México presenta grandes variaciones, por lo que no resulta fácil establecer cuánto ha cambiado en los últimos años. El gobierno mexicano afirma haber acabado con 23.229 hectáreas de cultivos de opio hasta octubre de este año. Esa cantidad ya supera a la de cualquiera de los cinco años anteriores, salvo en 2015, que sin embargo 2017 va camino de superar.

No obstante, medir cuántas plantas han sido efectivamente destruidas es otro asunto, puesto que la cantidad por superficie es muy variable, según explicó a Business Insider Vigil el pasado mayo. Este mismo año, el ejército mexicano permitió a Estados Unidos y a la ONU que presenciasen la destrucción de opio. Era la primera vez que lo hacía en al menos una década. El director de la CIA, Mike Pompeo, y el entonces secretario del Departamento de Seguridad Nacional, John Kelly, sobrevolaron campos de opio en Guerrero este verano.

"Lo hacen porque quieren"

La mayor parte de la heroína y de los opiáceos sintéticos mexicanos viajan por tierra, y a menudo entran mediante algunos puntos de la frontera entre México y Estados Unidos. Luego, los cargamentos se distribuyen por el país, frecuentemente sirviéndose del sistema de autopistas. Sinaloa, al igual que la mayoría de cárteles mexicanos, no participa en la venta al por menor de drogas, pero sus miembros sí viajan a Estados Unidos para supervisar las operaciones al por mayor y la distribución de grandes cantidades a los vendedores locales.

Heroína en México y Estados Unidos

El cártel tiene presencia en todo Estados Unidos, y Nueva York parece haberse convertido en la capital del noreste (una zona especialmente activa). Las incautaciones de fentanilo (más rentable que la heroína) en la ciudad han sido 10 veces superiores a las del anterior, y las informaciones de la DEA apuntan a que el 80% de la droga incautada está relacionada con el cártel de Sinaloa.

Mientras que la propagación del abuso de heroína y opiáceos en los Estados Unidos ha tenido consecuencias devastadoras para muchas comunidades, para los traficantes es simplemente una cuestión de negocios. Los estadounidenses "compran [drogas] y nosotros las vendemos", contó el miembro de Sinaloa a Río Doce. "No obligamos a ningún gringo a consumir heroína ni marihuana", añadió."Lo hacen porque quieren, y si no les vendiéramos, lo haría otro".

Según Vigil, los cárteles mexicanos "se parecen mucho a una empresa". "Evalúan la demanda de mercado y deciden en consecuencia. Y conviene señalar que los cárteles cambian mucho más eficaz y rápidamente que cualquier gran empresa, porque no tienen que pasar por ningún trámite".

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