Sin la rebaja de la factura de la luz del Gobierno, la inflación se habría disparado al 8,5%

Postes de electricidad.

Reuters

El paraguas de medidas desplegado por el Gobierno para capear la tempestad inflacionaria ya surte efecto. 

La inflación habría subido un 8,5% en febrero, en lugar del 7,6% registrado hoy por el INE, de no ser por la rebaja de la factura energética aprobada en verano de 2021.

El precio de la cesta de la compra se disparó un 7,6% en febrero a su mayor tasa desde 1986. Pero el aumento podría haber sido todavía peor. 

Si no fuera por la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, la inflación habría subido un 8,5%, nueve décimas más, según los datos del IPC a impuestos constantes.

Ya en 2021, cuando el precio de la electricidad batía récords históricos que se sufrían en la factura de la luz de hogares y empresas, el Gobierno decidió tomar cartas en el asunto: rebajó el IVA de la luz del 21% al 10% y suspendió el impuesto de generación de energía. 

Estas medidas supondrían una rebaja del 30% en la factura de la luz, según estimó en su momento la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera. 

Con el estallido de la guerra en Ucrania y la amenaza de que los precios energéticos continúen por las nubes durante bastante más tiempo del esperado, el Gobierno se ha lanzado a aprobar nuevas medidas que alivien el impacto de la crisis en el bolsillo de los hogares. 

El presidente Sánchez anunció que impulsará un Plan Nacional para evitar caer en una espiral inflacionaria y hacer frente a su impacto en los hogares y la industria. 

El Consejo de Ministros ya aprobó hace dos semanas medidas como pagar a las constructoras los sobrecostes por la inflación. También convocará una subasta extraordinaria de renovables y prorrogará hasta el 30 de junio las rebajas fiscales para reducir el recibo de la luz, el bono social y las ayudas a industria.

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