Sí, la IA básicamente es una máquina de copiar los deberes de clase
- Supuestamente, la inteligencia artificial ha llegado para revolucionar el mundo, pero de momento se está utilizando sobre todo para hacer la tarea.
- Al parecer, OpenAI tiene una herramienta para detectar si algo ha sido escrito por ChatGPT, su generador de texto por IA, pero todavía no se la ha ofrecido al público. Sam Altman, héroe del estudiante común, azote del profesor de Historia.
Cuando ChatGPT apareció por primera vez a finales de 2022, quedó claro al instante que iba a tener un uso inmediato y bastante obvio: elaborar trabajos de clase.
El generador de texto por inteligencia artificial de OpenAI se convirtió así en una espina clavada en el costado de maestros y profesores de escuela. Sin embargo, a medida que el uso de IA generativa se ha adoptado más ampliamente, ¿se ha convertido la herramienta en algo más que un simple sustituto de las clases particulares?
Dos nuevos datos apuntan a una conclusión a la que probablemente todo el mundo podía haber llegado: los chatbots y la inteligencia artificial son un filón para los estudiantes que buscan ayuda para redactar un texto.
En primer lugar, el Washington Post acaba de publicar un reportaje titulado "¿Para qué se usan realmente los chatbots? Mucho sexo y deberes". En el texto del medio de comunicación estadounidense se examina un gran conjunto de datos procedentes de conversaciones que se han mantenido con un chatbot de IA llamado WildChat y se categorizan las interacciones de los usuarios.
Los periodistas del Washington Post han constatado que el uso más común —con un 21% de los casos— se corresponde con: "Escritura creativa y juegos de rol". Un ejemplo de lo que podría ser: pedirle a la inteligencia artificial que escriba un fanfiction, el guion de una película o una serie de personajes para Dragones y Mazmorras.
La segunda categoría de uso más común, con un 18% de los casos, tiene que ver con la ayuda con los deberes. Por ejemplo: "Explica la Doctrina Monroe en una frase".
Las otras categorías —menos utilizadas— están relacionadas con la simple búsqueda de información, la traducción de un fragmento de texto o los consejos de programación.
Más allá del reportaje publicado por el medio estadounidense, existe otra nueva razón para sospechar que la "ayuda" a la hora de hacer los deberes —¡y quizá de copiar!— sea uno de los usos más populares de ChatGPT y de otras herramientas de IA basadas en texto.
El Wall Street Journal informó la semana pasada acerca de que OpenAI habría estado desarrollando una herramienta que podría detectar los textos que han sido generados por ChatGPT... pero que no tendría intención de publicarla (todavía).
Esta herramienta haría que ChatGPT generase una especie de "marca de agua" en la forma de elegir sus palabras. La marca de agua sería indetectable para el ojo humano, pero podría ser identificada por la inteligencia artificial, que lograría alcanzar una precisión del 99,9% a la hora de saber si algo ha sido escrito por el chatbot de OpenAI o por un ser humano.
Aun así, la startup de IA todavía no ha publicado esta herramienta, para frustración de algunas personas dentro de la propia OpenAI, tal y como ha podido saber el medio de comunicación encargado de publicar dicha información.
Un portavoz de la empresa declaraba al Wall Street Journal que a OpenAI le preocupa que la herramienta pueda perjudicar a las personas que no hablan inglés y que utilizan ChatGPT. "El método de marca de agua de texto que estamos desarrollando... técnicamente es prometedor, pero tiene riesgos importantes que estamos sopesando mientras investigamos alternativas", señalaba el portavoz.
Vale. Razonable. Creo que a todos nos gusta la idea de que OpenAI se tome su tiempo y piense largo y tendido sobre los daños potenciales de lanzar una nueva herramienta de este tipo.
Pero faltaría la otra parte de la historia. Según el artículo del medio estadounidense, "OpenAI encuestó a los usuarios de ChatGPT y descubrió que el 69% cree que la tecnología de detección de trampas daría lugar a falsas acusaciones de uso de inteligencia artificial. Casi el 30% aseguró que utilizaría menos ChatGPT si desplegase marcas de agua y un rival no lo hiciese".
Eso parece una prueba bastante clara de que "copiar la tarea" es un uso bastante popular de ChatGPT y su desarrolladora lo sabe.
Cuando el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, fue visto hace poco conduciendo un Koenigsegg Regera, un deportivo que cuesta millones de euros, los comentarios más populares en TikTok fueron cosas como: "Bro, me hizo salir adelante de la mitad de mis clases el año pasado, espero que disfrute de esa belleza".
También existen pruebas como la de que el verano pasado el uso de ChatGPT cayó en cuanto comenzaron las vacaciones en Estados Unidos, un buen indicio de que el uso de la herramienta por parte de los estudiantes supone un porcentaje importante de su utilización total.
Por supuesto, existen un montón de usos únicos y maravillosos para la generación de textos mediante inteligencia artificial generativa, como escribirle una carta a tu atleta olímpico favorito.
Reconozco que mi escepticismo sobre la utilidad de ChatGPT como algo más que una máquina de hacer trampas en los deberes viene de mi propio bagaje. Al fin y al cabo, la IA es una amenaza existencial para mi trabajo como persona que teclea palabras y a la que no le importa escribir cosas por sí misma.
Aunque también es verdad que yo tengo que escribir cosas como esta en lugar de, por ejemplo, un resumen de tres párrafos de la Doctrina Monroe. Si ahora mismo fuese una alumna de primero de bachillerato, probablemente estaría entusiasmada con la herramienta de OpenAI.
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