La insistencia de Putin en que la guerra va muy bien es un disparo en el pie para Rusia, que busca nuevos soldados a la desesperada, según los expertos

Erin Snodgrass
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Vladímir Putin, presidente de Rusia.
Vladímir Putin, presidente de Rusia.

Contributor/Getty Images

Tras un fin de semana de derrotas militares concluyentes a manos de las inesperadamente capaces tropas ucranianas, Rusia se ve obligada a enfrentarse a su flagrante problema de personal y a un presidente obstinado que se niega a ofrecer un indulto. 

Durante el fin de semana, las tropas ucranianas han obtenido su mayor victoria hasta la fecha, lanzando 2 grandes ofensivas en el noreste y el sur, en un esfuerzo eficaz por recuperar el territorio ocupado. Los informes procedentes de los frentes indican que las tropas rusas huyeron cuando el maltrecho ejército del país se doblegó ante la poderosa actuación de Ucrania.

Las humillantes pérdidas son un ejemplo de la aversión de Rusia hasta el momento a movilizar tropas en la guerra de casi 7 meses, según los expertos, que afirman que es probable que la cuestión persista y se agrave mientras el presidente ruso Vladímir Putin siga presentando un frente confiado, a pesar de la pésima realidad.

Caída de la moral en medio de grandes pérdidas

A medida que la guerra se prolonga, la moral de las tropas rusas es indudablemente baja y está bajando aún más, según Simon Miles, profesor adjunto de la Escuela de Política Pública Sanford de la Universidad de Duke (EEUU) e historiador de la Unión Soviética y de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

"Muchas de estas unidades no están mostrando lo que llamaríamos profesionalidad militar, incluido echar a correr", comenta a Business Insider.

El creciente agotamiento de las tropas y los consiguientes reveses pueden deberse a las decisiones estratégicas que tomaron los oficiales al comienzo de la guerra, plantea Miles.

"Vimos el mejor rendimiento militar ruso en las primeras semanas de la guerra, cuando los militares rusos tomaron sus mejores unidades y enviaron un gran número de ellas a misiones básicamente suicidas. Cogieron la flor y nata de la cosecha y la echaron a la picadora de carne, y ahora se han quedado con los restos", explica el profesor.

Desde entonces, Rusia se ha visto obligada a cortejar a los soldados voluntarios para mantener a los hombres en el campo de batalla, haciendo todo lo posible para convencer a la población del país de que se una a una guerra brutal.

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El gobierno ruso ha ideado lo que Miles denomina una "solución provisional" a su problema de personal, ofreciendo contratos lucrativos para atraer a combatientes sanos, incluyendo el salario medio de un año por solo 3 meses de trabajo militar.

Según George Barros, analista geoespacial de la cartera de Rusia y Ucrania en el Instituto para el Estudio de la Guerra, el gobierno también está ofreciendo bonos de inscripción y paga de combate por riesgo.

"Esto es un indicador de que las unidades convencionales que han luchado en Ucrania se han degradado mucho. Así que los rusos tienen que rascar el barril para intentar meter a quien puedan", declaró Barros a Business Insider en una entrevista en agosto.

El país no solo tiene como objetivo a los veteranos con experiencia de combate, sino a cualquiera que pueda luchar de forma factible, explica Barros. El ejército los entrena durante aproximadamente 30 días y los envía al combate.

La estrategia funcionó bastante bien al principio de la guerra, dijo Miles. "Mucha gente se apuntó a una ronda. Pero a medida que el verano da paso al otoño y el otoño da paso al invierno, dudaría de que, dado lo desastroso que ha sido todo en los últimos días especialmente, mucha gente se apunte a pasar el invierno en una trinchera ucraniana", añade.

Especialmente cuando la moral sigue cayendo en picado, "definitivamente hay un conocimiento entre la gente de Rusia de que Ucrania no es el lugar al que se quiere ir ahora mismo", complementa Barros.

Rusia ordenó a las tropas que cruzaran al territorio ucraniano controlado por los rebeldes en febrero.
Rusia ordenó a las tropas que cruzaran al territorio ucraniano controlado por los rebeldes en febrero.

Servicio de prensa del Ministerio de Defensa ruso/Associated Press

Una solución rechazada

La falta de hombres ha provocado condiciones agotadoras para los soldados que se encuentran en el frente.

"El combate es la cosa más física y mentalmente agotadora a la que un ser humano puede someterse. [Para] las unidades que han estado en él durante 6 meses, es simplemente agotador", expone Miles.

Aun así, hay una solución aparentemente sencilla para la decepcionante escasez de soldados en Rusia, según los expertos: el país podría llamar a filas

Recurrir a un reclutamiento ayudaría sin duda a mejorar el problema de personal del ejército, pero Putin sigue resistiéndose a tomar las medidas necesarias para ello, continúa Miles. Para reclutar soldados, Rusia tendría que declarar formalmente el estado de guerra: una escalada que pondría de manifiesto y confirmaría la pésima actuación de Rusia en el conflicto hasta el momento. 

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"Seguir negándose a movilizarse es negar al ejército ruso el recurso que más necesita, que es el personal", analiza Miles.

A lo largo de casi 7 meses de combates, el gobierno ruso se ha negado a llamar a la guerra por ese nombre, manteniendo en cambio que las tropas están en Ucrania para una "operación militar especial". 

"Declarar la movilización masiva, declarar la guerra formal sería una declaración explícita de que esto no está funcionando", comparte Miles.

Parece que, más importante que ganar la guerra, en la mente de Putin, es mantener la falsa pretensión de que Rusia no está fallando, afirman los expertos. "Insiste en mantener esta narrativa de que todo va bien, lo que ninguna persona razonable creería", concluye Miles.

Ryan Pickrell ha contribuido a este reportaje.

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