"Si otra persona pudo hacerlo, yo también": este joven de 22 años consigue fabricar un chip desde el garaje de sus padres

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Reuters

  • Sam Zeloof, un joven estadounidense de 22 años produce chips con 1.200 transistores a partir de equipos caseros en el garaje de sus padres. 
  • Zeloof ha documentado todo el proceso a través de YouTube como una forma de replantear la accesibilidad de la fabricación de estos componentes. 
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Sam Zeloof, un estadounidense de 22 años, produjo un chip con 1.200 transistores a partir de quipos caseros y reacondicionados en el garaje de sus padres, tal y como recoge Ars Technica. 

El medio explica que el joven documentó todo el proceso a través de Youtube y de su propio blog. "Tenía la confianza de que, si otra persona pudo hacerlo, yo también podría, incluso si me llevaba mucho más tiempo", ha apuntado. 

No obstante, según señala él mismo, esta no fue su primera incursión en la fabricación de componentes. Zeloof hizo su primer chip durante su último año de secundaria, en 2018. 

A pesar de las diferencias grandes y obvias frente a las grandes empresas productoras de semiconductores, el estadounidense de 22 años bromea que está "progresando mucho más rápido que la industria en sus primeros días". 

Según precisa, su segundo intento tiene 200 veces más transistores que el original, una tasa de crecimiento que supera la ley de Moore, la regla empírica acuñada por un cofundador de Intel que dice que la cantidad de transistores en un chip se duplica aproximadamente cada 2 años.

Zeloof explica que su intención actual es igualar la escala del innovador 4004 de Intel de 1971, el primer microprocesador comercial que tenía 2.300 transistores y se usaba en máquinas como las calculadoras. Así, el pasado mes de diciembre comenzó a trabajar en un diseño de circuito intermedio que puede realizar sumas simples.

En un contexto marcado por la escasez global de este tipo de componentes, el joven señala que su intención con este "pasatiempo" no es que los semiconductores construidos en su garaje ayuden a impulsar productos como su PlayStation, sino hacer más accesible su fabricación para aquellos productores que no dispongan de presupuestos millonarios. 

"Esa barrera de entrada tan alta hace que sean súper reacios al riesgo, lo que afecta directamente a la innovación", explica. 

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Zeloof comenzó a elaborar sus propios componentes inspirado por los vídeos de la inventora y empresaria Jeri Ellsworth. Al principio, recuerda, recibió correos electrónicos de expertos de la industria animándole a dejar de intentarlo, ya que se trata de "uno de los procesos de fabricación más difíciles y precisos del mundo". 

No obstante, el joven estaba decidido a intentarlo y, para ello, recurrió a un amigo de su padre, ingeniero de semiconductores, que le dio algunos consejos relacionados con la seguridad. 

Consciente de que su proyecto no contaba con el espacio profesional que utilizaban las grandes productoras, decidió documentarse en libros de las décadas de los años 60 y 70, cuando las condiciones de trabajo eran menos exigentes que las actuales. 

Así, recurrió a equipos antiguos que adquirió a través de plataformas como eBay que habían pertenecido a compañías tecnológicas que habían tenido que cerrar. Por ejemplo, uno de sus mejores hallazgos fue un microscopio electrónico roto que compró por 1.000 dólares –costaba 250.000 dólares en su momento– y reparó. 

Zeloof compartió parte de sus éxitos a través de Twitter, motivo por que se hizo viral y consiguió que sus vídeos en YouTube narrando el proceso obtuviesen millones de visitas. A la par, algunos veteranos de la industria se han puesto en contacto con él para ofrecerle sus consejos. 

Tal y como explica él mismo, este experimento ha servido para replantear el proceso de construcción de los chips e intentar clamar por uno más accesible. 

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