Los inversores institucionales alertan de que habrá una crisis en cinco años y enfrentarse a la volatilidad de los mercados será su principal desafío

Traders dudan con la cotización de Wall Street
  • Si se echa la vista a los que más capital mueven en las Bolsas, la realidad es que ya hay un tono de más incertidumbre en sus predicciones.
  • Los inversores institucionales se están preparando para un escenario más adverso durante el próximo lustro, teniendo en cuenta el recorrido que ya se ha plasmado en los mercados, según un estudio realizado por Natixis IM.
  • Los resultados más llamativos dentro de la muestra analizada es que están preocupados por “el aumento de los niveles de deuda pública y el bajo crecimiento económico”. 
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El fondo de los mercados ha cambiado por completo en la última década. Se ha pasado de un gran mercado bajista provocado por la crisis de las subprime en Estados Unidos a la tendencia alcista más larga de toda la historia, especialmente en el mercado norteamericano. Sin embargo, la pregunta clave es cómo se empieza a percibir lo que está por venir

Si se echa la vista a los que más capital mueven en las Bolsas, la realidad es que ya hay un tono de más incertidumbre en sus predicciones. Y es que los inversores institucionales se están preparando para un escenario más adverso durante el próximo lustro, teniendo en cuenta el recorrido que ya se ha plasmado en los mercados.

Así lo muestra un estudio realizado por Natixis Investment Managers, que ha sondeado a 500 inversores institucionales. Los resultados más llamativos dentro de la muestra analizada es que están preocupados por “el aumento de los niveles de deuda pública y el bajo crecimiento económico”

Mientras que el endeudamiento de los países sigue alcanzando nuevos récord, a una gran mayoría (el 89%) de los inversores institucionales les preocupa el impacto que esto tiene en la economía global. El pesimismo sobre los niveles de apalancamiento ha influido en las perspectivas de una “próxima crisis financiera global”, hasta el punto de que ocho de cada diez (83%) de los encuestados prevén que habrá una crisis en los próximos cinco años, mientras que el 58% cree que llegará antes, dentro de uno a tres años, destaca Natixis IM.

Sophie del Campo, managing director para Iberia, Latam and US Offshore de Natixis IM destaca que para los inversores institucionales los últimos doce meses “han dado lugar a una compleja selección de desafíos macroeconómicos que pondrán a prueba la configuración de las carteras para 2020”. 

Esto los ha llevado a prever que habrá una “ralentización global más pronto que tarde”, analiza. No obstante, a pesar de las perspectivas de recesión a corto plazo, la incertidumbre ha llevado a los inversores a evitar “introducir grandes cambios en sus carteras”, al haber decidido adoptar una estrategia de “mantenerse a la espera de los acontecimientos”, explica.

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El avance de la volatilidad

Además del desafío a las finanzas públicas y del potencial de una ralentización económica, los inversores institucionales mantienen la vista puesta en el entorno político global, que sigue generando incertidumbre en los mercados. El 69% de los encuestados cree que la injerencia extranjera en las elecciones es un problema cada vez mayor a nivel global, mientras que el 64% manifestó que la campaña de las elecciones presidenciales en Estados Unidos “podría ser una fuente importante de volatilidad en los mercados”.

Mientras el entorno macroeconómico sigue siendo sumamente complejo, aumentan las expectativas de un incremento de la volatilidad.  Más de la mitad de los inversores institucionales, concretamente el 52%, considera que la volatilidad de las divisas aumentará en 2020, y un 77% prevé que habrá un incremento de la volatilidad en los mercados de valores.

Este tipo de factores ayuda a explicar por qué las instituciones sitúan la volatilidad como el “principal factor de riesgo de las carteras para 2020”, aunque los bajos tipos de interés ocupan la segunda posición (50%). 

Del campo afirma que una década de bajos tipos y de escaso crecimiento económico ha llevado a que “los inversores busquen fuentes de rentabilidad alternativas”. Dado que los activos tradicionales no ofrecen la rentabilidad que los inversores institucionales necesitan para alcanzar sus objetivos a largo plazo, la inversión privada “estará más presente en sus carteras de ahora en adelante”.

Así, los inversores saben que la política puede aumentar la volatilidad de los mercados y que los tipos de interés harán que “su búsqueda de rentabilidad sea aún más difícil”, dice Del Campo. Aunque el ritmo de crecimiento global seguirá ralentizado, los inversores son conscientes de que llevará tiempo y “esperan pacientemente a ver cuáles serán las tendencias se manifiesten el año que viene”, concluye.

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