Interior gasta más de 150.000 euros en la compra 15 dispositivos que sirven para desbloquear móviles y tabletas y extraer de ellos información

El Ministerio de Interior, a través de la División Económica y Técnica del Cuerpo Nacional de Policía, ha anunciado hace menos de una semana la compra de 15 dispositivos de la empresa israelí Cellebrite. 

Recogida en el BOE, la licitación del contrato permitirá a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado invertir en ellos 151.500 euros, lo que supone algo más de 10.000 euros por aparato.

La misión de estos es clara: ayudar a desbloquear dispositivos como móviles y tabletas con sistemas iOS y Android para acceder a información que puede ser clave en la investigación de crímenes.

Entre esta información sensible que puede quedar al alcance de la policía, por ejemplo, destaca el acceso al registro de llamadas y al historial de conversaciones, incluso de las que han sido borradas.

Son solo algunas de las funciones que la propia empresa destaca en su web sobre sus soluciones tecnológicas.

"Omita los bloqueos de patrones, contraseñas o PIN y supere los desafíos de cifrado rápidamente en dispositivos Android e iOS; extraiga datos de teléfonos móviles, drones, tarjetas SIM, tarjetas SD y dispositivos GPS,", detalla Cellebrite sobre sus capacidades.

En concreto, el UFED Touch 2, el modelo portátil adquirido por Interior, está pensado para permitir la rápida extracción de información tanto en laboratorio como en todo tipo de condiciones fuera del mismo, asegura la empresa.

Los dispositivos de Cellebrite han tenido usos controvertidos

El contrato, destacado en Twitter por Eduardo Archanco, coordinador del portal Applesfera, y adelantado también porXataka, vincula a la policía española con Cellebrite.

La compañía saltó a la palestra en 2015, cuando se la relacionó con el FBI en el contexto de la investigación posterior al ataque terrorista de San Bernardino, en California, EEUU.

En él, dos personas encapuchadas accedieron con rifles de asalto a un centro sin ánimo de lucro que atendía a usuarios con discapacidad. Mataron a 14 personas e hirieron a otras 21.

Tras un largo tiroteo, los agentes lograron abatir a los autores, el matrimonio compuesto por Syed Farook, 28 años, y Tashfeen Malik, de 27. 

Posteriormente, el intento de las autoridades de desbloquear el iPhone de Farook puso en un compromiso a Apple, una empresa cuyo prestigio se cimenta en buena medida en su capacidad de salvaguardar los datos de sus clientes.

Pronto surgieron una buena cantidad de empresas y expertos dispuestos a ayudar al FBI a acceder a la información de Farook con o sin la ayuda de Apple. Se especuló con que una podía ser Cellebrite.

Una investigación posterior del Washington Post desmintió aquella colaboración aunque confirmó que, en efecto, el FBI había conseguido su objetivo.

La propia Cellebrite presume, por otra parte, de haber ayudado a las fuerzas y cuerpos de seguridad en muchos otros casos.

En su web destaca, por ejemplo, un caso de recuperación de mensajes que permitió dar con un asesino en Francia después de que inicialmente los investigadores concluyeran que había sido un suicidio.

Pero no son estos los usos que han generado debate sobre Cellebrite. En mayo de 2016, un instituto de Shelbyville, en Texas, utilizó una de las cajas de la compañía para acceder al móvil de un alumno.

El motivo no fue otro que las fundadas sospechas del personal de servicios sociales de la zona de que este mantenía una relación amorosa con un docente del centro.

Esta se confirmó después de que la tecnología de Cellebrite lograra recuperar varios mensajes en los que docente y alumno se decían "Te quiero".

Aunque en aquella ocasión el dispositivo empleado fue un UFED Cellebrite que era propiedad del sheriff del condado (parecido al que va a adquirir ahora la policía española), este abrió una peligrosa puerta.

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Tal y como reveló una investigación del portal tecnológico Gizmodo, una buena cantidad de colegios invirtieron después importantes sumas de dinero en comprar dispositivos similares.

Aquello abrió en EEUU un debate acerca de los límites de la privacidad en el caso de los menores de edad. 

En efecto, en el caso de los alumnos de un colegio, por ejemplo, no hace falta una orden judicial para registrar sus pertenencias si hay sospechas bien fundadas de que ha cometido una infracción.

Sin embargo, ¿justifica eso cualquier tipo de actuación? ¿Hasta qué punto un centro escolar puede requisar un móvil de un alumno e investigarlo? 

Y lo que es peor: ¿puede un proceder así convertirse en una represalia contra alumnos díscolos? Al fin y al cabo, decían entonces los expertos, no es difícil hallar material comprometedor en el móvil de cualquier adolescente.

"Estos aparatos empezaron a usarse en el ejército estadounidense y luego se abrieron camino entre las fuerzas de seguridad estatales y locales y los administradores de las escuelas", explicó al respecto en Gizmodo Cooper Quentin, experto de la Electronic Frontier Foundation.

"Esta es la trayectoria inevitable de cualquier tipo de tecnología de vigilancia o cualquier tipo de arma", añadió.

En España, la adquisición de estos dispositivos da continuidad a un creciente interés por parte del Ministerio de Interior por apoyarse en nuevas tecnologías.

Entre estas destaca, como recordó Business Insider, todo un sistema de alerta terrorista apoyado en IA que se espera que funcione a partir de los próximos años.