5 motivos que explican por qué los jóvenes no quieren sacarse el carnet de conducir: el precio es un factor relevante, pero no el único ni el de mayor peso

Una alumna en un examen de conducir
  • Cada vez menos jóvenes quieren sacarse el carnet de conducir, y este cambio de costumbre no es algo que se explique con un solo factor.
  • El alto precio que supone examinarse del permiso de conducir, una mayor conciencia ecológica y un estilo de vida diferente son algunas de las causas a destacar.
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Si eres joven y no te has sacado el carnet de conducir (ni piensas hacerlo) debes saber que no se trata de una rareza. 

Un estudio elaborado por Uber señala que sólo el 58% de la Generación Z, los que nacieron a partir de 1995, se ha sacado el permiso de conducir, frente al 81% de los nacidos en el baby boom (1946-1964).

Este último grupo de población es el que tiene mayor porcentaje de conductores. Los pertenecientes a la Generación X (1965-1985) cuentan con un 78%, mientras que el 74% de los millenials (1985-1995) tienen el carnet. 

Los datos recopilados por la DGT también advierten sobre esta tendencia. España perdió 2 de sus 18 millones de conductores entre 2015 y 2019, último año del que se dispone información.

La bajada se aprecia en todos los grupos de edad, pero es mucho más evidente en los conductores que tienen entre 18 y 34 años, que sólo suman el 25% de los permisos, cuando en el año 2000 eran el 40%.

No hay un solo factor que explique por qué los jóvenes se sacan menos el carnet de conducir. En realidad esta tendencia se debe a diferentes explicaciones.

Entre ellas destaca el alto coste que supone acudir a las clases y presentarse a los exámenes, pero no es el único factor y tampoco puede asegurarse que sea el más importante.

A continuación, se recopilan 5 causas por las que los jóvenes no quieren el carnet de conducir.

Sacarse el carnet es demasiado caro

Examinador durante un examen de conducir

El precio es una barrera importante. El precio medio aprobando a la primera es de 692 euros, un coste inasumible si además se tiene en cuenta la situación de precariedad laboral de los jóvenes.

Y también hay que tener en cuenta que no todos aprueban a la primera. Suspender significa pagar más clases y abonar de nuevo las tasas del examen, por lo que se puede llegar a los 1.000 euros.

Una persona de la Generación Z que no cuenta con ayuda de sus padres será complicado que pueda apuntarse a la autoescuela y hacer frente al coste de sus servicios. 

A esto hay que sumar que comprar un coche tampoco es precisamente barato, incluso si se opta por un vehículo de segunda mano. 

Los jóvenes tienen una mayor conciencia sobre el medio ambiente

La "boina" de contaminación sobre la ciudad de Madrid

La lucha contra el cambio climático es una de las principales preocupaciones de los jóvenes

A pesar de que las marcas automovilísticas están haciendo esfuerzos por reducir las emisiones de sus coches, lo cierto es que el tráfico, sobre todo en grandes ciudades, sigue dañando el medio ambiente.

Esto se podría solucionar si los jóvenes optasen por coches eléctricos, pero surge de nuevo la barrera económica: estos vehículos son caros y todavía tardarán en bajar de precio.

Existen otras opciones de movilidad

Una mujer en un patinete eléctrico
Getty Images

Este es uno de los motivos que más peso ejerce en la balanza. Tener un coche en propiedad no es tan necesario como hace años: existen numerosas alternativas para desplazarte.

Por ejemplo, el uso de un patinete eléctrico es más barato que el coche y además no perjudica al medio ambiente, uniendo así las 2 anteriores condiciones. 

Viajar en bici también es una opción atractiva para la Generación Z, y algunas ciudades españolas llevan tiempo impulsando este método sostenible y saludable. 

Utilizar Uber o Cabify para ciertos desplazamientos en ciudad también es interesante para los jóvenes. Y en caso de querer un trayecto más largo siempre queda la opción de Blablacar. 

El estilo de vida ha cambiado

Una mujer hace una compra online

La presencialidad ha ido perdiendo terreno en los últimos años y se ha potenciado a raíz de la pandemia de coronavirus.

Trabajar desde casa, hacer casi todas las compras por internet o charlar con tus amigos por videollamada son grandes cambios que hacen menos necesario el uso de un coche. 

Que la vida sea diferente también ha provocado que el coche ya no sea símbolo de prestigio y de libertad. Esto se debe a las nuevas alternativas de movilidad y al cuidado del medio ambiente.

Las personas jóvenes viven en entornos urbanos

Madrid BI

Getty

La mayoría de las oportunidades laborales se encuentran en los grandes núcleos urbanos, lo que ha provocado que muchos jóvenes tengan que vivir en ciudades como Madrid o Barcelona para prosperar.

En las grandes ciudades no es tan necesario utilizar el coche, pues hay una buena red de transporte público y todos los servicios básicos se encuentran dentro de la propia ciudad.

Al vivir en un pueblo o directamente en el medio rural la dependencia del coche es absoluta, pero la población ya no se concentra en estos municipios.

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