Los inquilinos podrán beneficiarse de las ayudas europeas a la rehabilitación de vivienda: el Gobierno prevé permitir condonar el alquiler a cambio de pagar las obras

El programa de regeneración urbana, que el Gobierno ha incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con la segunda mayor partida de fondos previstos para su desembolso, tendrá más beneficiarios de los inicialmente estimados, dado que los planes del Ejecutivo incluyen que los inquilinos de vivienda habitual puedan beneficiarse de las ayudas europeas a la rehabilitación de vivienda al igual que los propietarios.

Así, los inquilinos podrán optar a esas ayudas en el caso de rehabilitaciones de edificios completos o en viviendas individuales, del mismo modo que sucede con sus caseros, según han desvelado fuentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a Cinco Días, que destaca que ambos colectivos tendrán acceso a bonificaciones y subvenciones directas para la mejora de la eficiencia energética.

En total, el plan para rehabilitación de vivienda y regeneración urbana está dotado con 6.820 millones de euros, de los que 3.420 millones de euros se destinarán a subvencionar obras para la mejora del acondicionamiento energético en viviendas individuales, edificios completos o a escala de barrio, con el que el Ejecutivo prevé crear 188.000 empleos, aportar 13.500 millones de euros al crecimiento del PIB y contribuir a reducir las energías no renovables y las emisiones de CO2.

De esos 3.420 millones de euros para rehabilitaciones, poco menos de 2.000 millones se destinarán a la reforma de edificios al completo, que es una de las posibilidades en las que los inquilinos se beneficiarían de las ayudas europeas, según el diario económico, que explica que podrán acordar con su casero costear las obras a cambio del importe de su alquiler o podrán tomar la iniciativa para llegar a un acuerdo con la comunidad de propietarios para solicitar las ayudas.

En principio, el plan de rehabilitación incluye ayudas para cubrir entre el 40% y el 100% del coste de las obras en función de su impacto en la mejora de la sostenibilidad del edificio o su eficiencia energética. Esta medida se centra en actuaciones para reforzar la fachada, para instalar paneles fotovoltaicos o calderas comunes e incluirá también una deducción fiscal de hasta un 60% en el IRPF sobre las ayudas recibidas, que también se aplicará a viviendas individuales. 

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Así, en el caso de rehabilitaciones de viviendas los inquilinos también podrán beneficiarse de las ayudas directas de hasta 5.000 euros por domicilio y las bonificaciones fiscales que el Gobierno ha incluido en el plan de rehabilitación si inician obras de mejora en la casa que alquilan, aunque para ello necesitará de la conformidad del propietario para poder beneficiarse de los fondos europeos.

Por último, ni inquilinos ni caseros podrán recibir ayudas para la rehabilitación de barrios o vecindarios, dado que las subvenciones se centran en los profesionales que realizarán las reformas integrales, que deberán destinar al menos la mitad de su intervención a zonas de uso residencial, mientras que en las rehabilitaciones de edificios ese porcentaje asciende al 70%, según Cinco Días, que precisa que las 510.000 reformas que el Gobierno prevé costear deberán concluir antes del 26 de junio de 2026.