Las mascarillas FFP2 pierden eficacia cada vez que te las pones por culpa de este problema, según advierte un prestigioso científico español

Las mascarillas suponen la primera barrera de protección contra el coronavirus. Eso sí, no todas son iguales y algunas tienen mayor eficacia que otras.

Es el caso de las mascarillas de tipo FFP2, que tienen una eficacia de filtrado superior a las quirúrgicas. De hecho, Sanidad está estudiando si imponer el uso obligatorio de estas mascarillas en espacios cerrados.

Las mascarillas FFP2 son las más recomendables contra el coronavirus, ya que protegen a los demás si estás contagiado y también evitan que contraigas el virus si se usan correctamente. Sin embargo, el no saber colocarlas de forma adecuada puede traer algunos problemas.

Esto último es lo que advierte el experto mundial en transmisión por aerosoles José Luis Jiménez, un científico español que trabaja como profesor en la Universidad de Colorado (Estados Unidos). A través de un hilo en su cuenta de Twitter, ha explicado los peligros de no ajustarse correctamente la mascarilla FFP2 a la cara:

"Por huecos que nos parecen pequeños pasa la mitad de aire sin filtrar", avisa el experto, haciendo referencia a que los aerosoles pueden extenderse por el ambiente si la FFP2 no está bien colocada. Esto podría provocar nuevos contagios incluso llevando la mascarilla.

Jiménez explica que un hueco del 2% es suficiente como para que se escape el 50% del aire sin filtrar. Y esto no sólo ocurre con las FFP2, sino que es un fenómeno que se puede producir con cualquier tipo de mascarilla. 

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En su hilo de Twitter, el experto pide a la población que busque el ajuste más adecuado posible al ponerse la mascarilla: "Hay que trabajar bastante y ajustarse el hierro de la nariz muy bien para que selle de verdad". También comenta que hacen falta campañas intensivas de educación para enseñar a poner bien la mascarilla.

"Si se llevan mal, por su forma, pueden crear más hueco que las de tela buenas, y al final funcionar peor", detalla Jiménez haciendo referencia a las mascarillas FFP2 y su diseño, que a pesar de ser más seguro presenta dificultades para un ajuste correcto. 

Por último, el científico español pide que en el futuro se fabriquen mascarillas igual de eficaces pero más fáciles de ajustar, y que se distribuyan de forma gratuita entre la población: "Tendría un coste mucho más bajo que los confinamientos, gastos de sanidad, cierre de bares y restaurantes, daño general a la economía, etc".