Por qué la gestión indexada con un asesoramiento personalizado será la única manera de invertir con criterio, según el responsable de estrategias de inversión de ING

Francisco Quintana, responsable de las estrategias de inversión de ING.
Francisco Quintana, responsable de las estrategias de inversión de ING.ING
  • La banca digital avanza hacia un modelo en el que pretende personalizar las inversiones de sus clientes.
  • Francisco Quintana, responsable de las estrategias de inversión de ING, explica su estrategia de inversión en un entorno en el que cada vez es más complicado encontrar rentabilidades.
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El entorno de la inversión ha cambiado de forma espectacular. Más aún con la transformación digital que se ha acelerado como consecuencia de la pandemia del COVID-19.

¿Cómo conseguir rentabilidades en un escenario donde cada vez será más difícil rendir sin asumir más riesgo

Francisco Quintana, responsable de las estrategias de inversión de ING, ha conversado con Business Insider España para repasar la estrategia de la entidad en este aspecto y cuáles son los retos que hay en el camino. 

La industria de la inversión, dominada por la banca particularmente en España –con más de un 80% de cuota de mercado– tiene como mentalidad fundamental ofrecer fondos a sus clientes con una vocación de gestión activa. Tal y como expone Quintana, a cambio de un elevado coste y un rendimiento que, comparado con los estándares europeos, sería bastante pobre. “Además, no se ofrece un asesoramiento: llegas a la sucursal y te ofrecen el fondo que se está comercializando en ese momento”, describe. 

En otras palabras, se ofrece escasa información de lo que está sucediendo. De ahí a la importancia de las nuevas estrategias que otros jugadores bancarios digitales están tratando de ofrecer a sus usuarios.

Asesoramiento de la inversión personalizado a cualquier cliente, ante un escenario en el que cada vez es más complejo encontrar rentabilidades

En este sentido, dentro de la industria tradicional, en la parte de banca privada, también se distribuyen vehículos poco transparentes, de altos costes comparativamente con otros activos de gestión, aunque bajo un asesoramiento financiero. “Existe una disparidad entre el inversor minorista y el que posee un patrimonio más elevado”, reconoce Quintana.

Ese es uno de los motivos por los que ING está intentando cambiar su línea estratégica, teniendo en cuenta que el panorama de la inversión ha saltado por los aires en los últimos años: una oferta de gestión indexada, con vocación de largo plazo para sortear los ruidos del presente y con un asesoramiento financiero para todos los clientes. 

“Se trata de coger las herramientas de gestión pasiva que sabemos que funcionan, haciendo grandes carteras con ellas al invertir en el mundo entero”, asegura. “Construir inversiones apostando por Estados Unidos, Europa, mercados emergentes, acciones y bonos intentando hacer una foto del mercado mundial y con productos muy bajos en comisiones”, añade. 

Es decir, un modelo de gestión, el pasivo o indexado, que demuestra rendimientos sostenidos en horizontes temporales amplios, pero que, casi nunca, se encuentra respaldado por el paraguas del asesoramiento financiero.

Aquí es donde Quintana y su equipo inciden para tratar de captar un mayor volumen de clientes. “No quitamos el elemento de la gestión indexada a nivel mundial, porque sabemos que funciona, pero metemos la otra pata, la del asesoramiento”, asevera. 

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De este modo, si tú eres cliente, la combinación entre herramientas pasivas y asesoramiento, brindan una mayor personalización con la que esperan cosechar más éxitos durante los próximos meses

“Hemos rellenado ese vacío que tienen muchos clientes, que no tienen conocimientos de los mercados, con un servicio de asesoramiento en el cual no tienes que venir aprendido de casa, no tienes que saber qué es BlackRock, ni tampoco necesitas un mínimo de 5.000 euros para invertir, como en algunas fintech”, comenta. 

“La idea es que puedes concertar una cita telemática con tu gestor para tener conversaciones de una hora en el que se te puede explicar todo: desde en qué consisten las acciones, por qué tiene sentido invertir en tecnológicas o cuáles son los diferenciales entre Estados Unidos o Europa (…) es una manera de generar confianza y atraer al cliente”, explica. 

“Esta propuesta sería el equivalente a un servicio de banca privada para la gente que no tiene acceso a ella y basado en herramientas de gestión pasiva a coste muy bajo y con una por una herramienta de diversificación muy potente”, analiza Quintana. 

ING cuenta con 4 millones de clientes, y apenas han empezado a promocionar el servicio. En el momento de la realización de la entrevista ya están informando activamente a sus usuarios y habían empezado por ciertos perfiles que ya tienen una exposición a la inversión. No obstante, la idea sería ir ampliándolo. 

La apuesta por una mayor educación financiera ante el cambio de paradigma en la inversión

El paradigma ha cambiado enormemente y cualquier análisis macroeconómico, según Quintana, señala que no hay vuelta atrás. “Sin embargo, la percepción que todavía tienen muchos clientes de aguantar los ahorros en una cuenta corriente, porque ya subirán los tipos de interés y volver al modelo anterior, es erróneo”, dice. 

El impacto de los clientes de ING, tal y como señala Quintana, es que han perdido la rentabilidad que se ofrecía anteriormente. “Es su principal fuente de insatisfacción”, agrega. 

El experto cuenta que en España hay unos 800.000 millones de euros aparcados a la espera de que suban los tipos de interés. Algo que, a su modo de ver, no va a ocurrir por ahora. “Por eso hay que pensar en otras opciones en las que invertir, como la bolsa”, opina.  

Quintana lo tiene claro: “sigue siendo desde el punto de vista diferencial, la única alternativa que te puede dar un 3% o 4% de rentabilidad en la próxima década si eres capaz de tener el dinero parado ahí”

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¿Qué otras alternativas existen? Las inversiones alternativas. Estas no estarían vinculadas al real state (activos inmobiliarios): serían las ligadas al Private Equity, inversiones en infraestructuras, en direct lending, impresiones, préstamos directos de la banca pequeña a las empresas. 

Quintana cree que estos productos son interesantes, pero que tienen una serie de barreras de entrada. “Son propuestas muy atractivas, pero que no encajan con lo que nosotros vemos que necesitan nuestros clientes”, describe. 

Por tanto, si la cuenta de ahorro no existe, si el bono no proporciona rentabilidad, y si las inversiones alternativas, quitando las propiedades inmobiliarias, son invendibles, no queda otra opción que la bolsa con todos sus pros y con todas sus desventajas, tal y como cuenta el experto de ING. “Por eso, lo que estamos haciendo es contarle esto a nuestros clientes”, recuerda. 

La economía mundial avanza en el largo plazo, a pesar de que puede sufrir batacazos de 2 a 3 años, a lo sumo. Pero, si el horizonte se fija en unos 10 años, la actividad económica, analiza Quintana, debería estar por encima de los niveles actuales. “Eso se traduce en beneficios empresariales y en subidas de las empresas en la bolsa”, vaticina. 

Con todo, en su opinión, las rentabilidades que van a proporcionar van a ser peores que en el pasado por la inmensa cantidad de liquidez. “La próxima década será, por tanto, un mundo en el que se van a adquirir rentabilidades, pero menores que en el pasado: la renta variable no te dará un 6,5% como en los últimos 40 años. Posiblemente se reduzca al 4%”, piensa. 

Por eso, su filosofía de inversión se centra en decirle a sus clientes que no se sabe cuál es el escenario en el próximo año. “Todo se basa en un foco de largo plazo y con un buen asesoramiento”, concluye.
 

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