Este vídeo te muestra por qué es físicamente imposible abrir la puerta de un avión en pleno vuelo

  • Las puertas de los aviones son imposibles de abrir por la altitud, que suele rondar los 11.000 metros sobre el nivel del mar.
  • Las cabinas están presurizadas para imitar las condiciones que se dan a 2.400 metros de altura para poder mantener a los pasajeros con vida. Cuanto más baja es la presión del aire, más difícil te resultará respirar.
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Esta es la transcripción del vídeo.

Narrador: es el capítulo número 123 de ‘La Dimensión Desconocida’, llamado ‘Pesadilla a 6.000 metros de altura’. Podría decirse que es uno de los episodios más icónicos de la serie, además está protagonizado por un William Shatner interpretando al:

Clip: retrato de un hombre aterrado, el señor Robert Wilson.

Narrador: en el capítulo, Bob ve a una criatura en el ala del avión y llega a la conclusión de que la única solución posible al problema es robarle el arma al personal de vuelo, abrir la salida de emergencia y disparar a ese monstruo. Claramente, esa escena es pura fantasía. Y no, no se trata solo del gremlin.

Hay un par de razones por las que no podrías abrir la puerta de un avión en pleno vuelo. La primera: está cerrada con llave. Pero hay otro gran factor que ‘La Dimensión Desconocida’ parece ignorar y es la física.

Vamos a consultar a nuestra primera fuente completamente fidedigna, la sección de meteduras de pata de IMDb. En ella, se indica que el avión en el que viaja Shatner es un Convair bimotor o un Douglas DC-6 o DC-7 de cuatro motores. Todos habrían sido presurizados. Cuanto más alto vuela un avión, más baja es la presión del aire exterior. Y cuanto más baja es la presión del aire, más difícil es respirar. Las moléculas están más separadas, por lo tanto habrá menos moléculas de oxígeno en cada respiración y menos presión expandiendo ese oxígeno en el flujo sanguíneo. A más de 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar, nuestros cuerpos no son capaces de absorber lo suficiente como para mantenernos a pleno funcionamiento.

Es por esta razón que los aviones están presurizados para imitar las condiciones que se dan a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar. Es un bonito término medio que reduce el oxígeno en sangre solo en un 4%, lo que no sería suficiente para afectar a nuestro organismo.

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Las aerolíneas modernas vuelan a unos 11.000 metros sobre el nivel del mar y, si sus cabinas no estuvieran presurizadas, la altura podría causarte delirios en segundos y te dejaría sin sentido en menos de un minuto. Y la diferencia entre el interior del avión y el exterior puede llegar a ser enorme. Dentro de la cabina, 3,5 kilos de presión empujan cada metro cuadrado de superficie. La típica puerta que te podrías encontrar en el interior de un avión tiene unos 2 metros de alto por 1 metro de ancho, por lo que se podría dar una presión de unos 11.000 kilos solo en esa salida.

El hombre más fuerte del mundo que todavía continúa con vida puede levantar sólo 500 kilogramos. “¡Pero espera!”, estarás gritando ahora mismo a tu ordenador. “En ese capítulo de la serie, el avión estaba a 6.000 metros, no a 11.000 metros de altura. La presión tendría que ser más baja!”. Tienes razón, pero no hay necesidad de gritar.

Clip: baja la voz.

Bob: lo siento, lo siento.

Narrador: la presión sería más baja, pero aún así sería demasiado como para que una persona pudiera sobrevivir a ella, incluso si se llama William Shatner. ¿Y qué hay de la puerta voladora? Eso es prácticamente imposible en un avión moderno. La mayoría de las puertas de los pasajeros tienen una forma cónica, el borde interior es más ancho que el exterior. A este tipo de puertas se las conoce como plug-door y básicamente actúan como el tapón del desagüe de una bañera, tapando el agujero sin dejar que nada pase. ¿Pero qué sucede si alguien que está en tu avión tiene la fuerza sobrehumana de Shatner? Podría causar algo llamado descompresión explosiva y es en lo único en lo que ha acertado ‘La Dimensión Desconocida’.

Durante un vuelo de Aloha Airlines en 1988 un pedazo del fuselaje se desprendió cuando la nave estaba a 7.000 metros de altura, dejando “un cielo azul donde antes estaba el techo de la primera clase”, según el capitán. El tripulante de cabina fue succionado instantáneamente del avión a través de ese agujero.

La descompresión explosiva no es muy frecuente, pero puede ocurrir. Un simple rasguño en el fuselaje del avión, una ventana que se rompe… da igual cuál sea la causa. La enorme diferencia de presión crea un vacío capaz de hacer desaparecer cualquier cosa con un peso de hasta 500 kilos. Y ese efecto de vacío duraría hasta que la presión que hay dentro de la cabina coincidiera con la presión del exterior. 

Entonces podemos decir que Shatner tomó una buena decisión abrochándose el cinturón antes de abrir la salida de emergencia. Si no vives en ‘La Dimensión Desconocida’, tus posibilidades de abrir la puerta del avión en pleno vuelo son tantas como las de ver un gremlin en el ala. Así que, la próxima vez que empieces a ponerte nervioso por algo así, recuerda:

Bob: todo va a ir bien.

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