Los jóvenes banqueros de Wall Street llevan años teniéndolo fácil, pero están a punto de enfrentarse a un verdadero baño de sangre

Los jóvenes banqueros de Wall Street han vivido una época muy buena de la bolsa, pero están a punto de conocer la cara B del mercado.
Los jóvenes banqueros de Wall Street han vivido una época muy buena de la bolsa, pero están a punto de conocer la cara B del mercado.

Tyler Le/Insider

Si puedes tener compasión por alguien en Wall Street durante estos tiempos volátiles, por favor, piensa en los jóvenes. Durante aproximadamente la última década, los becarios y graduados universitarios que se han incorporado al mundo de las finanzas sólo han conocido un mundo en el que las acciones subían, los tipos de interés se mantenían a cero y los precios de las materias primas eran bastante estables.

Pero eso se acabó. Los jóvenes de Wall Street están viviendo su primer ciclo negativo: un mercado bajista, despidos masivos en todo el sector y una recesión. En este momento, los jóvenes inversores son como "un conejito deslumbrado por los faros de un coche", tal y como comparaba Mary Callahan Erdoes, CEO de JPMorgan Asset & Wealth Management, en la conferencia Delivering Alpha de CNBC la semana pasada.

No es solo que nunca hayan visto un mercado bajista, sino que la volatilidad de la bolsa que se está experimentando se debe a un cambio masivo y permanente en la economía global. El mundo no volverá a ser lo que ha sido en la última década. Es probable que continúen las presiones inflacionistas, la globalización se está fracturando y la geopolítica ha pasado a ser una de las principales preocupaciones de las empresas.

Los jóvenes de Wall Street deberían saber que el próximo mercado será más duro que el anterior, pero supongo que eso sólo importa si llegan al otro lado con sus puestos de trabajo intactos. Y eso no está garantizado.

Wall Street cree que los beneficios de las empresas seguirán subiendo el próximo año, a pesar de que la Reserva Federal ha dejado claro que tenemos serias posibilidades de recesión.

La vida era fácil

No es ningún secreto que durante décadas, para superar el aburrimiento o el desvarío de trabajar 100 horas a la semana, los jóvenes banqueros han dividido sus aparentemente generosos sueldos en pagos por hora y los han considerado escasos. Descubrir que su agotador trabajo sólo valía entre 15 y 20 dólares la hora solía ser un rito de iniciación en las finanzas. Personalmente, he visto a jóvenes adultos llorar al darse cuenta de ello.

Pero durante la década anterior de estabilidad, los jóvenes de Wall Street empezaron a reclamar un trato más humano y salarios más altos durante su primer paso por la picadora de carne de las altas finanzas. Sin la amenaza de un mercado a la baja o de despidos masivos, tuvieron tiempo de reconsiderar su salario y el trato que recibían en el trabajo. En algunos bancos, incluso consiguieron aumentos y mejores condiciones de trabajo. En un mercado alcista, en el que hay mucho dinero y trabajo para todo el mundo, los bancos necesitaban a todos los que pudieran utilizar las hojas de cálculo y preparar las presentaciones de PowerPoint. 

Pero ahora hemos entrado en la guarida del mercado bajista. El S&P 500 ha bajado un 24% desde principios de año en lo que se ha convertido en la "corrección" más larga desde 2009. Los acuerdos de fusiones y adquisiciones de los primeros nueve meses de este año han bajado un 34% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Y docenas de grandes empresas estadounidenses han recortado sus previsiones de beneficios, alegando una mayor incertidumbre debido a, bueno, un poco todo.

Naturalmente, esto perjudica al sector ámbito de las finanzas. Por ejemplo, el sector tecnológico, que durante mucho tiempo ha sido una fuente de ingresos para los bancos, se ha visto muy afectado. Debido a que los tipos de interés han estado bajos durante tanto tiempo, muchos emprendedores de Sillicon Valley han podido recurrir a la deuda barata para financiar sus proyectos, lo que significa que un montón de ideas verdaderamente estúpidas salieron al mercado y se hicieron enormes. Eso también significó que los banqueros de Wall Street se forraron con los enormes honorarios que les supuso asesorar a estas empresas o sacarlas a bolsa. Ahora esa tendencia se está invirtiendo con fuerza. En los primeros 9 meses del año, el volumen total de salidas a bolsa de empresas tecnológicas ha caído un 90% respecto al mismo periodo del año anterior.  

Ahora que el tren de la fortuna se ha agotado, las cosas se ponen feas. Los despidos y los recortes están por todas partes en Wall Street. JPMorgan despidió a cientos de personas este verano. BlackRock también anunció que reduciría las contrataciones (lo siento, graduados universitarios). Morgan Stanley redujo los paquetes salariales en un 21%. Pero en ningún lugar los recortes son más crueles que en Goldman Sachs, que está recortando personal de forma agresiva por primera vez desde que comenzara la pandemia. Los recortes se están llevando a cabo en sectores especialmente afectados por este entorno económico, como la tecnología, los medios de comunicación y las telecomunicaciones.

Lo peor de estos recortes recaerá en los miembros más jóvenes del mundo de las finanzas. Wall Street es un sistema de aprendizaje; los jóvenes banqueros aprenden viendo cómo hacen las cosas los veteranos y haciendo todo lo que estos no quieren hacer. Por eso algunos CEO como Jamie Dimon y David Solomon odian tanto el teletrabajo. El trabajo a distancia hace casi imposible corregir los errores en el momento en que se producen. También hace que sea más difícil para los jóvenes banqueros destacar dentro de la empresa.

Si eres uno de los tiernos niños veraniegos de la última década de Wall Street que se pasó la pandemia en los Hamptons haciendo sus modelos financieros y, en general, disfrutando de su vida, ahora es cuando te toca pagar por ello. Prepárate para trabajar más horas mientras temes por tu trabajo. Prepárate para lidiar con jefes de pésimo humor y con una política de oficina tan feroz que caer mal puede costarte el puesto. Si eres uno de los banqueros que protestaron por tener que ir a la oficina cinco días por semana, ahora es cuando te enteras de que puede que no tengas que acudir nunca más. (Me pregunto cómo le irá a este tipo de Goldman).

Xi Jinping

El mundo que conoces

La situación no volverá a ser la que era antes de que llegara la inflación, la pandemia, o incluso antes de la Administración Trump. La subida de tipos de interés lo cambia todo; es la fuerza de gravedad del mercado. La sociedad global también ha cambiado, y las temáticas de inversión en las que Wall Street se basó y prosperó durante la última década se están desvaneciendo. Muchas de las reglas que los jóvenes de Wall Street acaban de aprender sobre cómo reaccionan los mercados a los acontecimientos tienen que tirarse por la ventana.

Decir adiós al dinero fácil es un gran problema. El fin de la globalización es aún mayor. El ataque de Rusia a Ucrania y el ascenso de un líder más autoritario en China han cambiado las reglas del juego. El Gobierno de Estados Unidos ya no confía en países que representan grandes franjas de la economía mundial gracias a su tecnología propia. La Unión Europea ya no puede depender de Rusia para la energía y ha puesto en pausa indefinidamente un acuerdo comercial con China. Las empresas hablan de trasladar las cadenas de suministro fuera de China a países más cercanos, o más amistosos. Este tipo de cambios globales no sólo reescriben el libro que los inversores de Wall Street han utilizado durante la última década, sino que lo hacen pedazos, lo queman y tiran las cenizas al mar.

Algunos inversores de Wall Street (los boomers) están ahora regañando a sus homólogos más jóvenes, disfrutando de la oportunidad de actuar con más sabiduría que las generaciones que están a punto de usurparles. Estos inversores de más edad dicen que ya han visto algo así antes, en la década de 1970: había una inflación de dos dígitos (Estados Unidos se mantiene con un solo dígito, igual que España y a diferencia de otros países europeos) y una crisis energética (la suya fue mucho peor). Stanley Druckenmiller, fundador de Duquesne Family Office y leyenda de Wall Street desde que algunos banqueros junior están vivos, dijo a los asistentes a Delivering Alpha que ahora -como entonces- podríamos estar a punto de experimentar una década perdida de acciones.  

Elon Musk

"No estoy diciendo que os busquéis un empleo en otro sector", afirmaba Druckenmiller, recordando a la multitud que en la década de 1970 las acciones se mantenían planas pero la volatilidad seguía permitiendo ganar dinero. "Sólo digo que hemos tenido un huracán detrás de nosotros durante 30 o 40 años, y que se está revirtiendo, y no me sorprendería -de hecho, es mi previsión central- que el Dow no esté mucho más arriba en 10 años de lo que está hoy".

Para los inversores, el peligro de vivir en el pasado es que puede hacerles creer que conocen el mercado que observan en el presente, cuando la realidad es que no hay 2 mercados iguales. A veces, una mirada fresca, sin prejuicios ni expectativas, puede ver más fácilmente lo que de verdad está pasando. Si los jóvenes de las finanzas tienen algo a su favor, es eso.

Entre la multitud de la conferencia de ese día había un grupo de jóvenes de Wall Street que habían sido invitados a asistir como experiencia de aprendizaje. Pude verlos garabatear furiosamente mientras me sentaba al fondo de la sala junto a una de mis fuentes: "No tienen ni idea", me dijo.

"Tú tampoco", pensé yo.

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