La inflación explota en la eurozona con un nuevo récord histórico: se dispara 9 décimas hasta el 10%

inflación (mujer comprando alimentos en un mercado o supermercado)

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Ni los esfuerzos fiscales de los países, ni el giro radical en la política monetaria del Banco Central Europeo. Nada parece frenar una inflación que avanza imparable por el Viejo Continente. 

En septiembre, la inflación explotó en la eurozona con un nuevo récord histórico: se disparó al 10% interanual, según el último avance publicado hoy por Eurostat. Se trata de un salto de 9 décimas respecto al dato registrado en agosto, cuando los precios subieron un 9,1%.

El encarecimiento de la energía y de las materias primas lleva meses tensionando la cuerda de precios, hasta el punto de que la inflación está llegando a cotas nunca vistas desde la creación de la eurozona

El precio de la energía se disparó un 40,8% de media en los países del euro, mientras que el de los alimentos escaló un 11,8%, un incremento superior al de meses pasados.

En esta ocasión, sin embargo, parece que la inflación empieza a dar tregua en países como España o Francia, donde la escalada de precios se ha frenado en agosto y septiembre, mientras la cuerda de precios pasa a tensarse a niveles preocupantes en países del centro de Europa.

En Alemania, la inflación alcanzó una subida del 10,9%, algo nunca visto desde la II Guerra Mundial. En Países Bajos alcanza el 17,1%, en Bélgica el 12% y en Austria el 11%.

La escalada de precios sostenida en el tiempo y en su virulencia ha puesto contra las cuerdas al Banco Central Europeo (BCE), que ha tenido que pisar el acelerador a las subidas de tipos de interés.

La inflación actual está más de 8 puntos por encima de los objetivos del organismo (en el 2%), y sigue apretando, poniendo en evidencia el papel del banco central como garante de la estabilidad monetaria. 

El BCE elige el mal menor: la histórica subida de tipos sirve para ganar margen en caso de recesión severa

Si, a finales de 2021, la inflación estaba en el 5%, y en marzo tocó el 7,5%, reflejando los primeros efectos de la guerra en Ucrania, en mayo llegó a superar el 8%, en junio y julio rozó el 9%. En agosto rebasó la frontera del 9% y, ahora, supera el 10%.

Si la escalada de precios no remite, dijo la presidenta del organismo en septiembre, habrá que apretar todavía más las tuercas de la política monetaria. El riesgo de este movimiento es sumir al Viejo Continente en una recesión, pero eso es una variable que ya se da por sentado. Ahora los temores se centran en cuánto podría durar, y en su virulencia.

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