La Inspección de Trabajo envía un cuestionario a repartidores de Glovo para pillar a la empresa por falsos autónomos

Analía Plaza
Fundador de Glovo, emprendedor joven
  • La Inspección de Trabajo de Barcelona ha pedido a centenares de repartidores de Glovo en Barcelona documentación para demostrar su conexión laboral con la empresa.
  • Entre los documentos que requiere, están los contratos suscritos, las facturas emitidas y copias de los chats y correos electrónicos.
  • También ha enviado un cuestionario muy exhaustivo sobre el sistema: pregunta por los medios de trabajo, las indicaciones que reciben y si los repartidores han interpuesto demanda o no. Varios lo han hecho.
  • La Inspección de Trabajo de Zaragoza ya dictó en julio que 326 repartidores eran falsos autónomos y reclamó 379.963 euros a la compañía.

La Inspección de Trabajo de Barcelona investiga si los repartidores de Glovo en la ciudad son "colaboradores", como indica la empresa, o trabajadores que deberían estar dados de alta en la Seguridad Social, según ha podido saber Business Insider.

Desde el mes de junio, cientos de repartidores están recibiendo un email que les cita en las oficinas de la Inspección. En él, los inspectores piden que el repartidor aporte distinta documentación: desde los contratos suscritos con la empresa, las facturas emitidas desde el inicio de la actividad y los chats o correos electrónicos mantenidos con trabajadores de Glovo. 

"Lo que nos han comentado los inspectores es que todos los repartidores, desde principios de 2015 hasta 2018, deben pasar a entregar la documentación y rellenar el cuestionario", explica una de las personas que ha recibido el email. "Deben pasar todos. Incluso los que ya no trabajan. Estamos hablando de muchos repartidores".
 

El cuestionario incluye preguntas como la descripción del proceso de selección, los requisitos para poder trabajar en Glovo o los medios de trabajo puestos a disposición del repartidor.

Inspección de Trabajo de Glovo

Los medios de trabajo que aparecen en el contrato que firman los repartidores con Glovo incluyen la caja de plástico, el soporte para el móvil, un cargador portátil para el móvil, una bolsa térmica, una tarjeta para efectuar pagos y un chubasquero que, "en ningún caso puede identificarse como uniforme de Glovo".

Los repartidores pueden acceder a ellos previo pago de 15 euros y una fianza de otros 65 euros, según se recoge en un contrato al que ha accedido Business Insider. La Inspección de Trabajo también pregunta por la fianza en su cuestionario, además de por otros pagos que la empresa exige a sus "colaboradores", como el del seguro de responsabilidad civil (4 euros mensuales).
 

Los inspectores preguntan por el sistema de auto-aceptación de pedidos, un botón que marcan los repartidores para que les entren pedidos automáticamente - en lugar de aceptar o rechazar cada uno

Autoaceptación

El sistema de autoaceptación (o autoasignación) implica que los repartidores no acepten o rechacen cada pedido, sino que les entren todos automáticamente. El problema de este sistema, según han expresado varios de ellos, es que si se desmarca ese botón (esto es: si uno no quiere que le entren pedidos de forma automática), la puntuación como repartidor cae.
 

La Inspección también quiere más información sobre el "sistema de excelencia" de la app

Sistema de excelencia de Glovo

El "sistema de excelencia" es una de las principales ataduras que tienen los repartidores, tanto en Glovo como en otras plataformas. Mediante este sistema, los mensajeros son evaluados en base a distintos factores: rapidez en las entregas, nota que pone el cliente, nota que pone el restaurante y, sobre todo, franjas de trabajo escogidas. Las horas con más alta demanda - las noches de fin de semana, principalmente - puntúan mejor: si las trabajas, tu puntuación sube. Y si no lo haces, probablemente baje.

La Inspección de Trabajo pregunta a los repartidores si entienden el sistema y si saben cómo repercute en su actividad. También si la empresa ha dado indicaciones sobre la ruta a seguir o cómo tratar con restaurantes y clientes. 
 

Por último, la Inspección pregunta por la incidencia de la tarifa plana para autónomos en la finalización del trabajo con Glovo

Cuotas de autonomos

Como sabrás, la tarifa plana para autónomos consiste en que durante dos año la cuota a pagar a la Seguridad Social es reducida: empieza en 50 euros durante los seis meses y sube progresivamente hasta los 280 a partir del mes número 25. La subida de la cuota provoca que, cuando la bonificación deja de aplicarse, muchos repartidores no tengan ingresos suficientes para pagarla y dejen de hacerlo. O dejen de trabajar en plataformas como Glovo.

La Inspección de Trabajo de Barcelona parece estar preocupándose de este asunto y le pregunta a los repartidores si la finalización de su tarifa plana tuvo que ver en que dejaran de repartir con Glovo o no.

 

Los despidos: la cláusula novena

En la Inspección de Trabajo no hay preguntas, sin embargo, por los despidos (o "ceses de colaboraciones") que efectúa la app. El sistema habitual, cuentan varios repartidores, es ser "marginado" durante un tiempo (esto es: no recibir pedidos, aunque la app siga activa) antes de ser desconectado del todo. 

En otros casos, el "cese" es inmediato si el repartidor no trabaja durante una franja en la que había dicho que lo haría. 

Los despidos se conocen entre repartidores como la famosa "cláusula novena".

Clausula novena


No es la primera inspección

Esta no es la primera vez que la Inspección de Trabajo va detrás de Glovo, como ya hizo con Deliveroo, a quien ha reclamado 1,3 millones de euros por falsos autónomos. En 2015, la empresa superó una primera inspección.

"A partir de entonces", cuenta un repartidor consultado, "fue cuando se uberizó".

La Inspección de Trabajo de Zaragoza dictó recientemente que Glovo debe 379.963 euros a la Seguridad Social por 326 repartidores que eran falsos autónomos. Trabajo estuvo ocho meses entrevistando a 181 repartidores en activo y a responsables de establecimientos afiliados a la plataforma en la ciudad. Finalmente, concluyó que existía una relación laboral entre repartidores y empresa, y que la "libertad" en la que tanto incide la empresa es limitada para el rider porque puede ser sancionado o despedido si los rechaza. 

La Inspección de Barcelona se suma a la denuncia que puso la Intersindical de Catalunya el pasado 18 de julio y a las denuncias individuales de varios 'riders', que también consideran que su relación con la empresa es laboral y no de autónomos.

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