Por qué la lotería es 'el impuesto de los tontos'... o no, según los expertos, la estadística, la razón y el corazón

La lotería es el impuesto de los tontos, de la ignorancia, de los pobres y de quienes no saben de economía ni de estadística. Seguramente lo has escuchado y leído más de una vez, pero ¿es así?

En general, depende de qué se coja como referencia y argumento y de las prioridades de cada persona, ya que pueden encontrarse motivos para defender afirmaciones similares a esta, pero también para otras de signo contrario. Los expertos, la estadística, el cerebro y el corazón son los jueces que determinan una u otra cosa.

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Quienes sostienen que la lotería es el impuesto de la estupidez o la ignorancia tienen un argumento de peso: las escasas posibilidades de que te toque el gordo navideño. La probabilidad de que ganes el primer premio de la lotería de Navidad este 2022 si has comprado un número es de 0,00001.

¿Cuánto supone esto, de forma más concreta? Pues es menos frecuente que perder la vida en un tornado o en un accidente, nacer con un dedo extra, vivir 100 años o más, convertirte en una celebridad o ser pelirrojo, entre otros hechos muy poco probables.

Incluso un matemático lo ha comparado con coger al azar un grano de arroz específico de entre 2,7 kg de arroz o ser el elegido a ciegas de entre todas las personas que llenan el Camp Nou: "La gente no mira las matemáticas".

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Estas recuerdan a quien las escucha que la probabilidad de ganar un gran premio en la lotería de Navidad es de entre un 12,2% y un 14%, y que la de obtener un premio de verdad (más que el reintegro, que te 'devuelve' el dinero gastado) es del 5,3%.

También que es una inversión de riesgo en la que tienes una probabilidad del 85% de perder el dinero y que, aunque ganes, raro será que te conviertas en millonario o puedas dejar de trabajar para siempre. 

Además, ni siquiera ganar el gordo de Navidad supone ingresar los 400.000 euros del premio (Hacienda retiene una parte) ni que el dinero te dure mucho: 3 cuartas partes de los ganadores de la lotería tienen mucho menos dinero 5 años después de haber ganado un premio.

La historia de la lotería ya adelantaba cuáles eran sus intenciones: se creó en el siglo XIX con el objetivo de tener así "un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes", como explicaba entonces el ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciriaco González Carvajal.

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Finalmente, los expertos advierten de que la 'casa' siempre gana y que los trucos y estrategias que se siguen al comprar lotería (repetir el mismo número, acudir a una de las administraciones con más suerte, etc.) para aumentar las probabilidades de ganar no funcionan y son "absurdas".

"Buscar una estrategia para aumentar las probabilidades de que te toque la lotería se puede considerar una superstición. Incluso cercana a la numerología. (...) ¿Hay alguna estrategia para aumentar la probabilidad de ganar la lotería?: no. Eso no tiene ninguna base matemática", sostiene José Santiago García Cremades, matemático y divulgador científico, a Magnet.

"Si yo la lotería la repitiera indefinidamente, ¿qué saldría entre el dinero que pongo y el dinero que me toca? Eso sería la esperanza matemática. Ningún sorteo tiene una esperanza favorable. Porque al final, palmas. Y aunque te toque: te gastarías más de lo que te tocase. Hay tablas donde te analizan la esperanza de cada sorteo y se ve claramente que no conviene jugar", se suma José Luis Muñoz Casado, licenciado en Ciencias Matemáticas y con un máster en Investigación Matemática, en As.

"En el caso de la Lotería de Navidad, la ganancia esperada es negativa. ¿Quiere decir que no te va a tocar? No, pero la ganancia esperada media es -6 euros en este sorteo. Quienes patrocinan estos sorteos hacen las cuentas para que el premio gordo no sea tan gordo como para perder dinero", complementa Luis José Rodríguez Muñiz, catedrático de Didáctica de la Matemática y vicepresidente segundo de la Real Sociedad Matemática Española, al mismo medio.

... o de las personas solidarias, con esperanza y emociones

Muchos factores entran en juego a la hora de participar en la lotería de Navidad. Algunos son negativos, pero no todos.

Juana María Breton López, profesora titular y terapeuta del Servicio de Asistencia Psicológica de la UJI, señala a Business Insider España el caso del "juego patológico o problemático", cuando pensamientos irracionales distorsionan las posibilidades de perder o ganar. 

Pero también a aspectos como "la diversión de compartirlo [el décimo] y esperar a saber si ha sido premiado o no" y al "componente social importante" que tiene la lotería.

"Llega el gordo de la Navidad y la gente no mira las matemáticas, la gente mira la tradición. Mira la Navidad, el sentimentalismo", complementa Muñoz Casado.

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Florin Diacu, catedrático de Matemáticas en la Universidad de Victoria (Canadá), en declaraciones recogidas por El País, añade sobre la mesa el concepto de la utilidad: comprar lotería del trabajo con la convicción de que te tocará el gordo "no es un valor muy realista", pero si lo haces para ahorrarte un disgusto (por ejemplo, que les toque a todos menos a ti) "es posible que compense".

"Un colega me dijo una vez que la lotería es el impuesto de la ignorancia. Pero no estoy del todo seguro. Me gusta más pensar que la gente compra esperanza. Si gastas 2 o 3 euros en esperanza de ganar a lo grande es una forma poco costosa de mantener el optimismo y mirar hacia el futuro. (...) Merece la pena pagar unas monedas para levantar las esperanzas, y aún más si es cerca de navidades", añade.

Quizá la lotería es el impuesto de los tontos, y de los pobres, los ilusos, los envidiosos, los adictos, los que no tienen personalidad para ser la excepción... pero quizá también sea el impuesto de los solidarios, de los que sueñan y comparten, los sociables y familiares, de quienes se quieren divertir, de esas personas que no dudan en hacer un favor y de aquellas que, a veces por encima de la razón, apuestan por sus sentimientos y emociones.