La era dorada para invertir en digitalización, automatización o salud: cómo ha acelerado la pandemia las grandes temáticas del futuro, según un experto de Schroders

El COVID-19 ha tenido un impacto significativo en el mundo de la gestión de activos. La gran volatilidad que se produjo en marzo dio paso a una recuperación alcista que nunca antes se había visto. 

Los sectores más vinculados a la digitalización y a la transformación tecnológica resultaron los que más impulso alcista cogieron en el peor momento de la pandemia. En definitiva, parece que el coronavirus sirvió de acelerador de las tendencias del futuro. Un escenario que ha puesto el foco más que nunca en la inversión temática. 

Alex Tedder, director de renta variable global y de inversiones temáticas de Schroders, ha explicado en un encuentro telemático las ventajas de la inversión en estas nuevas tendencias y qué es lo que se puede esperar a partir de ahora.

A su modo de ver, el COVID-19 ha tenido un efecto material en los fundamentales económicos junto con el impacto humanitario. “La pandemia ha ejercido de catalizador para un rápido restablecimiento del mercado después de un período sostenido de fuertes rentabilidades tras la crisis financiera, lo que refleja preocupaciones sobre las perspectivas de crecimiento y la sostenibilidad de los beneficios durante los confinamientos y los periodos posteriores”, ha resumido.

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La volatilidad elevada no es inusual durante los períodos de disrupción geopolítica y este fue ciertamente el caso en marzo, cuando la epidemia comenzó a extenderse a nivel mundial. “Sin embargo, los estímulos fiscales y monetarios sin precedentes por parte de Gobiernos y bancos centrales de todo el mundo durante el segundo trimestre del año brindó un apoyo significativo a los mercados y mantuvo la confianza de las empresas y los consumidores en un momento difícil”, ha repasado Tedder. 

En esta línea, el rally de abril a septiembre en los mercados, liderado por Estados Unidos, fue uno de los más fuertes de la historia. Así, en este clima, las grandes tendencias del futuro se han hecho más fuertes. “Las inversiones temáticas son una gran oportunidad para sortear los ruidos del corto plazo con un enfoque de largo alcance”, ha apuntado el experto.

La aceleración en las nuevas tendencias brinda la oportunidad de invertir en las temáticas de largo plazo

¿Por qué invertir ahora? Hay varias razones, desde el punto de vista de Tedder.

“Muchas tendencias estructurales a largo plazo, como la digitalización, la innovación en el cuidado de la salud o la automatización se aceleraron por los confinamientos cuando empresas, empleados, consumidores y trabajadores sanitarios se vieron obligados a adaptarse a la nueva realidad”, ha señalado. 

Además, el responsable de renta variable global de Schroders ha recordado que los Gobiernos han reconocido que las medidas de estímulo lanzadas durante la pandemia debían tener un impacto significativo y permanente en sus economías centrándose en áreas como la transición energética, como el Pacto Verde Europeo como ejemplo.

“A pesar de las medidas de estímulo, está claro que la interrupción causada por el COVID-19 ha sido pronunciada y las economías tardarán algún tiempo en recuperarse por completo, pero las industrias que están relativamente cerca del consumidor no se verán afectadas por los problemas de la cadena de suministro (por ejemplo, los suministros básicos) y pueden ver un retorno relativamente rápido al crecimiento normalizado”, ha destacado. 

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Sin embargo, a su modo de ver es probable que las industrias con ciclos largos de inversión y plazos de entrega (como la aeroespacial) experimenten un impacto significativo en los ingresos y una fuerte reducción de su facturación. “Esto se agravará cuando estas empresas tengan un apalancamiento operativo y financiero sustancial”, ha añadido.

Tedder ha incidido en cómo estos cambios tan rápidos están impulsando el enfoque en la inversión temática. “Se trata de encontrar temas estructurales y duraderos, abordar los desequilibrios entre las poblaciones y los recursos, y la oferta y la demanda en industrias individuales”. 

El mundo se está desarrollando en una época en la que los desequilibrios son posiblemente más pronunciados y los cambios estructurales más rápidos que nunca. De ahí a que, tal y como explica Tedder, intuitivamente, como seres humanos, se conozca, ya que el clima está cambiando y se tenga que responder. 

“Sabemos que el crecimiento de la población se ha disparado y que vivimos de manera insostenible, en la medida en que simplemente no podemos seguir consumiendo recursos escasos al ritmo actual sin amenazar nuestra propia existencia”.

La tecnología ha entrado significativamente en las vidas de la ciudadanía en un grado extraordinario, de modo que casi todos los aspectos de la actividad diaria implican alguna forma de interacción digital.

“Ninguno de estos temas es inherentemente nuevo, pero todos se están incrementando mucho y cada vez son más relevantes a medida que se acelera el cambio”, ha afirmado el experto.

“La innovación es una respuesta humana lógica al desafío del cambio disruptivo, además de ser un principio central de la vida empresarial, ya que constituye la base del crecimiento y la rentabilidad futura”.

La inversión temática permite a los inversores capturar la dinámica de la innovación en áreas en las que tienen una conexión intelectual y emocional. “Les permite ganar exposición a empresas e industrias que probablemente experimentarán un crecimiento material, ya que fundamentalmente un enfoque temático puede añadir un valor significativo a largo plazo”, ha resaltado Tedder. Para los inversores con paciencia, seguramente es un componente esencial a tener en cuenta en cualquier cartera.

“A modo de conclusión diría que el COVID-19 ha actuado como catalizador de muchas tendencias temáticas, dado que la característica dominante ha sido la aceleración en la adopción de nuevas tecnologías”, ha asegurado. “Se dan las condiciones para una era dorada de la inversión temática”.