El creador de Linux se canceló a sí mismo para convertirse en una persona más agradable: ahora tiene como objetivo recuperar talento para el software más importante del mundo

Linus Torvalds

Kim Kulish/Corbis via Getty Images; Samantha Lee/Insider

  • Linus Torvalds, el ingeniero de software que inició y mantiene el desarrollo del kernel Linux, se retiró en 2018 para iniciar una terapia que le ayudara a mejorar su temperamento.
  • Actualmente, muchos opinan que Linux tiene la necesidad de reclutar nuevos talentos, así como abordar el problema de la escasa presencia de mujeres en la comunidad.
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La lista de mensajes mordaces que Linus Torvalds ha escrito a lo largo de los años es tan rica y variada que hay un subreddit completo dedicado al tema.

"¡Mauro, CÁLLATE LA P--- BOCA!", es lo que le escribió públicamente a un desarrollador de software en 2012, refiriéndose a la opinión de este como una "basura y una idiotez".

"El código anterior es una m--rda, y genera un código de m--rda", ha llegado a decirle Torvalds a un compañero que trabaja en Linux, mientras criticaba el trabajo de otro.

Ha atacado a gigantes tecnológicos como Intel, preguntándose si la empresa está "comprometida a venderte m--rda eternamente y nunca arreglar nada". Cuando el fabricante de chips gráficos Nvidia se enfrentó a Torvalds él respondió literalmente: "Que os jod-n".

Sin embargo, mientras Torvalds trabajaba en la redacción de un anuncio importante en 2018, le invadieron las dudas y la timidez. Casi 3 décadas después de crear el software que lo hizo famoso, reverenciado y temido, Torvalds, siguiendo el consejo de algunos amigos cercanos, se alejó temporalmente de los focos para "recibir ayuda sobre cómo comportarse de manera diferente".

"No soy un tipo de persona emocionalmente empática", reconoció Torvalds en una disculpa pública de 989 palabras.

La noticia de que Torvalds se estaba tomando su tiempo para dedicarse a ser persona más amable causó un gran revuelo en el mundo de la programación, donde el codificador finlandés es una figura icónica que supervisa un ámbito de la tecnología de tan amplio alcance que es difícil exagerar.

En tecnología, Linux es como el aire que respiramos: es gratis y casi invisible para la gente en general, pero las principales tecnologías y corporaciones no pueden funcionar sin él.

El software Linux es la base de los teléfonos Android y las pantallas de los vehículos de Tesla. Alimenta la gran mayoría de superordenadores más rápidos del mundo, software de negociación de acciones, proyectos de big data, aplicaciones de inteligencia artificial, submarinos nucleares, el Servicio Postal de los Estados Unidos, conducción autónoma, bancos, aerolíneas y computación en la nube. Incluso se está utilizando en Marte.

No solo eso, sino que Linux también ha generado una comunidad de más de 10.000 desarrolladores que han dedicado una parte significativa de sus vidas, habitualmente como voluntarios no remunerados, a mejorar, expandir y mantener las capacidades del software. La última versión de Linux incluyó cambios en 12.000 archivos y más de un millón de líneas de código. Participaron casi 2.000 desarrolladores.

La pausa de Torvalds en 2018 resultó tener un impacto mínimo en esta colmena de actividad. Después de un mes de descanso estaba de vuelta en su teclado. No obstante, este episodio ha expuesto un fallo en Linux más profundo que la conducta diaria de Torvalds: Linux es omnipresente, pero la comunidad de personas que la apoyan está envejeciendo. Una curva de aprendizaje pronunciada y los incidentes de acoso verbal no son exactamente un aliciente para reclutar programadores jóvenes.

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A sus 51 años, Torvalds es uno de los últimos de una generación, cuya volátil mezcla de cerebro, visión, ego y rabietas ha dado forma a una industria tecnológica que sigue siendo predominantemente blanca y masculina. Los críticos se muestran escépticos de que alguien como Torvalds pueda experimentar una profunda transformación personal en esta etapa de su vida, y él no está en desacuerdo. Si puede reprogramar la extensa y caótica comunidad de Linux que creó es otro asunto.

Cuando contacté con Torvalds por correo electrónico, acababa de recuperar la electricidad e internet después de una tormenta en Portland (Oregón, Estados Unidos) donde vive. Le pregunté si estaba disponible para una entrevista en video, y él respondió que aborrecía absolutamente las videollamadas en todas sus formas, y en estos días, obviamente, el cara a cara tampoco era una opción".

En vez de esto, propuse una entrevista telefónica. "No, mi rechazo se extiende también a las llamadas telefónicas. Los teléfonos son objetos desagradables. A excepción de los correos electrónicos", respondía él.

Así que tendría que ser por correo electrónico.

Como la mayoría de la gente de la industria tecnológica durante la pandemia, Torvalds trabaja desde casa. Sin embargo, lo ha estado haciendo durante décadas, a menudo en albornoz y en un escritorio de pie equipado con una cinta de correr.

Con sus características gafas redondas de pasta y su pelo recogido a un lado, el aspecto de Torvalds no ha cambiado mucho a lo largo de los años, el aspecto de Torvalds no ha cambiado mucho con los años. Su preferencia por la ropa casual y cómoda se extiende también a los eventos públicos. Cuando Boas Betzler, líder del gremio mundial de arquitectura de IBM, se reunió con Torvalds en el Marriott de Santa Clara, California, estaba ansioso por conocer al "héroe de su juventud". Él y otros 2 compañeros de IBM vestían de traje y prepararon una sala de conferencias con algunas bebidas. Cuando Torvalds entró, llevaba chanclas, pantalones cortos y una camiseta.

Torvalds no escribe mucho código para Linux últimamente. Describe su papel actual como el de un "líder técnico de alto nivel". Nunca quiso crear su propia empresa, solo crear "el mejor sistema operativo que existe".

Durante casi toda su carrera, Torvalds se ha dedicado a Linux y al software de código abierto. Rechazó una oferta de trabajo de Steve Jobs porque el CEO de Apple insistió en que dejara de trabajar en Linux. Además de Linux, Torvalds creó Git, el sistema de control de código fuente que es la base de empresas como GitHub y GitLab y que hace posible la mayoría de los proyectos de código abierto actuales. Tiene 3 hijas, y la mayor es ingeniera de software, aunque ella no trabaja en el kernel de Linux ("No estoy creando una dinastía del kernel de Linux", ha llegado a afirmar Linus).

A pesar de ser una persona introvertida a la que "no le gustan especialmente las multitudes de personas", Torvalds afirma que le encanta "comunicarse y hacer desarrollo al aire libre". En su opinión, la creación de software a través de la colaboración con código abierto es la forma más práctica de hacer el trabajo.

"Añade una dimensión enorme a toda la parte de resolución de problemas de ser ingeniero, porque puedes trabajar junto a personas de diferentes orígenes y con objetivos completamente diferentes a los tuyos", explica.

La contradicción —de un programador irascible que defiende la colaboración y le debe su legado— está en el corazón del éxito de Linux y de su situación actual.

"Linux está cambiando con el tiempo. Linus también está cambiando", opina Igor Seletskiy, CEO y fundador de CloudLinux. "Está tratando de ser cada vez más tolerante, y cada vez tenemos menos arrebatos por su parte", añadía.

Alrededor del momento de su descanso en 2018, Torvalds comenzó a ir a terapia por primera vez en su vida y continuó con ella durante unos meses después de su regreso. "Vengo de una generación en la que hablar con un terapeuta no es muy natural y no estaba seguro de qué esperar. Pero resultó que lo disfruté, explicando los antecedentes y de dónde vengo y de qué se queja la gente, y creo que fue útil y bueno", comparte.

Jens Axboe, un ingeniero de software de Facebook y desarrollador de Linux, notó una "marcada mejora", una evaluación que atribuye al hecho de que ningún correo electrónico que Torvalds envíe en estos días es "directamente ofensivo en sí mismo".

"¿Me convirtió en una persona diferente y mejor?", se pregunta Torvalds. "No, no lo creo. En poco meses no se solucionan estas cosas. Pero espero y creo que tal vez me hizo un poco más consciente y cuidadoso con los correos electrónicos que envío", añade.

De no ser por la impaciencia y frustración de Torvalds, quizás no existiría Linux.

A sus 21 años, mientras estudiaba informática en la Universidad de Helsinki en 1991, Torvalds tuvo que esperar en la fila para usar el equipo informático de la facultad, que estaba limitado a 16 usuarios a la vez. El sistema operativo Unix que alimentaba los ordenadores, sin mencionar el hardware en sí, era caro para los clientes comerciales —ni podía imaginarse que un estudiante pudiera comprarlo para uso personal — y los programadores serios de la época como Torvalds llegaron a la conclusión de que los ordenadores en ese momento no cumplían con su cometido. 

Entonces, compró un PC y comenzó a experimentar, escribiendo su propio código similar a Unix que le permitía a la máquina realizar ciertas tareas. Pronto se dio cuenta de que sus retoques habían producido esencialmente el núcleo de un sistema operativo. 

Decidió seguir adelante y correr la voz.

Ese mismo agosto, en un tablón de anuncios escribió: "Estoy haciendo un sistema operativo (gratuito) (solo un pasatiempo, no será tan grande y profesional como GNU) para clones 386(486) ... Me gustaría saber qué características querría la mayoría de la gente. Cualquier sugerencia es bienvenida, pero no prometo implantarlas todas :-)".

El proyecto atrajo a otros programadores que enviaron código para corregir errores que descubrieron o para habilitar nuevas funciones. 

Había nacido la comunidad de código abierto de Linux.

A medida que Linux ganó popularidad dentro de los círculos tecnológicos, pasó de ser un "extraño sistema operativo de juguete" a ser utilizado en servidores web y en otras aplicaciones del mundo real. En 1993, más de 100 personas contribuían de forma independiente con código a Linux. Torvalds, que todavía era un estudiante más, supervisaba todo el proyecto.

Los formidables desafíos de la situación dieron como resultado muchas de las prácticas y normas que aún dan forma a cómo se administra Linux en la actualidad.

A los mejores desarrolladores se les asignaron ciertas partes del kernel (o núcleo), para supervisar como "mantenedores", revisar todo el código relevante que los desarrolladores enviaban, proporcionar control de calidad y comentarios e interactuar con Torvalds.

Los desarrolladores dicen que admiran a Torvalds por su "visión técnica" de la calidad del código, por actuar como un "catalizador" que ayuda a los miles de ingenieros de Linux a trabajar juntos y por ser "útil" en la enseñanza a otros ingenieros. La desarrolladora de Linux Laura Abbott, la única mujer en una Junta Asesora Técnica de Linux, opina que Torvalds "no es la persona más cálida que existe", pero que puede "hacer buenos comentarios cuando es necesario".

Linus Torvalds.
Linus Torvalds.

Linux Foundation

El "estilo directo de comunicación" de Torvalds y su predilección por soltar frases malsonantes y discutir también fomentaron una cultura de "todos contra todos" en la que las discusiones técnicas se convertían a menudo en peleas cargadas de insultos. 

Neil Brown, un programador que pasó 15 años como mantenedor en la comunidad de Linux, dice que "tener un líder que tenga arrebatos abusivos raros pero reales" no hace que todos en el grupo se comporten de manera similar, pero envalentona a los que ya son propensos a esa conducta. 

"Esto es, creo, lo que llevó a ciertos comportamientos deficientes dentro de la comunidad de desarrolladores de Linux", reflexiona Brown.

El propio Brown prestaba mucha atención a lo que Torvalds escribía en las listas de correo electrónico para poder trabajar con él más eficazmente y aprender cómo trabajaba. De vez en cuando, él y Torvalds tenían fuertes desacuerdos. 

"Todos cometemos errores. Eso se entiende, y probablemente molesta más a la persona que comete el error que a Linus", explica Brown a Business Insider. "Creo que lo que Linus espera de aquellos en quienes confía es humildad", añade.

Dentro de muchas empresas de tecnología hay un empleado designado que actúa como enlace principal con los desarrolladores de la comunidad Linux. No es un papel divertido.

El enlace envía "parches" o actualizaciones al código de Linux que aseguran que las últimas funciones de la compañía funcionen con el sistema operativo.  Si el parche tiene un error o algún otro problema, la persona se llevará la peor parte del aluvión de críticas y, posiblemente, del acoso verbal que suele producirse. 

"Cuando destrozas un parche, te humillan y se burlan de ti", afirma un antiguo desarrollador de Linux, refiriéndose a cuando un desarrollador comete un error en una corrección de código. "O sea que se divierten con eso".

En un incidente en 2013, Torvalds y otros desarrolladores bromearon sobre los frecuentes gritos en la lista de correo de Linux, alentando a uno de sus compañeros a ser más conflictivo para ser eficaz. "Puede que tengas que aprender a gritar a la gente", escribió Torvalds, después de amonestar a la persona porque "haces que sea fácil actuar como un felpudo".

La tolerancia de los gritos y los ataques verbales en la comunidad Linux ha contribuido a lo que algunos dicen que podría convertirse en un entorno poco acogedor. "Queremos las mejores ideas de todo el mundo, no sólo de la gente dispuesta a soportar críticas fulminantes", comenta a Business Insider el presidente de IBM y ex-CEO de Red Hat, Jim Whitehurst.

Si bien Torvalds se disculpó por su comportamiento cuando anunció que se retiraba en 2018, algunos desarrolladores sienten que una disculpa no subsana el daño que pudo haber causado en las últimas décadas.

La falta de diversidad en la comunidad Linux, así como en la comunidad tecnológica y de código abierto en general, también puede dificultar la incorporación de los recién llegados de grupos minoritarios. A lo largo de los años, la cantidad de mujeres que trabajan en Linux ha aumentado en general, aunque ha disminuido algunos años. Linux ahora tiene más de 300 colaboradoras, que representan aproximadamente el 8% del total.

La Fundación Linux tiene una iniciativa de tutoría, que trabaja para dar la bienvenida y retener a nuevos desarrolladores, incluidas mujeres. También está trabajando para hacer que su liderazgo sea más diverso, según Shuah Khan, miembro de la Fundación Linux. Aun así, solo el 16% de los participantes en el programa de tutoría son mujeres.

Hasta hace poco, Torvalds parecía desdeñar la diversidad en la tecnología, predicando el evangelio de la meritocracia. "Todas esas cosas son solo detalles y no son realmente importantes", afirmaba en 2015.

Ahora dice que si bien el bajo número de mujeres en Linux refleja la industria tecnológica en su conjunto, "deberíamos intentar hacerlo mejor" porque Linux es uno de los proyectos más grandes de la industria.

Sin embargo, Torvalds no sabe cuál sería la solución para atraer a más mujeres.

"¿Creo que hay una solución milagrosa? No", afirma Torvalds. "¿Tenemos mujeres y gente de color? Sí, pero mentiría descaradamente si dijera que no son una pequeña minoría. Pero no sé cómo cambiarlo".

A pesar de su asertividad, Torvalds dice que su poder es modesto.

"No se puede obligar a nadie a hacer algo en código abierto. El verdadero poder que tengo es que la gente confía en mí", opina.

Cuánto ha cambiado Torvalds desde su terapia dependerá de a quién le preguntes.

"Cuando la gente en quien confío y me gusta dice 'Linus, pareces un idiota, necesitas dar un paso atrás y observar tu comportamiento', creo que tengo 2 opciones: o pensar que están equivocados y hacer lo de siempre, o tomarme en serio sus consejos", reflexiona.

"Oye, tampoco voy a afirmar que soy una persona completamente diferente solo porque he hablado con un profesional durante un par de meses. No es así como funcionan las cosas. Pero espero ser al menos un poco más cuidadoso y consciente de mi lenguaje", añade.

Si Torvalds es ambivalente sobre su propia transformación, no hay duda de lo mucho que ha cambiado el mundo en el que vive en las décadas transcurridas desde que empezó con Linux. Ahora hay menos tolerancia para el "brillante imbécil", afirma el ingeniero de Facebook y desarrollador de Linux Axboe.

"A la gente se le llama la atención por ese tipo de comportamiento", afirma Axboe. "Era impensable hace 10 años. En los inicios, era una especie de Salvaje Oeste".

La reciente controversia  sobre un pionero del software libre, Richard Stallman, de la Free Software Foundation, es una señal para algunos expertos de que la industria está lidiando con problemas de responsabilidad y dinámicas de poder de una manera que no sucedía antes. A raíz de las acusaciones de que Stallman acosó a varias mujeres o las hizo sentir incómodas y las críticas por los comentarios que hizo sobre el traficante sexual convicto Jeffrey Epstein, 3.000 desarrolladores firmaron una carta abierta pidiendo la destitución de Stallman de la junta directiva de la FSF. Finalmente, la junta mantuvo a Stallman, pero Red Hat y Mozilla, propiedad de IBM, retiraron el apoyo a la FSF.

"Cuando rompes tu parche, te humillan y se burlan de ti"

Alrededor de la época en que Torvalds se retiró en septiembre de 2018, Linux adoptó un código de conducta que explícitamente responsabiliza a los gerentes de proyectos, o "mantenedores". Los mantenedores que no siguen o hacen cumplir el código pueden enfrentarse a "repercusiones temporales o permanentes".

La gente puede enviar quejas, que se revisan y se toman "muy en serio", según Khan.

Pero como Linux utiliza lo que la comunidad de código abierto llama un sistema de "dictador benévolo de por vida", en el que Torvalds tiene la última palabra sobre todos y cada uno de los cambios o actualizaciones del proyecto, algunas personas son escépticas sobre el grado de responsabilidad de Torvalds (Torvalds, por cierto, dice que no le gusta la palabra "dictador"). "Está en una posición de amenaza", dice el antiguo desarrollador de Linux. "Puede que haya bajado el tono, pero no ha cambiado en lo fundamental". 

En una conferencia de Linux hace un par de años, David Miller, un distinguido ingeniero de Red Hat, pensó en reservar una sala de juegos para un evento que estaba organizando.

Sin embargo, se le ocurrió que una sala de juegos habría sido mucho más apropiada 15 años antes, cuando la edad media de los asistentes a las conferencias de Linux era mucho más joven. En su lugar, reservó un restaurante.

Russell Coker recordó que cuando se unió a Linux por primera vez, la mayoría eran personas de 20 años. La media actual es de 40 años o más. Le preocupa la falta de contratación de desarrolladores más jóvenes. Cuando lo mencionó en un foro público, otros coincidieron en que debería abordarse, pero no se ha hecho mucho al respecto de momento.

El proyecto Linux sigue creciendo. El número de colaboradores al kernel de Linux cada año ha aumentado a más de 4.000, aunque el crecimiento se ha desacelerado un poco en los últimos 3 años.

Muchos de los principales mantenedores, que conocen los subsistemas de Linux por dentro y por fuera, llevan décadas en el proyecto y es raro que los principales subsistemas cambien de manos. Los nuevos colaboradores de Linux tienden a ser profesionales que trabajan en Linux para su empresa, más que desarrolladores jóvenes. 

Linus Torvalds en una imagen de archivo

Reuters

"Creo que mucha gente se siente cómoda con que las cosas sigan como están, pero a mí me preocupa lo que sucederá dentro de 10 años cuando la gente de mi edad se jubile y necesitemos que los jóvenes se involucren más", comenta Coker.

Unirse a la comunidad de Linux puede tener una curva de aprendizaje importante. El kernel de Linux solía ser un proyecto mucho más pequeño, pero ahora es más difícil entrar. Hoy en día hay más colaboradores, más código y más ruido en las listas de correo de Linux. Los estudiantes que aprenden diferentes conjuntos de herramientas ahora están acostumbrados a encontrar proyectos en plataformas como GitHub. La forma en que las personas interactúan a través de Internet también ha cambiado, ya que Linux se comunica principalmente a través del correo electrónico.

Y hay más opciones en el mundo del código abierto. En los años transcurridos desde que se creó Linux, han surgido una gran cantidad de otros proyectos de código abierto. Para algunos expertos en tecnología, un proyecto de código abierto más nuevo como TensorFlow de Google o React de Facebook tiene más atractivo que un proyecto más antiguo y establecido como Linux.

“Estamos envejeciendo y necesitamos traer gente a la comunidad lo más rápido posible”, reconoce Miller.

Torvalds por su parte, afirma no estar preocupado por eso. 

"Es absolutamente cierto que los mantenedores del kernel se están haciendo mayores; parece que nos pasa a todos, y cada uno de nosotros es un año mayor cada año. Algunos de nosotros también engordamos, mientras que a otros se les cae el pelo", dice Torvalds despreocupadamente.

Sin embargo, sí reconoce que Linux se ha "estancado" en crecimiento. Aunque el proyecto tiene un buen ritmo de desarrollo, no se está acelerando. Aun así, Linux hace lanzamientos cada 2 o 3 meses, con entre 1.500 y 2.000 desarrolladores involucrados en cada uno, y se siente cómodo con la ubicación del proyecto en términos de tamaño y crecimiento.

La reputación de Linux de no ser inclusivo también podría disuadir a los recién llegados. Es posible que se sientan intimidados, según Miller. Y no se quedarán si no sienten que los tratan bien, en opinión de Axboe, que ha estado reclutando activamente a nuevos graduados en Facebook para trabajar en el kernel.

"Al entrar en la primera, segunda o tercera década, para que el proyecto sobreviva y prospere en el tiempo, hay que aportar sangre fresca y nueva", afirma Axboe. "Un entorno caótico o con fama de serlo no favorece la incorporación de gente más joven al redil".

Quizás la pregunta más importante es qué pasará con Linux cuando Torvalds deje su puesto.

Él espera que Linux vaya en una dirección similar a la del lenguaje de programación Python. Después de que el creador de Python, Guido van Rossum, se alejara, se creó un comité directivo para supervisar las cosas.

"Sí, tenemos varios mantenedores de alto perfil, pero si de repente me fuera, hay un grupo amplio de personas que podrían mantener Linux", opina Torvalds.

"Habría política, habría algunas luchas internas, pero el caos sería temporal", añade.

Al menos, eso es lo que espera Torvald.

Este artículo fue publicado originalmente en BI Prime.

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