Un joven 'gamer' de 17 años gana 1,4 millones de euros en 2020 revendiendo en tiempos de pandemia PS5, Xbox Series X/S y otros productos de lujo

Max Hayden
  • Max Hayden es un joven emprendedor de 17 años que analiza qué productos de lujo necesita la gente durante esta época de pandemia. Compró y revendió piscinas hinchables en verano de 2020, y en noviembre se las ingenió para adquirir muchas PS5 y Xbox Series X/S.
  • Gracias al mundo de la reventa de productos de lujo, Hayden consiguió en 2020 1,7 millones de dólares (1,4 millones de euros) en ingresos y 110.000 dólares (90.000 euros) en beneficios.
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La pandemia global ha provocado, entre otras cosas, la escasez de todo tipo de productos: calentadores de jardín, maquinillas de afeitar, piscinas hinchables, pesas, sobres de ketchup, cartas Pokémon… y las 2 nuevas consolas PS5 y Xbox Series X/S.La escasez de componentes para fabricarlas ha provocado que se distribuyan menos consolas de las demandadas. 

La carrera vertiginosa por ser el primer en comprar una nueva consola cuando se reponen esporádicamente ha revitalizado el mercado de la segunda mano: unas pocas personas se han especializado en comprar consolas a mansalva para luego revenderlas por el doble e incluso el triple del precio original.

Una de estas personas es Max Hayden, estudiante de instituto de 17 años que en 2020 solo mediante la compra y reventa de productos de lujo consiguió 1,7 millones de dólares (1,4 millones de euros) en ingresos y 110.000 dólares (90.000 euros) en beneficios.

Hayden forma parte de un nuevo grupo de jóvenes emprendedores que han encontrado una forma de lucrarse con la escasez de consolas y otros productos junto con el ansia de sus consumidores por obtener estos objetos.

No todo el mundo está contento con el éxito económico de Hayden. Recibe emails incendiarios a diario tanto de gente que se queja de sus precios como de representantes de tiendas y franquicias. 

"¿Cómo te atreves a pedirnos 1.500 dólares por una PS5 que vale 500 dólares?", se queja alguien en uno de estos mensajes. "Debería darte vergüenza lo que haces", se queja otra persona.

El padre de Max también recelaba inicialmente de las iniciativas de su hijo. Pero se calmó cuando comprendió que la reventa de productos no-esenciales es generalmente legal. "No es lo mismo que si vendiera algo de auténtica necesidad", explica. "Esto es al fin y al cabo el capitalismo".

Max analiza qué necesitarán los consumidores de antemano. Por ejemplo en la primavera de 2020 compró una gran cantidad de pesas después de que se anunciara el cierre de los gimnasios debido a la pandemia. Hizo lo mismo con maquinillas de afeitar cuando se cerraron las peluquerías. En verano compró piscinas hinchables y en noviembre se dedicó a adquirir y revender consolas PlayStation 5 y Xbox Series X y S.

¿Cómo consiguió esto último? En su momento comprar nuevas consolas fue toda una odisea debido a la cantidad de gamers entrando a la vez en tiendas virtuales. Hayden descubrió que la cadena de tiendas Target permitía reservar consolas desde septiembre. Así que compró 10 por adelantado usando su tarjeta de crédito y arriesgando sus ahorros. 

"Lo de Target no fue un secreto, pero en septiembre poca gente había pensado que quería una consola nueva", explica Hayden para Wall Street Journal.

Cuando llegó noviembre y los gamers descubrieron que las consolas se agotaban rápido, Max siguió comprando hardware gracias a otra estratagema: se han creado comunidades online que, a cambio de una suscripción mensual, dan soplos y consejos sobre próximas tiendas que repondrán consolas. Max se enteraba antes y se preparaba para comprarlas en gran número.

Además, estos grupos online, que se suelen hospedar en Discord, comparten información sobre los últimos bots que compran automáticamente pedidos online. Con esta tecnología, revendedores como Hayden no tienen que estar todo el día pegados a la pantalla del PC, a la espera de que las consolas u otros productos se repongan.

Max Hayden junto con sus 2 amigos/trabajadores: Jack DeLorenzo a la izquierda y Nick Chang a la derecha.
Max Hayden junto con sus 2 amigos/trabajadores: Jack DeLorenzo a la izquierda y Nick Chang a la derecha.

Algunas tiendas han instalado software anti-bots mientras que otras solo permiten la compra de una sola unidad por persona. Pese a estas medidas, el negocio de Hayden va viento en popa.

En parte, Hayden se libra de estas medidas porque ha hecho amistades con algunos empleados de tiendas. Por ejemplo, tiene contactos en el Walmart cerca de casa. Gracias a ello sabe cuándo se reponen piscinas hinchables y puede comprarlas y revenderlas. 

Las andanzas de Hayden en este último año y pico de pandemia es la culminación de varios intentos anteriores por triunfar en el mundo de las reventas. 

Cuando era aún más joven, se le ocurrió comprar juguetes y revenderlos. Usó la cuenta de eBay de sus padres para sus planes, pero la cuenta acabó bloqueada cuando cometió un error de cálculo: los juguetes no llegaba a tiempo y sus primeros clientes le acusaron de estafa por demorarse tanto. Estos le denunciaron a eBay y el servicio le cortó el negocio antes de que prosperara.

"Utilicé la tarjeta de débito de mi madre para eso", explica Max. Tuvo que pagar sus deudas con el dinero que le iban dando en cumpleaños y eventos similares.

En su segundo intento, revendió libros. Su padre, arquitecto, recibió cientos de libros de un cliente que los encontró en la casa que acababa de comprar. En lugar de tirarlos a la basura, Hayden los usó para ganarse un dinerillo extra. Precisamente realiza sus operaciones actuales bajo el nombre de MH Book Store, su presunta empresa de librerías. 

Como Hayden no se ha sacado el carnet de conducir, los camiones de los transportistas visitan su casa con tanta frecuencia que su madre ya se sabe los nombres de pila de todos. En una ocasión, el camión de reparto de Amazon se quedó una hora aparcado en la entrada de casa de la cantidad de calentadores de jardines que Hayden iba a revender.

Max tiene hasta trabajadores: 2 amigos suyos que le ayudan empaquetando o atendiendo a los clientes por 15 dólares la hora. Además, comparte el alquiler del almacén con otros 6 revendedores.

En sus inicios, las notas de Hayden se tambalearon debido al tiempo que dedicaba a sus negocios. Ahora, sus ingresos le ayudan a acabar los estudios. ¿Y qué quiere ser de "mayor"? Emprendedor. Y es que este tipo de ideas parecen formar parte del ADN familiar: su abuelo tenía un negocio de coches mientras que su madre era dueña de una empresa de catering. Él planea estudiar sistemas de gestión de la información y, más allá de eso, ya se verá.

"Espero poder alquilar una casa en la playa con el dinero que vaya ganando", concluye. "A ver si logro convencer a mis padres".

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