5 alternativas al plan B de Theresa May: desde un segundo referéndum a un Brexit sin acuerdo

Pavel Ramírez
Theresa May, en la Cámara de los Comunes.
Theresa May, en la Cámara de los Comunes.
  • Theresa May presenta este martes una segunda versión de su propuesta de acuerdo con la UE (que tendría que ser renegociado posteriormente con Bruselas).
  • Hay 14 enmiendas previstas (aunque podrían presentarse más) para desbloquear el punto más espinoso: la frontera irlandesa y su cláusula de salvaguarda.
  • Estos son los posibles escenarios de Theresa May tras la votación en la Cámara de los Comunes de este martes.

Theresa May tendrá que convencer este martes al Parlamento británico de que el plan B que pretende negociar con Bruselas (que incluye una modificación de la cláusula de salvaguarda de la frontera irlandesa) es la mejor opción para desbloquear el estancamiento parlamentario del Brexit.

Y, además, tendrá que hacerlo sin tener la seguridad de que esta segunda versión del acuerdo vaya a ser aceptada por la Unión Europea: la semana pasada, el jefe negociador de la UE, Michel Barnier, ya rechazaba esta posibilidad, explicando a RTE que el acuerdo actual con la primera ministra es "el mejor acuerdo posible".

Para complicar aún más las cosas, hay 14 enmiendas previstas este martes para desbloquear el punto más espinoso del acuerdo: la frontera irlandesa y su cláusula de salvaguarda. E, incluso, podrían presentarse más enmiendas.

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La cláusula de salvaguarda incluida en el acuerdo pactado con Bruselasmantendría a Reino Unido sujeto a las normas de aduanas y de comercio de la UE, evitando una frontera dura entre Irlanda del Norte e Irlanda si las conversaciones fallasen antes del final del período de transición del Brexit, previsto para 2021.

El problema es que tanto los conservadores como otras fuerzas políticas temen que esta cláusula de salvaguarda se convierta en un callejón sin salida.

La propia Theresa May lo reconocía así la semana pasada: "Siguen existiendo dos temas centrales: el temor de que podamos quedar atrapados en la UE de forma permanente y la preocupación sobre su posible impacto en nuestra Unión si Irlanda del Norte recibe un trato diferente del resto del Reino Unido".

Por eso, el nuevo texto incluirá una modificación fundamental: una fecha límite para la cláusula de salvaguarda. Algo que, según The Sun, podría conseguir el voto favorable de los unionistas, mientras que la posición de los tories partidarios del Brexit sigue siendo una incógnita.

Si el acuerdo de May con la UE sigue siendo rechazado, el Parlamento británico pasaría a tomar el control del proceso.

Como medida disuasoria, May se negó la semana pasada a retirar de la mesa de negociación con los demás partidos la opción de un Brexit sin acuerdo el próximo 29 de marzo. Una táctica con la que pretende imponerse a la oposición a través del miedo a las consecuencias.

El pasado miércoles, se filtró misteriosamente un documento interno del Gobierno británico en el que se alertaba de las consecuencias de un Brexit duro.

La opción de extender el artículo 50

Angela Merkel y Theresa May en un encuentro en Bruselas.
Angela Merkel y Theresa May en un encuentro en Bruselas.

Con todo ello sobre la mesa, es poco probable que May saque adelante su acuerdo con la UE, por lo que todas las miradas se centrarán en esas 14 enmiendas previstas y en la capacidad de negociación del Gobierno británico para incorporarlas a una segunda versión de la propuesta de acuerdo con la UE.

Una de las opciones es la que se incluye en la enmienda propuesta por la laborista Yvette Cooper: si el acuerdo con la UE no se aprueba antes de que termine febrero, el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea —con el que Reino Unido pretende dejar de ser miembro— se extendería automáticamente hasta el 31 de diciembre de 2019, dando más tiempo a la negociación con Bruselas y a la aprobación parlamentaria en Reino Unido.

Si se aprobase esta enmienda, primero debería ser votada en la Cámara de los Comunes y, por último, ser refrendada en la Cámara de los Lores. Y, ni con todo ello, se garantizaría el acuerdo: en la práctica, solo serviría para ganar tiempo.

Revocar unilateralmente el artículo 50

Una pancarta antiBrexit durante una manifestación en Londres.
Una pancarta antiBrexit durante una manifestación en Londres.

La variante más contundente de la primera opción sería la de la revocación del artículo 50 del Tratado de la Unión Europea (TUE) para frenar unilateralmente el Brexit.

Esta opción se basaría en la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE del pasado 10 de diciembre, que dictaba entonces que "Reino Unido es libre de revocar unilateralmente la notificación de su intención de retirarse de la UE".

Eso sí, siempre bajo la premisa de que la revocación del artículo 50 deberá ser una decisión "inequívoca e incondicional" y que en ningún caso podrá ser utilizada por Reino Unido como una táctica de negociación o para conseguir más tiempo.

El problema, en este caso, es que no hay ninguna enmienda en esta dirección, aunque todavía podría presentarse y ser votada en la Cámara de los Comunes este martes.

La vaga posibilidad de un segundo referéndum

Manifestación del grupo People's Vote con urnas ficticias.
Manifestación del grupo People's Vote con urnas ficticias.

Otra posibilidad es la que maneja el líder laborista Jeremy Corbyn: convocar un segundo referéndum.

En realidad, se trata de una exigencia de buena parte del Partido Laborista a Corbyn: hace dos semanas, al menos 71 diputados de su propio partido firmaron una carta abierta para que su líder proponga a May un segundo referéndum. El pasado martes, Corbyn abría formalmente la puerta a una segunda consulta.

Sin embargo, la enmienda que presentará este martes al acuerdo de May se limita a sugerir que el Parlamento británico debería tener tiempo para discutir otras opciones, incluyendo la de un segundo referéndum, para proponer a los votantes un acuerdo o una propuesta alternativa que surja de la mayoría de los diputados.

Ante la vaguedad de esta enmienda, existen muchas dudas de que pueda ser aprobada.

Una votación no vinculante sobre el formato de Brexit deseado por el Parlamento

Theresa May habla ante los comunes en el Parlamento británico.
Theresa May habla ante los comunes en el Parlamento británico.

La cuarta opción es, tal vez, la que podría haber evitado estos dos años de estancamiento e incertidumbre si se hubiera llevado a cabo desde el principio: votar qué formato de Brexit desea el Parlamento. 

Se trata de una propuesta de Dominic Grieve, exfiscal general de Reino Unido, y que obligaría a la Cámara de los Comunes a votar tres escenarios diferentes: un segundo referéndum, un Brexit suave al estilo de Noruega o ningún acuerdo con la UE.

Al ser una votación ni vinculante, May no tendría la obligación de cambiar su hoja de ruta; sin embargo, su Gobierno estaría en una situación particularmente débil si no lo hace.

El temido Brexit sin acuerdo

Un protestante contra la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda.
Un protestante contra la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda.

La última y más temida opción es el Brexit sin acuerdo.

Aunque parece claro que ningún partido desea esta solución, la falta de consenso parlamentario llevaría en última instancia a una salida de la UE sin ningún acuerdo, precisamente la opción que pregona May para presionar a los comunes.

En cualquier caso, el mecanismo de control del proceso por parte del Parlamento británico si no se aprueba el acuerdo teóricamente frenaría la posibilidad de un Brexit duro. Teóricamente.

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