Los 'incendios zombis', que arden bajo la nieve durante el invierno y resucitan en primavera, podrían ser cada vez más frecuentes por el cambio climático

Imagen de un incendio forestal

Los incendios forestales no suelen sobrevivir a inviernos fríos y húmedos. Pero un curioso fenómeno conocido como incendios zombis rompe estos esquemas.

En los bosques boreales que se encuentran más abajo del Círculo Polar Ártico, estos raros incendios persisten bajo tierra, muy por debajo de la capa de nieve que se acumula durante el invierno. Tienen la capacidad de esperar al momento oportuno, cuando la nieve se derrite y llega la primavera, para volverse a encender en la superficie y seguir causando estragos.

Los incendios zombis pueden ser devastadores: en 2008, uno de ellos fue responsable del 38% de la superficie carbonizada en Alaska (Estados Unidos), quemando un área del tamaño de San Francisco, según un estudio publicado el miércoles en la revista Nature. Esta investigación advierte de que estos incendios serán más comunes a medida que la Tierra continúe calentándose. 

"Es posible que veamos más incendios así en el futuro", afirma Rebecca Scholten, investigadora climática de la Vrije Universiteit de Ámsterdam y coautora del estudio, a Business Insider. "Vemos una tendencia al alza en las temperaturas de verano en las regiones boreales y esto va en línea con los aumentos en la superficie que termina ardiendo cada año".

El equipo de Scholten ha descubierto que los incendios son más frecuentes después de veranos especialmente calurosos. Cuanto más altas son las temperaturas estivales, más seca se vuelve la vegetación subterránea y el suelo y eso es lo que consumen los incendios zombis mientras hibernan. Cuanto más grande es el fuego, más profundamente pueden penetrar sus llamas bajo tierra en el verano. Eso los hace más propensos a sobrevivir al invierno.

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Quemar. Dormir. Repetir.

Bombero apagando un incendio

El equipo de Scholten analizó los informes de los bomberos locales, así como las imágenes satelitales de Alaska y los territorios del noroeste de Canadá capturadas entre 2002 y 2018. Encontraron 74 incendios zombis en esos 16 años.

"Podemos identificarlos en las imágenes de los satélites porque aparecen cerca de una vieja cicatriz de fuego", explica Scholten.

En Canadá, hallaron que los incendios se prolongaron durante el invierno después de los 6 veranos más calurosos del período del estudio. El análisis expone que las llamas pueden extenderse hasta 650 pies (unos 200 metros) bajo tierra. Pero ningún incendio sobrevivió al invierno después de los 7 veranos más fríos.

Los incendios que sobreviven al invierno requieren un hábitat específico. Ocurren en las regiones árticas y subárticas de Norteamérica y Siberia porque las capas de suelo más profundas, llamadas turba, son ricas en materia orgánica. Las llamas pueden devorar esa materia, manteniéndose con vida incluso cuando las temperaturas caen a menos de 4ºC.

Los incendios zombis siguen siendo raros: la nueva investigación sugiere que representaron solo el 0,8% de la superficie que se quemó en Alaska y los territorios del noroeste durante los 16 años estudiados. Pero, debido a que el cambio climático hace que tanto los veranos calurosos como los incendios forestales grandes e intensos sean más probables, los incendios zombis podrían ser cada vez más frecuentes.

Las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzaron un nuevo récord el año pasado y los últimos 7 años han sido los más cálidos jamás registrados, según la NASA . El Ártico, en particular, se está calentando más rápido que el resto de la Tierra.

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Un círculo vicioso

El fuego se extiende en un incendio forestal
El fuego se extiende en un incendio forestal

Quizás la peor parte de este fenómeno es su tendencia a retroalimentarse. Cuando un incendio atraviesa árboles y vegetación emite dióxido de carbono, lo que agrava el problema climático.

Un incendio zombi supone un doble problema: quema la flora en el verano antes de su hibernación y durante la primavera posterior. En el medio, las llamas bajo tierra emiten metano, un gas de efecto invernadero con 80 veces el potencial de calentamiento del dióxido de carbono. 

"Lo especial de los incendios en las regiones árticas y boreales es que la mayor parte de las emisiones de carbono proviene de los suelos", matiza Scholten.

Su grupo descubrió que los grandes incendios invernales en Alaska y los territorios del noroeste del continente emitieron 3,5 millones de toneladas métricas de carbono entre 2002 y 2018. Más emisiones provocan más calentamiento, lo que aumenta la probabilidad de más incendios de este tipo, que a su vez generan más emisiones, y así sucesivamente.

¿Es posible adelantarse a los incendios?

Incendio forestal

Getty Images/Stuart_Shaw

La mayoría de los incendios los causan las personas o los rayos. En Alaska y Canadá, la temporada de rayos comienza en junio, lo que da inicio a la temporada de incendios.

Pero los incendios zombis no siguen ese calendario. Empiezan "tan pronto como la nieve se derrite y el combustible seco está disponible", detalla Scholten. 

El nuevo estudio defiende que, al realizar un seguimiento de las temperaturas de verano y registrar dónde se han producido los incendios más grandes, los bomberos podrían predecir y apagar los incendios zombis antes de que se vuelvan a encender por completo.

Hacerlo sería más barato que combatir el incendio, según los autores del estudio, y también limitaría las emisiones de gases de efecto invernadero.

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