Huelo mal aunque me duche: 5 razones detrás de un fuerte olor corporal

Cada persona tiene un olor corporal propio y un nivel de sudoración diferente que depende de las hormonas, la edad, las afecciones médicas preexistentes, la temperatura exterior o la actividad física. 

Puede que si notas que tienes un olor corporal fuerte o desagradablepese a ducharte con frecuencia te preocupes. Hay varias razones detrás de esto, muchas de ellas inocuas, como el consumo de determinados alimentos. 

Aunque resulta imposible eliminar por completo el olor a vinagre o leche agria que emana tu cuerpo, sí existen maneras de manejar o atenuar este problema.

En primer lugar, desde LiveStrongexplican que existen dos tipos fundamentales de olor corporal —denominado a nivel técnico bromhidrosis, olor exagerado o anormal provocado por la descomposición de la secreción de las glándulas sudoríparas y de los residuos celulares realizada por bacterias y levaduras, según el manual MSD—. 

El primer tipo y más común es la bromhidrosis apocrina, que afecta a las glándulas sudoríparas en las axilas y el área genital. La otra es la bromhidrosis ecrina, que se refiere a las glándulas sudoríparas que se encuentran en todo el cuerpo.

¿Qué causas hay para que huelas mal aunque cuides tu higiene? Estas son algunas de ellas. 

Alimentos como las crucíferas, el picante o la carne roja

Varios alimentos pueden provocarte un olor más fuerte y también más transpiración.

Entre ellos figuran alimentos picantes como ajo, cebollas o chiles, que aceleran el metabolismo y favorecen la sudoración. También las verduras crucíferas como la lombarda, el brócoli o las coles de Bruselas, ya que incrementan el azufre disponible para las bacterias de la piel. 

La carne roja, los espárragos o el curry también provocan un olor corporal fuerte. Y el alcohol transformado por tu organismo en acetona, puede generar un olor dulzón, afrutado o agrio según la reacción de cada piel. 

Hiperhidrosis

Explicada por la Clínica Mayo como la sudoración anormal y excesiva que no necesariamente está relacionada con el calor o el ejercicio, la hiperhidrosis puede interrumpir las actividades diarias y ocasionar ansiedad social y vergüenza.

La alteración suele comenzar en la infancia o la pubertad y generalmente dura toda la vida si no se lleva a cabo un tratamiento. Alrededor del 3% de la población padece hiperhidrosis primaria, que afecta a ambos sexos por igual. 

Entre los factores detrás del fenómeno se encuentran la genética, una afección subyacente o el efecto secundario de algunos medicamentos, como antidepresivos, fármacos para el glaucoma, algunos antibióticos o suplementos de zinc.

Infecciones cutáneas

Existen infecciones de la piel que pueden causar un olor corporal agrio. Algunas de ellas son el trichomycosis axillaris, una infección bacteriana de los folículos pilosos en las axilas o el eritrasma, habitual en climas húmedos y cálidos y que afecta los pliegues de la piel como la ingle o el espacio entre los dedos de los pies.

Otras infecciones bacterianas son el Intertrigo, o inflamación en los pliegues de la piel en áreas del cuerpo que se mantienen húmedas o tibias o la queratólisis puntacta, que causa picazón y mal olor en los pies.

Enfermedades

También hay diferentes afecciones médicas y enfermedades que causan mal olor corporal. 

En las enfermedades hepáticas y renales avanzadas es común que el paciente huela a amoniaco, mientras que en la cetoacidosis diabética, los niveles altos de azúcar en sangre provocan un aliento y olor corporal a acetona, de toque afrutado. 

No solo esas: la enfermedad de la gota, causada por elevados niveles de ácido úrico, la obesidad o la tiroides hiperactiva también están detrás de que puedas oler mal. Una condición más rara es la trimetilaminuria, por la que el sudor, el aliento o la saliva huelen a pescado o huevos.

Cambios hormonales

Durante épocas de la vida de cambio hormonal como la menopausia o la pubertad, las glándulas sudoríparas se vuelven más activas, lo que en algunas personas puede repercutir en un olor corporal más fuerte. 

Por ejemplo, es habitual que los adolescentes suden más durante la pubertad y la piel se les vuelva grasienta, con problemas como el acné.

Para abordar este problema, puedes eliminar el consumo de alcohol y reducir el consumo de determinados alimentos, procurar hacer mucha espuma con el jabón en la ducha, encontrar un buen desodorante antitranspirante, usar ropa transpirable, ligera y fresca, aplicar una mezcla de bicarbonato de sodio y agua en las axilas y eliminar el vello corporal de las zonas con más sudoración. 

Si el mal olor persiste o experimentas un cambio repentino en tu olor o sudoración, acude al médico para ver si existe una causa subyacente como una enfermedad pendiente de diagnóstico.