El futuro de las viviendas ya no es el que era: 5 ejemplos de cómo imaginaban los hombres y mujeres de ayer las casas de hoy

Casa del futuro

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El futuro es una página en blanco. Por eso, el ejercicio de jugar a tratar de adivinar lo que traerán consigo los días es tan estimulante y divertido: en la imagen que cada uno proyecta del futuro cabe casi todo.

El interés de ello crece cuando se trata de cuestiones más o menos cotidianas. Al fin y al cabo, cuesta poco imaginar al ser humano conquistar el espacio a bordo de complejísimas naves espaciales, pero no es tan fácil adivinar cómo irá la gente al trabajo dentro de 20 años, por ejemplo.

Intentos, desde luego, no faltan. Revistas más o menos especializadas, charlas de los emprendedores tecnológicos del momento y publicaciones de todo tipo tratan cada día de ofrecer alguna pista sobre por dónde caminará la tecnología.

Y en el ámbito de la cultura, sin ir más lejos, existe de hecho todo un género, la ciencia ficción, dedicado a jugar con el futuro tanto en las grandes cuestiones como en la realidad del día a día.

Pero hay una cosa que es incluso más divertida que tratar de adivinar el futuro: mirar a lo que imaginaron otros antes y, desde la atalaya del conocimiento presente, comprobar cuánto acertaron o se desviaron en sus pronósticos.

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En lo que respecta a las casas, por ejemplo, hay de todo, desde quienes se quedaron cortos en mitad de predicciones que precisamente adolecieron de ir demasiado lejos en muchos de sus planteamientos hasta quienes, siendo grandes expertos en lo suyo, poco menos que describieron la situación actual como si la estuvieran viendo ante sus ojos hace décadas.

Por ello, en Business Insider España hemos querido recoger 5 maneras distintas en que han imaginado las casas del mañana los hombres y mujeres del pasado. He aquí nuestra selección:

La casa de Blade Runner, una manera dequedarse corto

Imagen de la película 'Blade Runner' (1982).
Imagen de la película 'Blade Runner' (1982).

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Visto con perspectiva, si hubo algo en el pasado que puso alto el listón del mundo moderno, eso fue la película Blade Runner (1982).

Basada en la novela de ciencia ficción ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, del maestro del género Philip K. Dick, la adaptación al cine, dirigida por Ridley Scott, sitúa al espectador en una ciudad de Los Ángeles tecnológicamente casi imposible. 

Corre el año 2019, y la tecnología ha avanzado tanto que una de las mayores preocupaciones de la humanidad es distinguir a los seres humanos de las máquinas. 

Estrenada a principios de los años 80 y ambientada apenas 40 años más tarde, la fe de Blade Runner en la capacidad del ser humano de desarrollar tecnología en las siguientes décadas solo fue superada por su poca esperanza de que las personas fuesen capaces de dar algún sentido ético a todos estos avances.

Desde el punto de vista tecnológico, la película resulta exagerada en muchos frentes, empezando por el hecho de que los androides, en pleno 2022, distan mucho de ser máquinas asimilables a los humanos.

No obstante, si en algo pecó de prudente Blade Runner fue en su concepto de vivienda. El desordenado apartamento del detective Rick Deckard, que hace acto de presencia de forma más o menos fugaz en la película, resulta bastante austero en comparación con lo que se puede disfrutar hoy.

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Nada de ordenadores, nada de teléfonos inteligentes, nada de inmensas pantallas donde disfrutar de buen cine o buenas series. 

En vez de eso, se pueden ver cantidades poco recomendables de alcohol en botellas de formas extravagante y un tosco aparato de televisión con miles de cables conectados que permiten a Deckard analizar imágenes en detalle.

Mucho trabajo y poco ocio, en suma. La casa, tal y como aparece en la película, se puede visitar virtualmente a través de YouTube.

Futuro House, cuando las casas del mañana tenían forma de ovni

Futuro

Futuro House

Entre finales de los 60 y principios de los 70, el arquitecto finlandés Matti Suuronen respondió a la pregunta de cómo serían las casas del futuro mirando al espacio. 

Si los ovnis no venían a nosotros,  debió de pensar, nosotros tendríamos que ir hacia ellos, al menos en lo referido a la forma de las viviendas.

Como resultado de estas reflexiones, presentó en sociedad Futuro House, un conjunto de un centenar de viviendas con forma de platillo volante recién aterrizado que no solo destacaba por ser una de las minicasas más curiosas del mundo, como recordó recientemente Business Insider.

Futuro House es hija de unos años 60 y 70 en que, recién salidos de la II Guerra Mundial, la humanidad volvía a confiar poco a poco en las posibilidades de la tecnología.

Con esto en mente Suuronen imaginó una vivienda fabricada en plástico reforzado por vidrio que podría montarse y desmontarse en apenas cuestión de un par de días.

Pensadas inicialmente para instalarse al pie de las laderas de las montañas finlandesas, de inmediato fueron rechazas por el público por considerar que su estética futurista no cuadraba con las tradicionales casas rústicas de la zona.

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Durante décadas, el centenar de Futuro House construido por Suuronen dio la vuelta al mundo llegando a lugares tan remotos como Sudáfrica, pero nunca llegaron a triunfar del todo

La crisis del petróleo de los 80 y la mala fama cosechada por el plástico terminaron de dilapidar el invento de Suuronen, que aún conserva un ejemplar de su vivienda-ovni en el parque de Somerset, en Reino Unido. Allí, aún es posible alquilar la estancia por unas cuantas noches.

Quien lo haga comprobará que Suuronen se quedó también algo corto al imaginar el futuro de hoy: más allá de su extravagante forma, Futuro House carece de comodidades que tienen todas las casas de 2022 comunes y corrientes como el contar con una buena cocina o grandes pantallas de televisión.

This Old House clavó las pantallas planas y Alexa antes de los 90

Imagen del capítulo 16 de la temporada 11 del programa 'This Old House'.
Imagen del capítulo 16 de la temporada 11 del programa 'This Old House'.

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Uno de los errores más comunes al imaginar el futuro es proyectar lo más llamativo del presente y exagerarlo. 

Durante décadas, al imaginar el futuro de las viviendas, muchos diseñadores y arquitectos se limitaron a llevar al extremo las tecnologías del momento. 

Si, por ejemplo, la televisión y la radio vivían su momento de auge, estos llenaban las casas del mañana de inmensas y aparatosas televisiones de tubo sin advertir que, precisamente lo más incómodo de estos aparatos, era encontrar un lugar en la casa donde darles cabida.

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Es por esto que el intento de imaginar el futuro del programa de televisión This Old House resulta especialmente notable: dio con la clave de los siguientes saltos tecnológicos.

This Old House es un programa de televisión de bricolaje estadounidense que lleva en antena la friolera de 43 años y que desde hace más de 40 temporadas aborda todo tipo de reformas mientras aborda cuestiones relativas a cómo eran, cómo son y cómo serán los hogares.

Con los años, se han convertido en una verdadera institución. Como causa o como consecuencia de ello, su intento de vislumbrar las casas del mañana en un programa de 1989 es tal vez uno de los más atinados que se pueden encontrar.

En un vídeo de dos minutos que todavía se puede ver en YouTube y que no tiene desperdicio, sus presentadores van a explicar dos elementos que, creen, serán clave en el futuro: las televisiones planas y los dispositivos de voz.

Primero, uno de los expertos del programa explica que, en no mucho tiempo, las televisiones perderán su por aquel entonces característica forma de caja para pasar a ser planas y poderse integrar en cualquier pared a través de brazos flexibles. 

Su descripción se ajusta con exactitud a montones de modelos que ofrece hoy el mercado.

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En segundo lugar, el experto hace una breve presentación de las posibilidades de un dispositivo de voz conectado a la casa que podrá controlar elementos como las luces, la música que suena o las persianas.

Sí, eso es exactamente lo que hoy pueden hacer dispositivos como Alexa.

Por clavar, clava hasta los fallos de esta tecnología. En un momento en que pide un informe de seguridad al dispositivo de voz, el experto que hace la explicación se ve en la obligación de hablar a su dispositivo una vez más después de no haber recibido atención de su aparato tras un primer intento.

La batalla diaria con estos aparatos.

El visionario Arthur Radebaugh, más cerca de lo que creía

Casa del futuro imaginada por Arthur Radebaugh.
Casa del futuro imaginada por Arthur Radebaugh.

Wikidat

Cerca de acabar la década de los 50, el futuro atropelló a Arthur Radebaugh, un hombre que llegó a trabajar como diseñador del ejército de EEUU.

La llegada de la fotografía, que vino a ocupar el lugar que tradicionalmente habían ocupado los dibujos en los anuncios, le quitó su empleo. Le tocó reinventarse.

Tal vez con más intención de evadirse de su gris realidad que de crear algo que le diera el sustento, Radenbaugh empezó a experimentar con dibujos en los que aparecían inmensos rascacielos.

Estos no se correspondían con la idea que tenía Radenbaugh de la realidad, sino con lo que esta misma realidad, a sus ojos, podía llegar a ser en no demasiados años.

Pronto, una buena cantidad de diarios dominicales empezaron a interesarse por esa manera optimista que tenía Radenbaugh de imaginar el porvenir: grandes rascacielos, mucha luz, inmensas cristaleras y tecnología tan divertida que era capaz de hacer entretenida hasta la tarea más anodina, como tomar clases de álgebra o vestirse para ir a trabajar.

Finalmente, sus dibujos terminarían siendo todo un éxito

Sus tiras, publicadas entre 1958 y 1962 bajo el título Closer than we think (Más cerca de lo que creemos), llegaron a ser leídas por casi 20 millones de personas cada domingo.

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En estas, el vidrio es el material de construcción dominante en muchas de las casas y abundan robots que facilitan la vida a los humanos.

No se quedó muy lejos de lo que ha ocurrido décadas después. La luz, en efecto, se ha convertido en un elemento protagonista en muchas viviendas de nueva construcción gracias a la innovación con los materiales y las formas, y aunque los robots carecen de la forma humanoide que les daba este dibujante, es indudable que existen infinidad de dispositivos que facilitan las cosas a todos.

A la espera de ver si el luminoso y robotizado futuro que imaginó este dibujante termina de hacerse realidad, cabe decir que Radenbaugh ha sido una clara fuente de inspiración en la ficción. 

The Jetsones, la serie de dibujos animados que llegó a España bajo el nombre de Los Supersónicos, bebe sin moderación del futuro imaginado por Rosenbaugh, el hombre que se adaptó a su presente tratando de ver el futuro.

Microsoft predijo el control de la información

Imagen del vídeo explicativo del futuro hogar inteligente de Microsoft.
Imagen del vídeo explicativo del futuro hogar inteligente de Microsoft.

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Tras su jornada laboral, una mujer llega a casa y, en vez de sacar las llaves, fija la mirada en un dispositivo de reconocimiento facial. Tras ser identificada como una de las integrantes del hogar, accede al interior.

Una vez dentro, lo primero que hace es acudir a un ordenador para comprobar la agenda de sus dos hijos y de su marido para saber dónde están. 

Gracias a un programa GPS que tiene integrado el dispositivo, ve que su marido va en el coche de camino a casa y que le puede pedir que traiga un ingrediente para la cena.

Es solo la punta del iceberg tecnológico de control de la información.

Una vez en casa, cada hijo se pone con sus quehaceres. La clase de piano de ella es interrumpida por el propio piano, que la avisa de que su programa favorito de televisión está a punto de empezar. 

Él, por su parte, puede completar sus deberes de la asignatura de Ciencias proyectando en una gran pantalla la imagen que capta su microscopio.

Así es como Microsoft imaginaba las casas inteligentes del futuro en 1999 en un programa de televisión que recibía el nombre The Art of Living (El arte de vivir).

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No iban nada desencaminados. Para empezar, la tecnología de reconocimiento facial, en efecto, funciona ya en algún que otro hogar, y está plenamente integrada en dispositivos como los smartphones.

Por otra parte, es cierto que no se puede hacer seguimiento de cualquier coche en cualquier momento, pero la tecnología sí que permite, por ejemplo, saber perfectamente dónde se encuentra un repartidor de comida o un taxi que va de camino a casa.

Por último, dispositivos de voz como Siri o Alexa permiten llevar el control de la casa de un modo no muy diferente al sistema central que presenta Microsoft, que interconecta datos de diversa procedencia.

Ahí está el principal acierto de Microsoft. Como revela esta explicación en vídeo, el gigante tecnológico de Gates fue capaz de vislumbrar que el futuro de la tecnología, también la que tiene que ver con los hogares, iría de la mano del manejo de información.

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