Silicon Valley Bank era el banco tecnológico: su quiebra es un problema para todos

Bianca Chan,
Kali Hays,
April Joyner,
Darius Rafieyan,
Carter Johnson,
Ilustración Silicon Valley Bank

Tyler Le, Rebecca Zisser/Business Insider

  • Muchas cosas siguen sin estar claras tras la caída de SVB, pero lo que es seguro es el impacto que el hundimiento del banco tendrá en varios sectores durante los próximos años.
  • "Silicon Valley Bank fue un gran amigo de los fondos de capital riesgo durante muchos años y ha sido realmente decepcionante ver a tantos inversores de capital riesgo trabajar tan rápidamente para matarlo". 

Los empleados de Rho están agotados. 

En esta empresa de tecnología financiera que ofrece cuentas bancarias a empresas del segmento medio del mercado todo son esfuerzos. Tras la implosión del Silicon Valley Bank, los empleados han trabajado sin descanso para dar de alta al mayor número posible de startups.

"Nuestros agentes se levantan básicamente a las 5 de la mañana y se acuestan a las 11 de la noche, sobre todo los del segmento de empresas de capital riesgo", explicaba el jueves a Business Insider un actual empleado, que habla bajo condición de anonimato. 

El empleado calcula que han dormido unas 15 horas en la última semana.

Rho no es ni mucho menos el único. La última semana ha sido un auténtico torbellino para inversores de capital riesgo, fundadores, responsables de Wall Street, fintechs y reguladores, tras la segunda mayor quiebra bancaria de la historia en Estados Unidos. 

El Silicon Valley Bank, que contaba con más de 175.000 millones de dólares en depósitos y daba servicio a casi la mitad de las empresas de capital riesgo estadounidenses, fue intervenido por los reguladores estadounidenses el 10 de marzo.

Los depositantes del banco, junto con los del Signature Bank de Nueva York, que también fue cerrado, consiguieron días después que su dinero estuviera totalmente protegido por los reguladores federales, lo que alivió las preocupaciones de los fundadores preocupados por hacer frente a las nóminas

SVB

Aun así, el pánico continuó, llevando más tarde a 11 de los mayores bancos de Estados Unidos a depositar 30.000 millones de dólares en el asediado First Republic en un intento de detener el contagio que se había extendido por todo el sector. 

Una semana después de la quiebra de SVB, en medio de noches de insomnio y caos bursátil, todavía hay muchas cosas inciertas. Pero ya está claro que, aunque en vida SVB se centró en la industria tecnológica, el impacto de su muerte se extenderá desde la zona de la bahía de San Francisco hasta Wall Street y Washington D.C.

Los grandes bancos se hacen más grandes

Miles de millones de dólares en depósitos están fluyendo hacia los cuatro grandes bancos estadounidenses —JPMorgan Chase, Bank of America, Wells Fargo y Citigroup— a medida que los clientes corren para abrir nuevas cuentas o transferir dinero. 

"Todos los miembros de los consejos de administración van a decir a la gente que mantenga su dinero en varias cuentas bancarias", afirma Wesley Chan, cofundador y socio director de FPV Ventures.

Jamie Dimon, CEO de JP Morgan.
Jamie Dimon, CEO de JP Morgan.

Aditi Shekar, fundadora y CEO de Zeta, explica a Business Insider que tenía previsto distribuir los fondos entre varias cuentas, incluido al menos un banco de los cuatro grandes bancos.

"Dicho esto, me preocupa que este sesgo hacia uno de los cuatro grandes bancos sea un arma de doble filo", añade Shekar. "Concentrarse en los cuatro grandes también significa reducir la competencia… lo que invariablemente acaba siendo malo para el cliente".

Es el colofón a una tendencia de décadas de consolidación bancaria en Estados Unidos. 

"Llevamos mucho tiempo viendo desaparecer o fusionarse bancos locales", explica a Business Insider Hilary J. Allen, profesora de Derecho en la Facultad de Derecho de la American University de Washington. "Esa tendencia hacia la consolidación es algo que viene de lejos y que sin duda preocupa a la gente desde el punto de vista del riesgo sistémico. Una vez que tienes bancos más grandes, el perfil de riesgo asociado a ellos es mayor".

Un impulso muy necesario para las fintechs 

Las fintechs que ofrecen productos bancarios a startups y pequeñas empresas también han recaudado miles de millones con la caída del SVB. 

Brex, que hace menos de un año dejó de prestar servicios a pequeñas empresas, ya ha absorbido miles de millones en depósitos de SVB, según un artículo de la CNBC. Mercury, una fintech bancaria para startups, ha duplicado su personal de apertura de cuentas hasta 60, ya que los comerciales e ingenieros de software se han ofrecido voluntarios para ayudar con las consultas entrantes, según publicó Forbes el miércoles.

Rex Salisbury, socio fundador de Cambrian Ventures, explica a Business Insider que las fintech se han apresurado a cambiar sus mensajes de marketing para destacar más sus características clave. Otras incorporaron rápidamente nuevas funciones a las ya existentes, añade Salisbury.

 

Ha supuesto un repunte del negocio —muy bienvenido— para una comunidad que se vio muy afectada por la crisis tecnológica de los últimos 12 meses. Los fondos de capital riesgo esperan una nueva oleada de startups centradas en ayudar a sus homólogos y a las pymes a realizar operaciones bancarias, lo que se sumará a un espacio ya saturado. 

Tyler Griffin, cofundador y socio gerente de Restive Ventures, afirma que esto podría suponer un impulso muy necesario para los bancos regionales, ya que muchas de las startups necesitarán socios bancarios auxiliares.

Pero persisten las dudas sobre la capacidad de retención de ese dinero, o sobre si es un lugar de aterrizaje seguro para los antiguos clientes de SVB. 

"Quizá puedan desempeñar un papel importante. No estoy seguro de por qué creemos que son menos frágiles que SVB", explica a Business Insider Brad Svrluga, cofundador y socio general de la empresa de capital riesgo Primary. 

"Todos tienen como base un banco que rentabilizan. Son pequeños bancos de los que nunca has oído hablar, en Nebraska y Dakota del Sur, que han hecho un negocio alquilando sus títulos. No son instituciones estructuralmente importantes, al menos a ojos del Gobierno federal, por lo que representan su propio nivel de riesgo", añade Svrluga.

La pérdida de un prestamista amigo

Podría decirse que el mayor servicio prestado por SVB a la industria tecnológica ha sido su papel de prestamista. Desde préstamos a nuevas startups hasta hipotecas para fundadores sin liquidez, se posicionó como el banco para la clase emprendedora de Silicon Valley, con todas sus peculiaridades financieras. 

El banco tenía 70.000 millones de dólares en líneas de crédito en sus cuentas en el momento de su quiebra, que incluían la tradicional deuda de riesgo de las startups, financiación inmobiliaria e incluso préstamos a las mejores bodegas del país. 

"SVB no pensaba como un gran banco. Podían aceptar tu plan operativo incluso cuando un banco grande lo rechazaba", explica a Business Insider Ashley Tyrner, consejera delegada y fundadora de FarmBoxRX.

Y cuando las cosas iban mal, SVB era conocido por trabajar constructivamente con las empresas de una manera que otros prestamistas no lo harían. 

"Cuando tienen problemas con los préstamos, están mucho más dispuestos a resolverlos", explica a Business Insider Krista Morgan, socia general de Stage, una empresa de capital riesgo que adquiere startups en dificultades y las ayuda a reestructurar sus deudas.

En un intento por recuperar la confianza de sus clientes, Tim Mayopoulos, que fue designado por la Corporación de Seguros de Depósitos Financieros (FDIC, por sus siglas en inglés) para dirigir lo que queda del SVB, ha declarado que el banco está "abierto a negocios" y que respetará las líneas de crédito existentes y creará nuevos préstamos. Pero los competidores ya se están moviendo.

Billy Libby, socio director de Upper90, una empresa que concede préstamos a startups, dice que en los últimos días ha recibido docenas de llamadas y correos electrónicos de clientes que quieren refinanciar sus deudas con el SVB. 

A corto plazo, para Libby supone una bendición para el negocio. Pero le preocupa quién llenará el vacío. "Muchas de estas empresas privadas de crédito están relamiéndose, como oh, podemos llevarnos nuestro pedazo de carne", resume. Firmas de inversión como Apollo, Blackstone y KKR son actores clave del crédito privado. Estas empresas ya han empezado a evaluar cómo sacar provecho de la caída de SVB. 

blackstone

Reuters

Bloomberg ya informó de que Blackstone y otros gigantes del crédito privado, como Ares Management y Carlyle Group, habían mantenido conversaciones con SVB sobre su cartera de préstamos. A partir del jueves, Blackstone ya evaluaba lo que podría considerar comprar, aunque el proceso se encontraba en sus primeras etapas, según una persona familiarizada con el asunto. 

La firma, que se centra en inversiones en empresas más maduras, evitaría la deuda de riesgo si tuviera que cerrar un acuerdo, afirma esta persona, que ha hablado bajo condición de anonimato porque las conversaciones son privadas.

Los prestamistas extrabancarios suelen aplicar tipos de interés más elevados que los que podría aplicar SVB. Es probable que eso aumente el coste del capital para unas startups que ya están esforzándose por conseguir financiación en mitad de unos 12 meses difíciles para el mercado tecnológico. 

"Hace una semana pensábamos que iba a ser difícil reunir capital", dice Morgan, de Stage, "pues bien, la situación ha empeorado y se acaba de perder el acceso a deuda barata de muy alta calidad".

 

Los fondos de capital riesgo se enfrentan entre sí

Mientras que los rumores sobre los problemas del banco habían circulado durante meses entre bastidores, las conversaciones sobre la posible inestabilidad de SVB se extendieron por las redes sociales el 8 de marzo. 

Al día siguiente, inversores y fundadores se instaron públicamente en Twitter y Discord a retirar su dinero del banco. El 10 de marzo, menos de 48 horas después del pánico inicial, el banco había sido intervenido por los reguladores.

Fue la quiebra bancaria más rápida de la historia, un ejemplo de lo rápido que un banco puede ver cómo sus depósitos salen por la puerta en la era digital

En los días posteriores, la comunidad emprendedora, normalmente muy unida, se ha dedicado a señalar con el dedo, y algunos han sugerido que el pánico inicial de los inversores de capital riesgo en las redes sociales equivalía a gritar fuego en una habitación abarrotada.

"Todo este incidente me entristece", afirma a Busines Insider Brian Mac Mahon, director de Expert DOJO, un grupo de inversores de capital riesgo. "Silicon Valley Bank fue un gran amigo de los fondos de capital riesgo durante muchos años y ha sido realmente decepcionante ver a tantos inversores de capital riesgo trabajar tan rápidamente para matarlo". 

El miércoles, el creador anónimo de una web llamada "SVB Hall of Shame" envió por correo electrónico la URL del sitio a multitud de personas del entorno de Silicon Valley. 

"Aquellos protagonistas dentro de la comunidad de capital riesgo que fueron singularmente responsables de desencadenar y luego exacerbar esta racha no escaparán a la rendición de cuentas", reza el preámbulo de la web. "Los futuros fundadores conocerán su valía. Sabrán que no eres un socio fiable, dispuesto a echarlos a los lobos en cualquier momento. Serás recordado por tu hipocresía".

 

La regulación en el mundo moderno

La quiebra de SVB es la segunda en importancia en Estados Unidos, sólo superada por Washington Mutual, que tenía 307.000 millones de dólares en activos cuando cayó durante la crisis financiera de 2008. 

Tras la crisis de 2008, la Administración Obama puso en marcha una serie de medidas de protección y regulación, entre las que destaca la Ley Dodd-Frank. Pero en la década transcurrida desde entonces, algunas de esas normas se suavizaron con la Ley de Crecimiento Económico, Alivio Regulatorio y Protección al Consumidor de la Administración Trump en 2018.

Un cambio crucial fue el aumento del umbral para los bancos de importancia sistémica a 250.000 millones de dólares. Eso significaba que los bancos más pequeños, incluido SVB, ya no estarían tan fuertemente regulados bajo la doctrina Dodd-Frank.

"A la gente le gusta decir: 'Tenemos muchas regulaciones en vigor posteriores a la doctrina Dodd-Frank, y mira, un banco, aun así, quebró' y eso no es cierto", afirma Kairong Xiao, experto en Finanzas y profesor de la Columbia Business School. "Todas las regulaciones posteriores se están manipulando a través de la letra pequeña, ya que el público ha perdido interés desde 2008".

"La  Ley de Crecimiento Económico, Alivio Regulatorio y Protección al Consumidor apenas fue noticia en su momento; es un cambio en el umbral, así que ¿a quién le importa eso?", añade Xiao. "Ahora mira lo que ha pasado".

Los reguladores ya están debatiendo entre ellos la necesidad de "reconsiderar la normativa para los bancos regionales y medianos", añade Xiao. Mientras tanto, los senadores Elizabeth Warren y Richard Blumenthal están pidiendo a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y al Departamento de Justicia (DOJ) que investiguen la quiebra por posibles acciones ilegales de ejecutivos y banqueros del SVB.

Otra cuestión clave ahora para los reguladores: cómo supervisar un mundo tan digital como el actual.

"Tienen que estar preparados para actuar con rapidez. Reunirse la semana que viene ya no sirve", afirma Xiao. "Los reguladores tienen que estar pendientes las 24 horas del día, vigilar Twitter y las redes sociales para ver lo que preocupa a la gente, los rumores que surgen, y combatirlo inmediatamente con la información adecuada".

Tom Vartanian, autor de 200 Years of American Financial Panics (200 años de pánicos financieros en Estados Unidos), que fue consejero general de la Junta del Federal Home Loan Bank durante la crisis de ahorros y préstamos de finales de los años 80, coincide en que los reguladores bancarios están a punto de enfrentarse a más ataques al estilo del SVB si no modernizan sus prácticas.

"La tecnología está dejando obsoleta la actual estructura reguladora, que se construyó en los años 30", afirma Vartanian. 

"Todo el sistema debe considerarse de forma diferente en un entorno tecnológicamente avanzado", sentencia.

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