Fernando Valdés: "No anticipamos que la inflación vaya a reducir la demanda de turistas a España"

El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, en un momento de la entrevista.
El secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, en un momento de la entrevista.

Pablo Moreno

Si hace 2 años era la pandemia, ahora es la inflación el tema que ocupa titulares, conversaciones y preocupa a Gobiernos de todo el mundo. No es para menos, la escalada de precios ha prendido fuego a las economías, dejándolas al borde de la recesión.

Hasta ahora, la tensión de precios se explicaba por la subida de la gasolina, la electricidad y los alimentos, pero en junio ha habido un elemento más: el turismo se ha convertido en la puntilla de la inflación

Este verano, los precios para ir de vacaciones son los más altos de los últimos 3 años, incluso antes de la pandemia, según cálculos de BBVA Research. Sin embargo, no parece que el verano más caro haya frenado la demanda de turistas. 

"Nada hace anticipar que la inflación venga a corregir la intensidad de la demanda del destino España", afirma el secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, en una entrevista con Business Insider España. "No por el momento, y no en temporada alta", continúa. 

Es la paradoja de la inflación en vacaciones: España se encamina hacia un verano histórico en gasto a pesar de la escalada de precios y de las alertas de recesión.

En junio de 2022, la inflación subió con una virulencia inusitada, hasta el 10,2%. Ese mismo mes, el precio de los hoteles subió más que la gasolina, lo que hace pensar que el encarecimiento del sector esté añadiendo presiones inflacionistas. 

"Si los números nos dijeran que se está perdiendo intensidad, eso nos haría anticipar que el consumidor está interiorizando el efecto de los costes en precio y está decidiendo dejar de consumir. Pero esto, por el momento, no lo estamos percibiendo", aclara Valdés.

Según los cálculos que maneja el Gobierno, las reservas de los turistas nacionales ya están un 3% por encima de 2019. "Entre julio y agosto, los españoles van a seguir viajando con intensidad por nuestro país", añade. 

Los datos de gasto con tarjeta de BBVA Research también pronostican un verano histórico en consumo de los turistas nacionales.

En cuanto a los extranjeros, ya en los meses de abril y mayo de 2022, cuando la inflación superaba el 8%, el gasto medio de los turistas estaba un 4% y un 1% por encima de los mismos meses de 2019. 

Ello a pesar de que las llegadas internacionales todavía estaban un 12% por debajo de los niveles prepandemia, "lo que significa que, a menos turistas, estamos equiparando el gasto", ilustra el secretario de Estado.

De cara a verano, Valdés avanza que en los meses de temporada alta "estamos ya recuperando nueve de cada diez turistas internacionales", lo que explicaría el boom de gasto previsto por el servicio de Estudios de BBVA, que ayer expuso que el gasto de los no residentes en España se encuentra un 110% por encima de 2019. 

Eso significaría que España recibe menos turistas, pero gastan lo mismo que antes. "Es algo de lo que siempre hemos hablado desde el Gobierno, que España tiene que empezar a apostar por un modelo de calidad, y ello implica necesariamente incrementar el valor que le da al visitante a su estancia en España".

Estos datos, junto a un PIB turístico y unos datos de empleo que también superan los niveles de pandemia, hacen pensar, asegura el secretario de Estado, "que no es un momento en el que estemos anticipando esas correcciones".

"Es probable que veamos correcciones de precio en otoño"

Fernando Valdés, antes de la entrevista.
Fernando Valdés, antes de la entrevista.

Pablo Moreno

De cara al cuarto trimestre del año, en cambio, la postal puede cambiar. Por el momento, el Gobierno no anticipa que vaya a producirse una caída de la demanda, y ello a pesar de que todo apunta a un otoño en llamas.

"Las perspectivas que venimos confirmando desde principios de año y que se han ido ratificando mes a mes, tanto en la entrada de turistas internacionales como en el gasto, vienen a confirmar un comportamiento cada vez más sólido en la recuperación del sector turístico", apunta Valdés. 

Para el cuarto trimestre se espera un cóctel letal de incertidumbre, cuando se junten la escalada de la inflación con la subida de tipos de interés, la amenaza de un corte del suministro de gas ruso y varias economías a las puertas de una recesión. Según previsiones de BBVA Research, incluso la economía española podría contraerse a finales de 2022 y principios de 2023.

Por lo pronto, el único de esos riesgos que podría pesar sobre el bolsillo del turista es la inflación y, según Valdés, "incluso las reservas de los meses de septiembre y octubre están al 80% de 2019. No hay un comportamiento que nos lleve a anticipar el efecto de la inflación sobre los primeros meses de otoño, ni que vaya a tener un comportamiento peor de lo esperado".

Sin embargo, sí que está habiendo cancelaciones. "Hay una corrección a la baja en cuanto a las reservas", reconoce el secretario de Estado, que sin embargo asegura que se explica que son cifras dentro de lo normal, y que se trata de un aumento como consecuencia de nuevas tendencias surgidas tras la pandemia.

"Es verdad que el porcentaje de cancelaciones está un poco por encima a la época prepandemia, porque la gente sigue queriendo tener flexibilidad, e incluso la propia oferta turística ofrece esa flexibilidad en un contexto tan marcado por la incertidumbre", añade.

Lo que sí puede ocurrir, en cambio, es que el sector continúe aumentando precios, pero llegue un momento en el que la demanda no esté dispuesta a pagarlos. 

En algunos destinos donde se prevé superar el 85% de ocupación, las hoteleras han subido notablemente las tarifas para hacer frente a los costes energéticos y de suministros. Los hoteles no son los únicos. El precio de los vuelos internacionales se ha disparado un 16% en junio, los paquetes turísticos internacionales un 11,7% y los nacionales un 8,4%.

La pregunta es hasta qué punto es sostenible que la industria turística mantenga los niveles de precios actuales durante los próximos meses.

"Creo que ellos mismos (la oferta), en el momento que vean que efectivamente la demanda deja de ser tan flexible y que, como consecuencia de los precios, la gente corrige su decisión de compra. Bueno, yo creo que ajustarán precios. Es probable que haya correcciones a partir de otoño", pronostica Valdés.

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